Crónica de un final anunciado: Fernández le pidió la renuncia a Matías Kulfas
Apuntado por la vice Cristina Kirchner como uno de los "funcionarios que no funcionan", el hasta ahora ministro de Desarrollo Productivo salió eyectado del Gobierno luego de la difusión de un presunto off divulgado por Whatsapp donde cuestionaba al ala kirchnerista del gabinete. El reemplazante será definido hoy mismo. Danza de nombres.
Luego del escrache público de las últimas horas al hasta hace minutos titular de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el Presidente Alberto Fernández tomó la decisión de pedirle la renuncia. Reunido en Olivos, el mandatario estudia opciones para decidir quién ocupará su lugar.
En la danza de nombres para reemplazar al funcionario saliente, asoma un abanico variopinto. Una de ellas es la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, de estrecha relación con Alberto, no así con Cristina. Otro de los apellidos que suena es el de Todesca Bocco. Cecilia es actual secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y también del riñón albertista.
Pero hay más opciones. Se baraja la posibilidad de un ofrecimiento al embajador en Brasil y exgobernador bonaerense Daniel Scioli. Y hay quienes no descartan la chance de que el lugar sea para el Ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires, Augusto Costa
Cuando parecía haberse tendido un manto de piedad en la interna del Frente de Todos tras el acto compartido entre el mandatario nacional y la vice Cristina Kirchner, en las últimas horas explotó una nueva interna en el gabinete del gobierno.
"A la categoría de 'funcionarios que no funcionan', planteada en el año 2020 por la Vicepresidenta, ahora se le agrega la de funcionarios del off que además de no saber, mienten y utilizan al periodismo para hacer operaciones políticas en contra de la Vicepresidenta", lanzó de manera explosiva a través de Twitter Energía Argentina.
Esto generó además una reacción en cadena de la propia CFK que dedicó un mensaje teledirgido, que obligó a Alberto a suscribir sus palabras. Y más aún, pasar del dicho al hecho para prescindir de los servicios del ministro apuntado.
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