Las privilegiadas condiciones de detención de Alperovich: visitas VIP de una "famosa" y vínculos con Lotocki
Condenado por abuso sexual en junio de 2024, nueve meses después y con el patrocinio de los abogados más caros de Argentina, pretende tener prisión domiciliaria alegando que está por cumplir 70 años y que tiene problemas de salud. Los privilegios a los que aspira se dan de bruces con la posibilidad de conseguirlos: sus recursos económicos le permitirían huir de la justicia. Recibe además las visitas quincenales de la exGran Hermano y vieja amiga Marianela Mirra.
José Alperovich fue condenado en junio de 2024 a 16 años de prisión por tres hechos de abuso sexual -dos de ellos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por acceso carnal.
Quien fue el hombre más poderoso de Tucumán de las dos últimas décadas cometió los delitos entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en las ciudades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena y en un departamento de Alperovich en el barrio porteño de Puerto Madero, mientras su sobrina trabajaba como su asistente personal en la campaña electoral de 2018-2019 para regresar a la gobernación provincial mientras él era senador.
El 24 de mayo de 2019, en plena campaña electoral, la joven decidió presentar su renuncia. En noviembre de ese año publicó una carta acusando de abuso sexual a su tío segundo, quien pidió licencia sin goce de sueldo en la Cámara Alta.
Allí se abrieron dos investigaciones -una en Tucumán y otra en Buenos Aires- que luego terminarían unificándose por orden de la Corte Suprema de Justicia. La defensa de Alperovich la llevó adelante Mariano Cúneo Libarona, quien al asumir como ministro de Justicia delegó la causa en el doctor Garrido, de su mismo estudio. En la actualidad tiene como codefensor, además, a Maximiliano Rusconi. El 18 de junio de 2024 y luego de un juicio de cinco meses el juez Juan María Ramos Padilla consideró probadas las acusaciones.
“Él aprovechó esta extrema cercanía para poder cometer todos y cada uno de los hechos que aquí se le atribuyen, a partir de su enorme poder económico, político, social y funcional, que denotan una asimetría en todos estos aspectos que inexorablemente nos llevaron a los tipos penales en los que precisamente se calificaron sus conductas”, sostuvo el juez, y agregó: "Alperovich abusó de su inmenso poder e influencias y, contrariando las expectativas que existen en cuanto al comportamiento que un servidor público debe tener, cometió los hechos en cuestión, imprimiéndole siempre a sus acciones una sensación de total impunidad en función del poder que ostentaba”
La misma noche en que se dictó la condena, Alperovich fue trasladado al penal de Ezeiza, donde primero permaneció en el pabellón de abusadores junto a otros 25 internos condenados por delitos similares y luego pasó a otro de personajes célebres, como el cirujano plástico Aníbal Lotocki o el portero femicida Jorge Mangeri. Debe cumplir el mismo régimen que el resto de los detenidos en cuanto a horarios y trabajos.
Se quiere ir a su casa
Desde el primer día en la cárcel solicita el beneficio de la prisión domiciliaria con diversos argumentos: desde problemas de salud y la supuesta imposibilidad de recibir tratamiento médico adecuado, hasta el beneficio que se otorga a los mayores de 70 años, que cumplirá este 13 de abril.
El juez Ramos Padilla rechazó todos y cada uno de los pedidos de arresto domiciliario, pero ahora la causa está en manos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Según la defensa, el exgobernador sufre un “deterioro progresivo e irreversible” que se ha agravado debido a las condiciones de su encarcelamiento. Rusconi sostuvo que “la rehabilitación de alta complejidad necesaria para su condición no puede ser adecuadamente proporcionada en un entorno carcelario, lo que conlleva un riesgo de deterioro continuo y complicaciones graves”. En ese sentido, invocó principios jurídicos como la humanidad de las penas, la prohibición de tratos crueles e inhumanos, y el derecho a la salud de las personas privadas de libertad.
Argumentó que, dado que los testigos ya declararon y el debate oral concluyó, no habría razones para impedir su permanencia en el domicilio familiar en Puerto Madero, el mismo departamento donde abusó de su sobrina, aunque él declaró que si bien ella se quedaba allí a dormir, lo hacía en una habitación diferente a la de él -como si eso confirmara que no hubo abuso alguno-.
Por si fuera poco, desde marzo de 2025, Alperovich enfrenta una nueva causa. El fiscal federal Guillermo Marijuan lo imputó, junto a su esposa, la ex senadora Beatriz Rojkés, por presunto enriquecimiento ilícito. Este nuevo proceso podría derivar en una pena de hasta seis años de prisión.
Simulaciones, su vecino de celda y la visita de una amiga especial
La posibilidad de que en nueve meses de prisión su salud se haya deteriorado al extremo de no poder ser asistido en el Penal de Ezeiza, en donde también pasan sus días los criminales condenados por delitos de lesa humanidad, es un tanto dudosa. Los privilegios que gozan esos detenidos VIP están muy por encima de los que le son negados a los comunes: desde ambulancia las 24 horas hasta servicio de rehabilitación física, de canchas de tenis a gimnasio, de biblioteca con acceso a internet a habitaciones individuales.
Alperovich tiene una celda individual de 6x3 y los recursos económicos suficientes como para estar asistido y abastecido de todo lo que precisare. En la celda contigua está el cirujano plástico Anibal Lotocki. Algunas fuentes cercanas a las fuerzas de seguridad dicen que lo aconseja en como simular o autoprovocarse diversas dolencias o impedimentos que resulten creíbles y es el mismo médico quien se encarga de llevarlo en silla de ruedas desde la celda al comedor o al patio en los momentos recreativos.
De confirmarse que finge, simula o exagera dolencias luego de un cotejo pericial profundo, la posibilidad de la domiciliaria se esfumaría, aunque Rusconi directamente lo defina como "incapacitado".
Pero hay un segundo obstáculo: es una persona que de pisar la calle, podría huir de la justicia perfectamente; tiene los vínculos políticos y los recursos económicos como para hacerlo.
Y como si fuera poco, un tercer escollo aparece en el firmamento cada vez más lejano de la prisión domiciliaria. Sus supuestos deterioros físicos y psíquicos que le impedirían pasar un día más en su celda parecerían esfumarse cada quince días, cuando recibe la visita de una vieja amiga: la exparticipante de Gran Hermano y luego empleada de la gobernación tucumana Marianela Mirra.
Si bien siempre negaron tener un vínculo sentimental, desde 2012 hasta la actualidad la realidad parece desmentirlos, al punto que en 2020 se los vio desembarcar juntos en el Aeropuerto cuando volvían juntos de un viaje a Cancún.
Mirra fue nombrada como personal contratado en el Parlamento de Tucumán desde 2009 hasta 2014, cuando se hizo público que había entrado allí por pedido de Alperovich y la despidieron. Además de en la Legislatura, también tuvo un fugaz paso por la Secretaría de Turismo de la Provincia, desde donde realizó importantes campañas para el ente.
Su madre y su hermano también fueron personal del estado tucumano durante la gestión de Alperovich: Angelina del Valle Vinciguerra y Mario Mirra respectivamente, estuvieron nombrados en el Concejo Deliberante de Yerba Buena.
Actualmente Marianela es abogada como su hermano, tiene sus redes sociales cerradas, pero puede verse que gusta de catar vinos y viajar por el mundo. Según la revista Para Ti, tiene postales en ciudades como Nueva York hasta en las bellas playas de Cancún, además siempre está rodeada de amigos y familiares, demostrando que lleva una vida social muy presente. Mantiene su lado sentimental muy reservado y sólo publica imágenes de su sobrino y su pequeño perro chihuahua.