El uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad quedaron otras vez en el centro del debate luego de la muerte de un chico de 10 años en la localidad de Wilde al quedar en medio de un tiroteo entre un policía de civil y dos motochorros.

La decisión de usar las armas letales en lugares públicos, cuando pueden correr riesgos las personas que transitan por esos sitios, debe quedar como última instancia, porque se debe priorizar la vida antes que los bienes.

Estas discusiones se reavivaron cuando se incorporó el uso de las pistolas Taser, que generan una descarga eléctrica sobre el agresor, ya que ese tipo de armamento no letal fue cuestionado por organismos de derechos humanos.

Ahora el gobierno de la ciudad de Buenos Aires incorporó otro clase de armas no letales, para su uso en lugares públicos, donde hay una intensa circulación de personas como estaciones de ómnibus, de subtes o de paseos públicos.

El viernes último, la Ciudad mostró cómo se están capacitando los policías con las nuevas armas de letalidad reducida, llamadas BYRNA, que permiten desactivar una amenaza a 20 metros de distancia.

Las pistolas BYRNA son de color naranja y funcionan a base de dióxido de carbono. Pueden lanzar proyectiles cinéticos totalmente sólidos, o químicos u orgánicos, como balines que al impacto se fragmentan y liberan una sustancia parecida al gas pimienta, por ejemplo.

Tienen la finalidad de incapacitar momentáneamente o disuadir a una persona que pone en riesgo a sus víctimas, a los policías y a sí mismo.

“Las pistolas se cargan con aire comprimido y disparan municiones que pueden ser de impacto y pegar un golpe importante como para frenar a quien agrede, o pueden tener un químico en una especie de gas pimienta que también inhibe y molesta, pero que permite trabajar a 20 metros”, dijo el jefe de Gobierno, Jorge Macri.

Además, indicó: “El policía tiene esta opción adicional. Son 500 armas y ya se está capacitando al personal con los instructores. En el mes de agosto van a estar ya en funcionamiento en la calle. Son mecanismos y tecnologías de punta que le dan al policía en ese momento la posibilidad de actuar”.

Las BYRNA se sumarán a las pistolas TASER que generan una descarga eléctrica que inmoviliza al potencial agresor y que sirven para actuar en espacios reducidos. Cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable envían 400 voltios durante cinco segundos. 

Actualmente, la Policía de la Ciudad dispone de 90 armas TASER ya que acaba de comprar 30. Para fin de año está previsto comprar otras 100.