Las declaraciones de Javier Milei en Córdoba no pasaron desapercibidas yPatricia Bullrich decidió hacer de sus palabras algo más que un comentario del presidente. Al describir a Alfonsín como un “partidario de un golpe” que buscaba “empujar” la salida de De la Rúa, Milei reavivó las tensiones entre el oficialismo y los sectores de la oposición que ven en la figura del expresidente radical al "padre de la democracia". En este contexto, Bullrich salió a respaldar a Milei y fue un paso más allá: aseguró que no solo existió una presión para que De la Rúa renunciara en medio de la crisis de 2001, sino que también habló de “conspiración” y de un acuerdo de alto nivel en el que, según sus palabras, participaron sindicalistas, la Unión Industrial Argentina (UIA) y sectores de ambos partidos tradicionales.

Yo lo viví, lo declaré en la Justicia. No es algo que diga ahora porque lo mencionó Milei, sino porque lo declaré en su momento”, aclaró la ministra de Seguridad, quien ocupaba el Ministerio de Trabajo hasta noviembre de 2001 y formó parte del círculo cercano al presidente De la Rúa. La ministra, en sus declaraciones a Cadena 3, afirmó que la versión sobre el supuesto “pacto” para forzar la salida de De la Rúa había sido ratificada por ella misma en los tribunales.

Según Bullrich, el supuesto pacto contaba con el respaldo de Alfonsín y del entonces dirigente Eduardo Duhalde, quienes habrían visto la oportunidad de desbancar al mandatario radical en el contexto de una recesión económica que había sumido a la Argentina en la crisis y había desencadenado violentas protestas en las calles. La ministra detalló que los sectores sindicales, en especial los representados por Hugo Moyano de Camioneros y Luis Barrionuevo del gremio gastronómico, estaban alineados con el acuerdo. En sus palabras, esos gremialistashabían tomado la decisión de correr a De la Rúa, apoyados por Alfonsín y Duhalde”.

En este contexto, Bullrich recordó una escena que asegura haber presenciado en primera persona. Según su relato, en una reunión en la Casa de Gobierno, Moyano y Barrionuevo se enfrentaron directamente a De la Rúa, expresándole sin rodeos: “Te vas ya, te vamos a sacar a patadas”. Bullrich asegura que abandonó la sala, y aunque ya han pasado más de dos décadas, el recuerdo parece seguir intacto.Tanto fue así que me levanté, los mandé a donde te podés imaginar, y salí de ahí, afirmó.

Esta versión, sin embargo, ha sido rechazada por diversos actores de la época, quienes sostienen que el contexto que derivó en la renuncia de De la Rúa fue más bien una combinación de factores sociales y económicos, y no una conspiración política en la que los dos partidos se aliaran para provocar su salida. Lo cierto es que las protestas sociales, los saqueos y las muertes que se produjeron en las calles durante esos días generaron un clima insostenible para la continuidad de De la Rúa, quien abandonó la Casa Rosada el 21 de diciembre en helicóptero. Las escenas de caos, el estado de sitio declarado y la presión en las calles parecen ser las variables que quedaron marcadas en la memoria popular, más que un acuerdo entre figuras políticas.

Horas antes, ciudadanos le tiraron huevos a Bullrich

Sin embargo, para Bullrich el episodio guarda otra interpretación: “Fijate cómo termina... Si en un gobierno radical sacan a un presidente radical, ¿qué debería haber pasado históricamente? Debería haber asumido otro presidente radical para terminar el mandato. ¿Por qué asume Duhalde? Ahí está la demostración. Primero [Adolfo] Rodríguez Saá y después Duhalde. Ahí está la demostración de un pacto y que en el pacto se entregaba el poder, aseguró la ministra, convencida de que los hechos hablan por sí solos. Según Bullrich, la lógica de que otro dirigente radical debiera haber terminado el mandato refleja que, de haber sido todo un procedimiento natural, no hubiera habido razón para llamar a un peronista.

Para la ministra, el episodio involucró también a la UIA y a sectores de la industria que buscaban un cambio en la administración. En sus palabras, asegura que mantuvo discusiones “terribles” con José Ignacio De Mendiguren, quien más tarde fue ministro de Producción de Duhalde y representaba, para Bullrich, uno de los emblemas de los industriales que, según su relato, se alinearon con el plan para precipitar la salida de De la Rúa. “Hasta el día de hoy, cada vez que lo encuentro se lo recuerdo”, confesó la ministra sobre De Mendiguren, reafirmando su postura sobre el rol de los empresarios en esos días de crisis.

Las declaraciones de Bullrich avivan una herida de la historia argentina, una crisis económica que dejó en la memoria social imágenes de una Argentina convulsionada y en la que 39 personas murieron en las protestas. Con respecto a este contexto, Bullrich se refirió también al rol de Alfonsín en el acuerdo de la Asamblea Legislativa que culminó en la elección de Duhalde como presidente. Según la ministra, si realmente se hubiera pensado que De la Rúa no podía seguir, la “lógica” hubiera sido que otro dirigente radical asumiera el mando en lugar de un peronista. “Es parte de la historia, lamentablemente fue así. Fue muy difícil, fue así y lo viví. Se lo dije a la Justicia hace 20, 22 años”, enfatizó.