En un sorpresivo anuncio, el gobierno de Javier Milei revocó el estatus de refugiado político de Evo Morales, expresidente de Bolivia, quien había recibido esta protección en diciembre de 2019, pocos días después de haber renunciado a su cargo en medio de una profunda crisis política en su país. La decisión fue comunicada por el vocero presidencial Manuel Adorni a través de su cuenta oficial en la red social X y luego ratificada por un comunicado emitido desde el Ministerio de Justicia.

Este cambio marca un giro en la política exterior de Argentina respecto a Morales, cuya llegada al país había sido facilitada por el gobierno de Alberto Fernández. El 12 de diciembre de 2019, Morales aterrizó en Buenos Aires junto a otros altos funcionarios de su administración, y tras un breve periodo como asilado, fue formalmente reconocido como refugiado. En ese momento, el ex canciller Felipe Solá había explicado que la situación de Morales y sus compañeros era crítica debido a la persecución política que enfrentaban en Bolivia, agravada por las denuncias de fraude en las elecciones generales de octubre de ese año.

La revocación de su estatus en Argentina se produce en un contexto delicado para el exmandatario boliviano, quien ha tenido tensiones con el actual presidente de Bolivia, Luis Arce. En los últimos días, Morales ha estado involucrado en una disputa interna dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido oficialista boliviano que aún dirige. Morales acusó públicamente a Arce de intentar desmantelar el MAS y de querer conservar el poder para proteger la corrupción familiar y gubernamental. Estas declaraciones han intensificado su alejamiento del actual mandatario boliviano, con quien ha mantenido diferencias desde finales de 2021.

A nivel regional, la decisión de Argentina podría tener implicaciones diplomáticas, especialmente si el gobierno boliviano decide avanzar con una solicitud de extradición. En 2019, la Fiscalía de Bolivia había emitido una orden de captura contra Morales bajo cargos de sedición y terrorismo, acusaciones que el expresidente siempre ha negado. A pesar de haber retornado a Bolivia en 2020, Morales sigue siendo una figura divisiva en su país, y su situación legal es incierta.

Con la retirada del estatus de refugiado, se abre un nuevo capítulo en la relación entre Evo Morales y Argentina. A pesar de las críticas que recibió su gobierno en Bolivia y en el extranjero, Morales había encontrado en Argentina un espacio para continuar su actividad política, incluso llegando a coordinar desde aquí algunas estrategias de su partido para las elecciones bolivianas de 2020. No obstante, con la nueva administración de Javier Milei, las condiciones han cambiado drásticamente.

Mientras Morales continúa sus críticas hacia el gobierno de Arce y su lucha interna por el control del MAS, queda por ver si esta decisión del gobierno argentino afectará de alguna manera su estatus en Bolivia o si derivará en nuevas presiones legales. Morales, quien ha regresado a Bolivia tras su exilio, sigue siendo una figura clave en la política de su país, aunque su futuro ahora parece más incierto que nunca.