Absorber y simplificar impuestos para que el esfuerzo valga la pena
Cuáles son las medidas que debe tomar el nuevo Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, encabezado por Federico Sturzenegger.
Con el objetivo prioritario de un progreso en materia tributaria (y de simplificaciones en general), se creó el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. No hay otra forma de hacerlo que no sea con buenos impuestos que absorban los malos para que el incremento en la competitividad haga crecer la economía. Con el dólar paralelo creciendo y la brecha aumentando, otra vez aparece la discusión sobre una devaluación. El camino adecuado es bajar los costos de producción para que el tipo de cambio oficial sea competitivo sin necesidad de devaluar la moneda. Un importante factor de sobrecostos proviene del sistema impositivo. Eliminando impuestos se puede aumentar la competitividad.
La actual administración adhiere a este planteo, pero para no chocar con el objetivo del equilibrio fiscal, la eliminación de los malos impuestos está supeditada a que la economía crezca y/o el gasto público baje.
Ahora, según el Ministerio de Economía, en el primer semestre del 2024, la presión tributaria nacional y provincial fue del 28% del PBI. Si tomamos derechos de exportación, impuesto PAÍS, Cheque e Ingresos Brutos, se recauda el 8% del PBI. Cuatro impuestos que son distorsivos y afectan la competitividad.
¿Qué implica esto? Que, para eliminarlos y no perder recaudación, el PBI debería aumentar un 40%. Esperar que la economía crezca para bajar los malos impuestos es inconsistente, ya que se necesitaría que, de manera sostenida, el PBI crezca un 7% durante 5 años o un 3,5% durante 10 años para compensar con crecimiento económico la eliminación de los gravámenes. En sí, hay que eliminar los malos impuestos para que la economía crezca y no esperar a que el PBI aumente para recién después bajar los malos impuestos.
También es inconsistente esperar bajar el gasto público primero. El gasto público nacional se redujo en el primer semestre del año un cuarto respecto a igual periodo del año pasado. Seguir bajando el gasto nacional es ineludible. En las provincias, más de la mitad del gasto público lo explican las remuneraciones de los empleados que administran los servicios públicos de salud, educación, seguridad, justicia y asistencia social.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA), Ingresos Brutos y las tasas municipales tienen en común que gravan las ventas. Pero el IVA es un impuesto mejor. Perjudica mucho menos la competitividad de la producción y es más fácil de controlar. Si el IVA absorbe Ingresos Brutos y tasas municipales, se podría simplificar el sistema, aumentar el cumplimiento y mejorar la competitividad de la producción.
En síntesis, el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado debe impulsar las innovaciones que eviten dilapidar el esfuerzo que se viene para estabilizar la economía. Un paso esencial es eliminar los impuestos distorsivos. Esto es posible estableciendo que los buenos impuestos absorban los malos impuestos.