El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, acaparó en las últimas horas la atención de todos los medios. Y, por ende, logró su objetivo. El mandatario provincial cerró un largo día de anuncios y reencuentros con un acto a medida en el que su tropa lo volvió a alentar como principal referente de la oposición nacional.

No fue una jornada fácil. Y algo de eso se pudo ver en su rostro en la foto que el PJ bonaerense difundió para mostrar un gesto de unidad entre la expresidenta Cristina Fernández; el líder del Frente Renovador, Sergio Massa; y el titular de La Cámpora, Máximo Kirchner, los principales referentes de Unión por la Patria.

Kicillof estuvo molesto. Y quedó en evidencia. “Estuvo con cara de culo durante toda la reunión. Cada vez se va poniendo más chiquito”, le dijo a Data Clave uno de los consejeros que formó partes del encuentro. El gobernador no se siente cómodo en la interna del PJ. Y fue así que, incluso, aceptó ir a un encuentro del que no quería formar parte. Y que fue armado, en parte, para quitarle el foco de lo que luego sería su visita a San Martín con motivo de los cinco años al frente de la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, cumplió. Viajó hasta Moreno, se sentó en la mesa, aceptó la foto y se fue lo más rápido que pudo en un encuentro en el que se sintió visitante y en el que también se lo hicieron saber desde el cristinismo. Pero eso no logró eclipsar una jornada que tenía como fin apuntar todos los cañones hacia el gobierno nacional de Javier Milei.

Las dos caras de Kicillof: molesto en la interna del PJ, cómodo en la polarización con Milei

Al contrario de lo que pasa hacia adentro del PJ, Kicillof se siente muy bien en el rol de polarizar con el presidente. Es el lugar que busca ocupar. Aquel al que los suyos lo empujan para que tome y construya algo que, en los hechos, todavía no cuenta con una militancia propia, pero que sus funcionarios e intendentes buscan prestarle.

Bajo el nombre de “El daño de Milei”, en un juego de palabras que incluyó diferentes "etiquetados frontales", el gobernador anunció la conformación de “un gran frente” de cara a lo que serán las elecciones legislativas de 2025. Algo que no había sido hablado en esos términos durante el encuentro de la tarde.

El objetivo de Kicillof es ser la cara de ese frente. Correr a Cristina de ese lugar de decisión vertical. “Cuando hablamos de unidad, es unidad de la dirigencia, pero también con los sectores que defienden la soberanía y la justicia social”, manifestó. "Nos estamos preparando para convocar a un inmenso frente que represente una alternativa de futuro”, dijo. Y agregó que el frente “lo vamos a llevar a todos los pueblos de la provincia de Buenos Aires; contamos con una fuerza política que tiene ese compromiso”.

Durante el acto, el gobernador cargó las tintas contra el presidente y expuso varias de las políticas de un gobierno que, según su criterio, "va a ser recordado como una de las catástrofes más grandes de la historia argentina". Y agregó que eso sucederá "no tengo dudas, porque es con alevosía y crueldad”.

Cabe recordar que durante la mañana del lunes, el gobernador había asegurado en conferencia de prensa que su gobierno podría asumir la administración de Aerolíneas Argentinas en caso de que Milei intentara venderla a inversores privados. “Si el gobierno nacional quiere vaciar o vender Aerolíneas Argentinas a una empresa extranjera o a un grupo amigo, la Provincia de Buenos Aires no lo va a permitir”, manifestó.

“Es un instrumento central para la conectividad de la Argentina, es una fuente de ingresos y de bienestar inconmensurable. La Provincia sí la quiere. Esto requiere una serie de pasos institucionales, y hoy expresamos la vocación de empezar a dar esos pasos”, sostuvo sobre la aerolínea de bandera.  Y cerró: “La Provincia de Buenos Aires no va a permitir que Aerolíneas Argentinas sea nuevamente vaciada porque estamos convencidos de que es un instrumento central para la conectividad, el desarrollo y la equidad territorial de nuestro país”.