Menem pretende hacerles pagar el costo político del "Genocidas Tour" a dos legisladoras libertarias
Las diputadas Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta quedarían en las próximas horas en el ojo de la tormenta por este encuentro con criminales de lesa humanidad. Sería una estrategia del titular de la Cámara baja, quien pretende así cortar el hilo por lo más delgado y salvar a los verdaderos ideólogos de esta actividad. Organismos de DD.HH pedirán la expulsión de los legisladores que se reunieron en el penal de Ezeiza con represores, en base a un documento del Servicio Penitenciario.
La visita de un grupo de diputados a genocidas en el Penal de Ezeiza desató una dura puja interna en la bancada de La Libertad Avanza (LLA) en la Cámara baja, y el titular del cuerpo, Martín Menem, intentaría adjudicarles la responsabilidad de esta actividad a las legisladoras Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta.
Ambas diputadas serían quienes pagarían el costo político por este encuentro, y se buscaría así salvar al resto de los legisladores que integraron la delegación que ingresó a la institución carcelaria el pasado 11 de julio, según indicaron a Data Clave fuentes parlamentarias.
Organismos de Derechos Humanos se presentarán en lunes en la Cámara de Diputados para solicitar la conformación de una comisión para expulsar del cuerpo a los legisladores libertarios que se reunieron con criminales de lesa humanidad condenados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar. Basarán esta iniciativa en un documento del Servicio Penitenciario Federal que verifica la realización de este encuentro en el penal de Ezeiza.
Este viernes, en el canal C5N, se difundió la foto del libro de ingresos del penal donde quedaron registradas las presencias en la unidad penitenciarias de Bonacci, Arrieta y Guillermo Montenegro, entre otros, quienes son descriptos como “magistrados” que iban a visitar a “la población de lesa humanidad” alojada en esa cárcel.
Se trata de un documento sensible, que indica la responsabilidad en el caso del personal jerárquico del Servicio Penitenciario Federal, que depende del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich.
En base a esa información, la agrupación HIJOS de Capital Federal adelantó que los organismos de Derechos Humanos impulsaran que Diputados forme una comisión para analizar las expulsiones de los legisladores que se entrevistaron en Ezeiza con genocidas como Alfredo Astiz, Antonio Pernías, Gerardo Arráez, el "Pájaro" Martínez Ruíz, Agustín Oyarzábal Navarro, Adolfo Donda, Raúl Guglielminetti y Carlos Suárez Masón.
Esta semana, en La Libertad Avanza comenzaron las maniobras tendientes a desactivar los efectos negativos que esta actividad causó en las filas del oficialismo y que concitó el repudio de las bancadas de Unión por la Patria (UxP), la izquierda, y los espacios de la denominada oposición dialoguista.
La mendocina Arrieta ratificó su visita y su encuentro con Astiz, pero alegó que en realidad no sabía con quién estaba hablando.
“Estuve y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras y no tenía ni idea”, intentó justificarse la diputada libertaria.
No obstante, indicó que en un momento de la visita decidió abandonar la reunión. “Nos sentaron a todos los diputados enfrente de ellos y junto con Rocío (Bonacci) que estaba muy incómoda, en un momento decidimos levantarnos e irnos”, señaló sobre esta actividad que organizó el legislador entrerriano Beltrán Benedit. También participaron las diputadas libertarias Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo.
Montenegro le planteó a sus pares es que la visita “no fue en solidaridad con Astiz” ni los demás condenados, sino que era para conocer su estado de detención. “Es mentira que no sabía dónde iban”, indicó una fuente de la bancada de LLA, donde un grupo procura que Bonacci y Arrieta “sean las que pagan el costo más alto”, con el propósito de salvar a los verdaderos ideólogos de la visita. Todo estaría en línea con una estrategia diseñada por Martín Menem.
El miércoles, se votaría en el recinto la conformación de esta comisión, y la intención es responsabilizar a Arrieta y Bonacci. La jugada de Menem pasaría por dejar al margen de cualquier sanción a Montenegro, quien supo ser un dirigente de confianza de la actual vicepresidenta, Victoria Villarruel, cuyos vínculos con los represores tienen vieja data.
Montenegro habría sido en realidad el autor ideológico de esta visita, pero cortar el hilo por los más delgado sería lo más sencillo. De esta forma se disimularía que en el seno de la bancada de LLA se diseñaba un proyecto para acelerar las liberaciones de los genocidas.