La interna del peronismo en la provincia de Buenos Aires vive su momento más álgido. Y, al parecer, no hay señales claras de que esto pueda cambiar. Por el contrario, cada vez son más los dirigentes que a viva voz o en off dejan en claro que el riesgo de quiebre es real.

Las posturas son claras. El sector que tiene como líder a la presidenta del PJ nacional, Cristina Fernández, y a su par bonaerense, Máximo Kirchner, busca que las elecciones provinciales se realicen en la misma fecha que las nacionales de manera concurrente por haber en juego dos sistemas diferentes para votar.

El Movimiento Derecho al Futuro, que tiene al gobernador Axel Kicillof, como principal conductor ya manifestó que su intención es desdoblar los comicios. Hacia adentro entienden que esta es una oportunidad clara para que los bonaerenses vivan una elección propia. Y, al mismo tiempo, evalúan que esto podría favorecerlos en la puja con la oposición. En otras palabras: que podrían ganar

Las dos ideas tiene un punto previo de conflicto: las PASO. Ambas partes están de acuerdo en suprimirlas. Sin embargo, el kirchnerismo duro pide que para contar con su aprobación en la legislatura bonaerense, el gobernador bonaerense se comprometa a no separar los comicios.

Kicillof rechaza esta propuesta. Sabe que tiene la potestad de llamar a elecciones para cuando considere. El problema radica en cuál de las dos posiciones se impone. Y quien asume el costo interno y externo de la derrota que implicaría aceptar las condiciones electorales del otro sector.

Hoy por hoy ninguna de las partes quiere ceder. La presentación del proyecto para elecciones concurrentes realizado por la senadora María Teresa García, cercana a Cristina, así lo expuso. Lo mismo, el hecho de que los legisladores de Kicillof hayan dado quorum una semana atrás para tratar el pedido de suspensión de las PASO y que el resto de Unión por la Patria se haya quedado en sus despachos. 

El propio Kicillof fue claro días atrás cuando aseguró que "no me voy a hacer el tonto con esto. Tanto en la oposición como dentro de nuestra fuerza política hay diferentes opiniones de cómo hacemos para solucionar los desastres que generó Milei". La interna está desatada.

Peligro de quiebre: "Si no acordamos, tendremos que ir separados cada uno con su espacio"

En este marco, otra de las principales partes que componen UxP, como es Sergio Massa, ya expresó por lo bajo y a través de sus dirigentes que cada vez está más lejos de la postura de Axel. Y mandó a acordar con el kirchnerismo duro pese a que para afuera expresa un rol de mediador.

Consecuencias

Sin un escenario claro en lo electivo pero sí en la interna, el peronismo enfrenta uno de sus momentos más complejos desde que Javier Milei fue elegido como presidente. Las diferencias hacen imposible no solo acercar posiciones en lo provincial sino que también tiene su impacto a nivel nacional. Buenos Aires representa casi al 40 por ciento del electorado. Y es difícil armar con la Provincia trabada.

“De este laberinto se sale por arriba. Los que tienen la llave son Axel, Cristina y Massa”, le dijo a Data Clave el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, quien juega en favor del gobernador. Y aclaró que “todos tenemos la misma camiseta y es una pena que no llegue a buen fin, pero los legisladores propios deberían responderle a Axel que es quien maneja la Provincia”.

Y ante la consulta de si estas diferencias pueden llevar a un quiebre, Barrera es contundente: “Sí, puede pasar. Pero hay que ver. Si no se acuerda, tendremos que ir separados, cada con su espacio y después de las legislativas nos sentaremos de nuevo a conversar. No hay dramatizar tanto”.

La frase golpea. Y deja en claro que el kicillofismo está dispuesto a todo con el fin de que se cumplan las demandas del gobernador. Está claro que detrás de esto hay una puja por el poder central y con el armado de lo que serán las listas. Los intendentes de Kicillof bajaron su opinión al respecto y dejaron en claro que acompañan hasta “las últimas consecuencias”.

Barrera retomó la palabra para explicar que las elecciones concurrentes llevan a perder participación porque los bonaerenses nunca vimos una boleta única. Y nosotros lo que tenemos que hacer es sumar. No podemos perder el tiempo en pensar en qué puesto va un legislador. El enemigo es Milei”.

Y agregó que “del otro sector piensan que nos vamos a desentender de las nacionales y que no vamos a empujar. Y es mentiura. Quiero que mi equipo gane en todos lados. Es una debilidad de la parte que no entienden que no es bueno una elección conceurrente. Todos tienen que ceder”.

Lo cierto es que hoy cada sector sigue plantado en su postura. Y que, por lo pronto, no hay chances de acuerdo. El próximo 3 de abril en la Cámara baja de la Legislatura se verá un nuevo capítulo. Y ahí se podrá advertir cuál será el desenlace de una problemática que afecta a la oposición nacional y que favorece al oficialismo.