Tiros en la estación Retiro: la muerte de la mujer policía relanzó el debate por las Táser
Una oficial de la Policía de la Ciudad recibió dos disparos cuando intervino en un altercado en la estación del subte C. Desde el Gobierno porteño insistieron en la implementación de las pistolas de descargas eléctricas.
Maribel Nélida Zalazar, de 35 años, se desempeñaba como oficial de la Policía de la Ciudad en la división de subtes. Pero esta martes perdió la vida producto de dos disparos de bala, uno en el cuello y otro en el tórax, cuando se encontraba en la estación de Retiro de la Línea C.
El hecho ocurrió por la mañana en el momento en el que un pasajero del subte se bajó en la estación Retiro y mantuvo una discusión con un empleado de EMOVA (concesionario del Subte de Buenos Aires). Zalazar intercedió en la discusión y el hombre que había le sacó el arma reglamentaria y comenzó a disparar.
La oficial fue trasladada al Hospital Churruca pero, a pesar de los esfuerzos de los médicos, no pudieron revertir la situación. Tras conocerse el fallecimiento, el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, sostuvo que el “enfrentamiento podría haber sido controlado con una pistola Taser. Hace dos años compramos 60 unidades, pero el gobierno kirchnerista las bloqueó con el festival de excusas truchas que usan para defender delincuentes”.
“¿Cuántas tragedias vamos a tener que lamentar por culpa de este capricho ridículo? ¿Hasta dónde va a llegar esta irresponsabilidad de querer cagarles la vida a los porteños porque no votan chorros? ¿Qué van a inventar ahora?”, cuestionó el funcionario porteño, quien se encuentra en licencia tras la polémica de los supuestos chats por Lago Escondido.
Y añadió: “Las armas no letales son una herramienta clave para cuidar a la gente, la mayoría de los países del mundo las usan. La mezquindad política no puede ser más importante que la vida de las personas”.
A estas palabras se sumó el exdiputado Waldo Woff -actual secretario de Asuntos Públicos de la Ciudad de Buenos Aires-, quien afirmó en su cuenta de Twitter que las “fuerzas de seguridad no tienen por qué seguir desamparadas frente a violentos o delincuentes que son capaces hasta de matar”. Y añadió: “La negligencia política mata”.
A su vez, el diputado y líder de Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, se refirió al tema: “Con una Taser, pudo haberlo reducido pero este modelo anti-policía nos sigue costando vidas”.
El debate sobre las pistolas Taser
Desde hace años se discute si las fuerzas de seguridad deben o no utilizar armas de descargas eléctricas, mas conocidas como Tasers. El primero en proponer su uso fue Mauricio Macri cuando era jefe de Gobierno porteño, pero recién en 2015 el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad habilitó el uso de los dispositivos, zanjando la discusión.
Se trata de armas con forma de pistola que, al activarlas, disparan dos dardos que aplican una descarga eléctrica al hacer impacto en el cuerpo de la persona, que la incapacita temporalmente. La descarga es un impulso eléctrico de unos 50.000 voltios y una duración de pocos segundos que confunde al sistema nervioso y produce una paralización muscular.
La descarga puede ser continua y prolongada si se mantiene el gatillo apretado o reiteradas tantas veces como se apriete y suelte el gatillo. También se pueden utilizar como arma de contacto directo, según datos de Amnistía Internacional.
En 2019, la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, aprobó un reglamento de uso de las pistolas para las fuerzas federales. Poco tiempo después se licitó y adjudicó la compra de 60 pistolas tipo Taser. Para ello, en diciembre de 2020, se inició el trámite ante la Agencia Nacional de Materiales Controlados, pero el Gobierno porteño nunca obtuvo respuesta de Nación; mientras que organismos de Derechos Humanos se pronunciaron púbicamente en contra.
En octubre pasado, la Ciudad presentó en la Justicia un "amparo por mora" para destrabar la importación, pero hasta le fecha sigue sin una respuesta concreta.