El viaje a la cárcel de Ezeiza de un grupo de diputados libertarios irrumpe en la vuelta a la actividad de la Cámara de Diputados. Con reuniones de comisión importantes y hasta una sesión programada para la próxima semana, la discusión interna en La Libertad Avanza podría retumbar por los pasillos del palacio legislativo.

Este martes, a última hora de la tarde, el bloque LLA tendrá su primera reunión interna para verse las caras de nuevo en la Cámara de Diputados tras dos semanas de receso invernal. La agenda oficial marca que el presidente de la bancada, Gabriel Bornoroni, hará un repaso por la sesión convocada para el 7 de agosto con una agenda propia que incluye varios proyectos de seguridad enviados desde el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, el enojo por el viaje que encabezó el entrerriano Benedit Beltran persiste. “Hay un grupo de diputados molestos, puede surgir el tema”, aseguran fuentes parlamentarias con acceso a los despachos libertarios.

En las bancas del bloque oficialista “no gustó para nada la situación” y haberse enterado por filtraciones de un viaje que destacó un escándalo interno. “No gustó que compañeros hagan eso”, describen. Esperan que el tema surja desde las mismas diputadas y diputados que se sintieron ofendidos por el accionar de los convocantes al viaje.

Una de las más enojadas es la santafesina Rocio Bonacci, que participó del viaje a la carcel de Ezeiza para visitar genocidas presos pero que denuncia haber sido engañada. “Recibí una invitación de un colega de bloque y confíe, ese fue mi error lamentablemente, confiar en un compañero de bloque, era una visita con un buen objetivo de fondo, aparentemente tenía el ok de Martín Menem y Casa Rosada”, se quejó en declaraciones públicas a medios de su provincia.

El Presidente de Diputados quedó en el foco por haber autorizado los actos administrativos para la movilidad desde el Congreso. Sin embargo, no hay una voluntad de caerle internamente ya que consideran que son múltiples los pedidos de autos que se realizan por día y la secretaría administrativa no sigue al pie del detalle ni hace cuestionamientos de cada movimiento de los diputados.

Además de Bonacci, la otra de las diputadas más afectadas por la visita a los presidiarios con condena por delitos de lesa humanidad fue la mendocina Lourdes Arrieta, la diputada del patito en la cabeza, estos últimos días hubo compañeras que estuvieron ejerciendo de contención anímica para que el tema no escale más de lo necesario para sostener la armonía en el bloque. Hubo un trabajo de diputadas que comparten vínculo de amistad “más emocionalmente” que políticamente. “Las chicas estaban mal”, aseguran internamente.

En otros bloques, el tema ya está presente, en Unión por la Patria, con el presidente de bloque Germán Martínez a la cabeza, pidieron en un proyecto de resolución conformar una comisión especial para determinar la conducta de los diputados que hicieron la visita. Además, envió una carta directa a Menem pidiendo información con carácter de urgencia. 

En el radicalismo, habrá reunión también en las próximas horas y fuentes del bloque ya adelantaron que se hablará del tema. “Sería bueno que surja del propio oficialismo una sanción”, afirman desde la bancada que conduce el cordobés Rodrigo de Loredo. Entienden que la comitiva de diputados “afecta la honorabilidad de toda la Cámara”. Una posible razón para que se aplique algún castigo administrativo. 

Lo mismo sucede en el bloque que preside Miguel Ángel Pichetto, Hacemos Coalición Federal, en una previa similar, se adelanta que en la reunión interna que tienen agendada para realizar el miércoles se hablará del tema.

La respuesta desde la presidencia de la Cámara se mantiene. No hay facultad para aplicar sanciones y no creen que puedan sacar algún rédito en hacerlo. “Será lo que tenga que ser”, sentenciaron fuentes parlamentarias con acceso al principal despacho de la Cámara baja.