La relación entre Javier Milei y la prensa argentina viene marcada por la desconfianza, los choques y un sinfín de declaraciones agresivas que parecen no tener tregua. Este último round se dio en el aniversario de la Fundación Mediterránea, donde Milei apuntó con nombre y apellido contra el Grupo Clarín. “Alfonsín fue parte de un golpe de Estado, pesificaron la deuda a Clarín y lo mostraron como un héroe”, disparó el presidente. Sin embargo, las tensiones entre Milei y los medios tienen un historial mucho más amplio, en el cual las acusaciones y denuncias de manipulación por parte del mandatario se han vuelto una constante.

El enfrentamiento comenzó mucho antes de que Milei llegara a la presidencia, cuando aún era diputado y sus polémicas declaraciones resonaban en las redes sociales. Ya entonces, el actual presidente criticaba a los medios a los que acusaba de “desinformar a la gente”. Con su ascenso a la Casa Rosada, la postura se volvió mucho más fuerte y se materializó en un discurso abierto en el que Milei no solo se defiende de las críticas, sino que contraataca, señalando a los medios como enemigos de su gestión y promueve la violencia contra los periodistas.

"El 85% de los medios mienten": Este latiguillo ya se ha convertido en una de sus frases de cabecera. Durante su campaña electoral, Milei sostuvo que casi todos los medios “tergiversan los hechos para confundir a la población”. Aunque no es el primero ni será el último presidente en enfrentarse a la prensa, su estilo es particular: no solo se limita a cuestionar las publicaciones, sino que busca “desenmascarar” a los periodistas que, según él, forman parte de una maquinaria de noticias falsas.

Con la presidencia ya asumida, en agosto de este año, el mandatario redobló su postura, señalando con particular intensidad a La Nación y Clarín. A estos dos grandes multimedios los acusó de "conspirar en contra" de sus políticas económicas y sociales. En un discurso encendido, aseguró que "no van a doblegarnos con sus mentiras y sus manipulaciones", una afirmación que desencadenó nuevas respuestas de los periodistas. De hecho, periodistas y directivos de ambos medios respondieron que las críticas de Milei parecían más un intento de desviar la atención de las problemáticas internas de su gobierno.

De Washington a Buenos Aires, la bronca traspasa fronteras: No solo los medios argentinos están en la mira del mandatario. En septiembre, tras un artículo crítico del Washington Post sobre sus políticas, Milei lanzó una serie de acusaciones contra la prensa internacional, calificando la nota como “otra pieza del entramado global que quiere frenar el cambio en Argentina”. En su estilo vehemente, calificó a los corresponsales extranjeros de “lacayos” de intereses extranjeros que, según él, "tienen pánico de que las ideas de la libertad triunfen" en el país.

Otro momento álgido en la relación del presidente con los medios se dio tras un fallo judicial a su favor en una demanda por calumnias e injurias contra un periodista de Perfil. La decisión judicial que sobreseyó a Milei alimentó aún más su confianza para avanzar en sus embestidas, alentando su idea de "poner límites" a lo que considera una "manipulación de la información". Tras este fallo, el presidente sostuvo que “la verdad se va a abrir camino a pesar de los embustes” y advirtió que no dudará en continuar por la vía judicial con aquellos que, en su criterio, “mientan deliberadamente”.

¿Qué sigue en la pelea con la prensa?: En el horizonte, Milei dejó entrever sus intenciones de proponer una nueva regulación para los medios, argumentando que sería “para evitar la difusión de noticias falsas”. Aunque no existen detalles concretos, su declaración ya generó alerta en organismos de derechos humanos y asociaciones de prensa, que advierten sobre el riesgo de poner en juego la libertad de expresión en el país.