Vecinos denuncian que una planta termoeléctrica en Brandsen pone en peligro la salud y el agua
Los habitantes de este municipio bonaerense y barrios linderos a la Ruta 2 se organizan contra la instalación de una central energética en el kilómetro 49, denunciando graves riesgos ambientales y sanitarios. Alertan por la contaminación del agua, el aire y un aumento de enfermedades en la región.
El sábado pasado, vecinos de Brandsen y localidades cercanas se concentraron en la Plaza Las Malvinas para manifestarse contra la construcción de una central termoeléctrica en el kilómetro 49 de la Ruta 2, una obra que ha generado alarma por sus posibles efectos sobre la salud y el medioambiente. “Nos quieren enfermos, sin agua y rodeados de contaminación. No vamos a permitirlo”, denunciaron los frentistas agrupados en Vecinos Unidos por Brandsen.
Según indican los autoconvocados, la planta podría incrementar enfermedades respiratorias, inmunológicas y cáncer en un radio de hasta 100 kilómetros. Además, su instalación afectaría directamente a comunidades como Las Golondrinas, Las Calandrias y Gómez, situadas a menos de dos kilómetros del proyecto. Otro punto clave es la Escuela Rural N° 11, ubicada en las inmediaciones, cuyos alumnos estarían expuestos a la contaminación sonora y ambiental.
El proyecto está a cargo de SCC Power, una firma controlada por MSU Energy Holding Ltd, perteneciente al empresario Manuel Santos Uribelarrea, conocido por su influencia en el sector agroindustrial argentino. MSU Energy ya intentó instalar esta central en Pilar, pero que está en camino de ser desmantelada por orden de la Corte Suprema debido a su alto impacto contaminante y los graves problemas de salud registrados entre los vecinos de esa localidad.
Uno de los puntos más preocupantes es el uso masivo de millones de litros de agua potable por día para el funcionamiento de la planta. La demanda de la termoeléctrica equivaldría al consumo diario de una ciudad con un millón de habitantes. El agua residual contaminada sería vertida en el Arroyo San Luis, parte de un humedal protegido por la Ordenanza N° 1236, lo que generaría un grave impacto ecológico y amenazaría la biodiversidad y la producción agropecuaria regional.
La preocupación ha llegado al Concejo Deliberante de La Plata, donde la oposición presentó un pedido de informes para que el Ejecutivo Municipal evalúe los impactos ambientales y sanitarios de la planta. Sin embargo, los vecinos denuncian que el proceso de aprobación fue apresurado y sin estudios de impacto ambiental detallados. “Nos vendieron esto como un progreso, pero es un retroceso. No hay control, no hay garantías, solo negocios”, afirmaron.
Las localidades afectadas incluyen Abasto, Olmos, Berisso, Ensenada, Florencio Varela, Hudson, El Pato, Guernica y otras. Según los expertos, la cercanía a zonas urbanas y rurales potencia los riesgos sanitarios y ecológicos. La concentración de dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno en el aire podría derivar en problemas respiratorios y cardiovasculares para la población, afectando especialmente a niños y adultos mayores.
Mientras la construcción de la termoeléctrica avanza, las protestas crecen y la comunidad exige una respuesta de las autoridades. La movilización del sábado será clave para visibilizar el reclamo y definir los próximos pasos en la lucha contra este proyecto que amenaza el entorno y la salud de miles de personas.