El presidente Javier Milei es la figura central en el aniversario de la Fundación Mediterránea, celebrado en el Centro de Convenciones de Córdoba. Acompañado de destacadas figuras, como el gobernador Martín Llaryora y la presidenta de la Fundación, María Pía Astori, el mandatario defendió su enfoque económico, caracterizado por la búsqueda de una inflación cercana a cero y un Estado austero. Al iniciar, Milei declaró: “En pocos lugares juego de local como acá. Estamos ante un evento histórico y no convencional para bajar la inflación, una hazaña que muchos dudaron que el Gobierno pudiera lograr.”

Durante su intervención, Milei recordó que el último registro de inflación mensual fue de 2%, y estimó una proyección anual del 28%. Contrastó estas cifras con la situación que encontró al asumir: “Cuando llegamos al poder, la inflación mayorista estaba en un 54%, que anualizado da un desquicio de 17.000%.”

El discurso avanzó con fuertes críticas a los gobiernos pasados, comenzando con una evaluación del mandato de María Estela Martínez de Perón, al que calificó de “espantoso, con desquicio económico y aberraciones como el decreto de aniquilamiento”. También apuntó contra la administración de Raúl Alfonsín, afirmando que el expresidente fue parte de un golpe de Estado, pesificaron la deuda a Clarín y lo mostraron como un héroe”. En cuanto a su gestión, señaló que ha evitado prácticas como el “plan Bonex”, y se diferenció de otros programas de estabilización: “No hubo hiperinflación previa ni licuación de activos; lo logramos sin recurrir a controles de precios ni cambiarios.”

Milei aprovechó la ocasión para reafirmar su rechazo a la intervención del Banco Central. Según su visión, la entidad solo “genera daño, emita o no, y reiteró su intención de reducir su influencia. “Si no hace nada, ¿para qué lo tengo?”, ironizó ante el auditorio.

Al tratar el tema de la inflación, afirmó que su administración ha conseguido reducirla al punto de llegar a “la más baja desde la creación del Banco Central”, e insistió en que el programa oficial de ajuste de precios logró recomponer precios relativos. Como suele hacerlo, recurrió a su característico tono para agregar: “Si no lo quieren considerar un milagro, se lo podemos aducir a las fuerzas del cielo.”

Milei también cuestionó a economistas y políticos críticos de su gestión, mencionando que sus declaraciones sobre devaluación son incorrectas: “Algunos me culpan de haber devaluado. La gente no tiene por qué saber de economía, pero la verdad es que, con reservas netas negativas en 12.000 millones de dólares, no fue una devaluación, sino sincerar las cosas.”

María Pía Astori, presidenta de la Fundación, respaldó a Milei y expresó su apoyo: “En Milei tenemos puesta nuestra esperanza para llevar a Argentina al lugar que merece. Apoyamos su lucha contra la inflación y por el equilibrio fiscal”, sostuvo. Astori enfatizó la necesidad de reducir el tamaño del Estado y disminuir la carga impositiva: “No se puede gastar más de lo que se tiene; necesitamos un Estado más liviano que incentive el empleo formal.”

Mientras Javier Milei lanza autoelogios, afuera hay intensas manifestaciones en rechazo a su presencia y a las políticas de ajuste en educación pública. Desde tempranas horas, el colectivo Interfacultades, junto con estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Córdoba, bloquearon el Puente Centenario y luego marcharon hacia el centro, donde se unieron a jubilados y sindicatos. La protesta incluyó un paro universitario impulsado por ADIUC, en sintonía con las crecientes tensiones entre el gobierno y el sector educativo.