La CGT, entre idas y vueltas con el gobierno y la exigencia para convocar al tercer paro general
La central sindical definió una nueva medida de fuerza a nivel nacional para el 10 de abril, a la que se sumaron la UTA y los maquinistas de trenes. Hace unos días ya habían llamado a movilizarse el 24 de marzo, por el Día de la Memoria, y en apoyo de los jubilados el día previo al paro nacional.
La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó ayer al tercer paro general en lo que va del gobierno de Javier Milei. La medida de fuerza se llevará a cabo el próximo 10 de abril, con el apoyo de los gremios de transporte UTA (coletivos) y La Fraternidad (trenes). Hace unos días, la cúpula de la central obrera había decidido romper la tregua con el Ejecutivo para definir movilizaciones y una nueva medida de fuerza nacional.
La primera medida de fuerza nacional de la CGT contra el gobierno libertario se dio el 24 de enero del año pasado, a poco más de un mes de haber iniciadio la gestión. El paro se replicó el 8 de mayo, en reclamo por la eliminación de artículos de la Ley Bases, impedir el regreso del Impuesto a las Ganacias y el ajuste económico, entre otras razones. A partir de ahí, comenzaron un proceso de idas y vueltas con el gobierno, que llevaron incluso a formalizar una tregua, con el fin de que el Congreso no avance con la reforma sindical y mantener vigentes los aportes extraordinarios, el cobro de cuotas solidarias y las reelecciones indefinidas.
Este inesperado diálogo llevó a una ruptura en el triunvirato de la CGT, con la renuncia del lider de Camioneos, Pablo Moyano. “Renuncio al no coincidir con las medidas de la denominada mesa chica”, argumentó el hijo mayor de Hugo Moyano en una carta presentada al consejo directivo en noviembre pasado. El lider sindical venía insistiendo con la necesidad de convocar a una nueva medida de fuerza, pero la resistencia de los dialoguistas lo llevó a correrse de la cosecretaría general. Su lugar fue ocupado luego por Octavio Argüello.
A pesar de esto, el acuerdo con el gobierno era frágil y desde hace unas semanas comenzó a tensarse aún más la relación debido al endurecimiento para convalidar paritarias, sumado al repudio por la represión policial en las marchas de jubilados.
La semana pasada, durante el Congreso de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que se llevó a cabo en la sede porteña de la CGT, el cosecretario general, Héctor Daer, confirmó la decisión de llamar a un nuevo paro general. “Este Gobierno no cree en el diálogo, no habla con nadie. Dialogar significa ir a un horizonte de construcción. Esto no sucedió nunca”, aseguró el referente del sindicato de Sanidad.
Sin embargo, dentro de la CGT hubo presiones para evitar la confrontación con el gobierno desde sectores dialoguistas, entre ellos Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y los dirigentes que responder al lider de gastronómicos, Luis Barrionuevo, quien en algún momento estuvo alineado con Javier Milei.
Más allá del paro nacional, la central obrera definió sumarse a dos movilizaciones. Por un lado, convocarán a la manifestación del 24 de marzo, en conmemorción del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia; y por otro, se pliegarán a la habitual marcha de jubilados de los miércoles, el próximo 9 de abril, un día antes del paro general.
De esta forma, la CGT volverá a las calles mientras el escenario político comienza a calentarse de cara a las elecciones legislativas. Desde dentro de la central obrera exigen que haya representación de trabajadores y dirigentes del movimiento obrero en las listas del peronismo.
Como respuesta al paro, ayer el vocero presidencial, Manuel Adorni, planteó que “no hay nada que amerite un paro” y opinó que los gremios buscan “hacerle daño” al gobierno. “En los últimos 40 años lo único que hicieron los gremios es que aumente la informalidad laboral y se destruyan los salarios. Durmieron tanto tiempo, es increíble como de repente despertaron", expresó el portavoz en su habitual conferencia de prensa.