Villarruel a cargo del Ejecutivo: la historia de los conflictos entre presidentes y vices
Con Milei rumbo a París para reunirse con Macron y asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos, la vicepresidenta deberá asumir la titularidad del gobierno nacional en forma temporaria. En el medio, continúan las rispideces y la dupla libertaria sigue sin hablarse. Qué otros mandatarios tuvieron relaciones complicadas con sus segundos.
El presidente Javier Milei viajará esta noche con destino a París, en donde asistirá a la inauguración de los Juegos Olímpicos y se reunirá con su par francés Emmanuel Macron. El viaje se da luego de la polémica con Francia por los cánticos racistas de los jugadores de la Selección Argentina de fútbol tras la obtención de la Copa América y la posterior defensa de la vicepresidenta Victoria Villarruel a Enzo Fernández, principal apuntado por los medios.
El descargo provocó el enojo de Milei y de su hermana Karina, quien decidió intervenir y fue de urgencia a la Embajada francesa en Argentina para explicar el “desafortunado comentario”, según palabras del vocero Manuel Adorni, que había tenido Villarruel, quien ahora deberá asumir la presidencia hasta el regreso de su superior. Contradictoriamente, Milei había retuiteado una publicación en donde se defendía a Enzo Fernández y Messi y que pedía la salida del ex subsecretario de Deportes Julio Garro, quien había pedido que el capitán de la Selección pidiera disculpas por lo sucedido.
“Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas. Enzo yo te banco, Messi gracias por todo! ¡Argentinos siempre con la frente alta! ¡Viva la Argentinidad!”, había dicho la vicepresidenta en el mencionado tuit.
Ayer, en el marco de un viaje a Catamarca, la vicepresidenta se refirió a esta polémica. “Yo siempre quise defender a la Selección Argentina y a los argentinos. Todas las demás interpretaciones la verdad que paso por alto y no me ofendo”, señaló Villarruel y agregó: “Siempre creo que lo más importante es apoyar a cada uno de los argentinos y la Selección nos da tantas alegrías que creo que todos estamos de acuerdo en agradecerles, apoyarlos y estar siempre con ellos”.
Mientras todo esto sucede, el vocero presidencial confirmó que no hay diálogo entre Javier y Victoria. “No generó ninguna rispidez, solo fue un comentario que no representaba la decisión del Gobierno. Hizo más ruido que lo que fue, fue una pavada”, señaló el funcionario ayer y confirmó que el presidente Javier Milei y su vice “no hablaron en estos días”. En la conferencia de prensa del pasado viernes, el vocero había aclarado que las palabras de Villarruel “no representan la postura del gobierno”.
Lo cierto es que a partir de esto, la vicepresidenta fue el blanco de críticas por parte de dirigentes de La Libertad Avanza. No solo Milei dejó de hablarle, sino que los trolls libertarios comenzaron a atacarla por redes sociales.
Las peleas históricas entre presidentes y vices de Argentina
La ruptura de la relación presidencial tal vez más recordada es la de Cristina Fernández de Kirchner con Julio Cobos. En el 2008, mientras se debatía la “125” elaborada por el entonces ministro de Economía Martín Lousteau, en el Senado de la Nación, al exvicepresidente radical le tocó desempatar la votación y allí dijo su famosa frase “que la historia me juzgue, mi voto no es positivo”. El objetivo del proyecto era aumentar los ingresos fiscales del Estado y redistribuir la riqueza en un momento de altos precios internacionales de los commodities agrícolas. La decisión de Cobos significó un quiebre en la relación con Cristina y fue excluido del resto de la gestión. Para la reelección en 2011, Cristina conformó la dupla con Amado Boudou.
Pero a Cristina le tocó volver a protagonizar otra mala relación en la fórmula antecesora a la actual, junto al exmandatario Alberto Fernández. El origen de la mala relación nace de las críticas de la exvice a las políticas económicas llevadas a cabo por el primer ministro de Economía de la gestión, Martín Guzmán, a quien Alberto le había brindado todo su apoyo, a pesar de ser mal visto por su vice, y la reestructuración de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Por octubre del 2020, CFK había advertido sobre la crisis económica y habló de “funcionarios que no funcionan”. A partir de ahí, los mandatarios no tuvieron relación y apenas se mostraron juntos en público en lo que restó de mandato.
Unos años antes, los choques tuvieron de protagonistas a Nestor Kirchner y Daniel Scioli, hoy secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de Milei. Las diferencias en este caso eras más bien ideológicas y de toma de decisiones y no tanto en lo personal. El primer conflicto se registró luego de que la Cámara de Diputados aprobara la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en 2003. El exgobernador bonaerense señaló en ese momento que la medida era "clara señal de inseguridad jurídica". La opinión no fue bien vista en el interior del gobierno y como respuesta, se desplazó a toda la gente de Scioli de la Secretaría de Turismo, luego de que el vice anunciara una suba de tarifas ante los empresarios en el Coloquio de IDEA.
En octubre de 1999, Fernando de la Rúa y Carlos “Chacho” Álvarez triunfaron en las elecciones con "La Alianza", en medio de una crisis económica y social en el país. Un año después, Chacho estaba presentando su renuncia luego de denunciar el caso de coimas en el Senado y posibles casos de corrupción en el gobierno. Asimismo, el ex vicepresidente había comentado públicamente su insatisfacción con el gobierno que encabezaba el ex intendente porteño, pero siempre aseguró que su renuncia no tuvo que ver con la caída del gobierno tiempo después.
Unos años antes, la pelea la protagonizaron Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Desde que asumió la presidencia en 1989, el expresidente Menem planteó una agenda con un enfoque neoliberal en materia económica y una política exterior apuntada a abrirse hacia el mundo y la integración regional. Duhalde, en cambio, planteaba una visión más tradicional del peronismo, y la principal crítica provino de las privatizaciones de empresas estatales y las políticas de ajuste. Otro cortocircuito significó la decisión del ex vicepresidente de presentarse como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde lograría triunfar en 1991. Las críticas públicas de Duhalde continuaron a lo largo del mandato de Menem y lo llevó a presentarse como candidato presidencial del PJ en 1999, donde obtendría la victoria de la Rúa.