El Gobierno, al igual que el kirchnerismo, decidió quitar apoyo un proyecto de ley en la Cámara de Diputados que proponía limitar el poder de los sindicatos. La reforma, impulsada por la UCR, el PRO y la Coalición Cívica, apuntaba a modificar la Ley de Asociaciones Sindicales, introduciendo medidas como la restricción a la reelección indefinida de los dirigentes gremiales, la eliminación de las "contribuciones solidarias" que afectan a los no afiliados y la incorporación de mayor transparencia en los fondos sindicales.

La reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo, prevista para esta semana, fue postergada apenas dos horas antes de su inicio, bajo la presión del bloque oficialista. Sin el apoyo de los diputados de Unión por la Patria (UxP), quienes también tienen roles dentro de sindicatos, el proyecto no pudo avanzar. Los 12 miembros de la oposición no alcanzaron la mayoría necesaria para firmar el dictamen, que requería el respaldo de al menos 16 de los 31 legisladores que integran la comisión.

El diputado Martín Tetaz, presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo, criticó duramente la actitud del Gobierno y del kirchnerismo, a quienes acusó de estar alineados con la Confederación General del Trabajo (CGT). “Lamentablemente, el Gobierno le da un cachetazo a Biró para la foto, pero después se abraza con los Gordos de la CGT”, disparó el diputado, haciendo referencia al secretario general del gremio de pilotos de Aerolíneas Argentinas. El diputado de la UCR consideró que el oficialismo está protegiendo a los gremialistas y bloqueando una reforma que "necesita la Argentina para frenar la reelección de los sindicalistas y darle más libertad a las obras sociales".

El proyecto de reforma sindical cuenta con el rechazo de la CGT y las dos ramas de la CTA, que ven en estas modificaciones una amenaza directa a su poder de recaudación y representación. Las organizaciones gremiales aceleraron conversaciones con legisladores cercanos al Gobierno para frenar la iniciativa. Voceros cercanos al kirchnerismo confirmaron que Héctor Daer, referente de la CGT, tuvo un rol activo al contactar a varios diputados clave para garantizar que no se alcanzara el consenso necesario en la comisión.

Además del rechazo oficialista, los cinco diputados libertarios que integran la Comisión de Legislación del Trabajo -Pablo Ansaloni, Manuel Quintar, Marcela Pagano, Alida Ferreyra y Lorena Villavede- decidieron no acompañar el dictamen de la oposición. Esta postura sorprendió a los bloques del PRO y la UCR, quienes habían trabajado en un texto consensuado que integraba las propuestas de distintos proyectos. “Nos apuraron con una reunión de bloque y decidimos sostener lo que veníamos trabajando. Hay seis proyectos nuestros y al dictamen que íbamos a firmar hoy se incorporó todo lo que habíamos pedido”, expresó un referente del PRO, lamentando la falta de apoyo de los libertarios.

Por su parte, los legisladores alineados con el kirchnerismo justificaron su rechazo a la reforma apuntando contra la conducción de Tetaz, a quien acusan de no haberlos convocado a tiempo para discutir el texto. Desde el bloque oficialista, también señalaron que impulsarán sus propios cambios en la normativa sindical en el futuro cercano, aunque no dieron detalles sobre qué aspectos incluirían.

El PRO, a través de un comunicado en la red social X, ratificó su apoyo al proyecto de reforma sindical, dejando en claro que la lucha por limitar el poder de los gremios seguirá en agenda. “El Bloque Pro ratifica su apoyo al Proyecto de Ley sobre Democracia Sindical que será tratado en la Comisión sobre Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados”, expresaron.

X de PRO Diputados

En contraposición, la diputada Mónica Frade, de la Coalición Cívica, fue más dura en su postura: "Está claro que este Gobierno está asociado a las mafias sindicales”, escribió en su cuenta de X, tras enterarse de la postergación de la reunión.

X de Monica Frade

Tetaz acusó en sus redes directamente por “pactar con los gordos de la CGT” y afirmó; “Este es el tipo de cosas miserables de la política que dan bronca y ganas de abandonar a los que realmente queremos el cambio”. La encargada de seguir el tratamiento de este tema en el bloque libertario fue Aida Ferreyra, que según la bancada dialoguista, siempre estuvo a favor del dictamen. Hasta que llegó la orden de bajar el apoyo. “Nunca hubo dudas, estaban todos los bloques, el único que no apoyó hoy fue La Libertad Avanza”, bramaron en la comisión de Trabajo.

Desde el oficialismo aseguran que no quitaron el apoyo a la iniciativa y que siguen teniendo la misma postura frente a la propuesta de reforma sindical. “Es un tema de timing”, afirmaron fuentes parlamentarias con acceso a los despachos libertarios y confirmaron que en otro momento se debatirá.

Mientras tanto, la Unión Industrial Argentina (UIA) también se pronunció en contra de la reforma. Durante la última reunión de la comisión, su representante, el abogado Juan José Etala, rechazó la regulación de los mandatos sindicales al considerarlo un tema "institucional" en el que no debería intervenir el sector empresarial. Con este posicionamiento, tanto el Gobierno como el empresariado parecen alinearse, al menos parcialmente, en mantener el statu quo en el sistema gremial.

Por ahora, la reforma sindical ha quedado en suspenso, y el debate en la Comisión de Legislación del Trabajo fue postergado por una semana. Aunque el oficialismo negó cualquier acuerdo explícito con los gremios, su decisión de no acompañar el proyecto opositor refleja una sintonía con los intereses sindicales que, por el momento, ha logrado frenar cualquier intento de modificación en el esquema actual.