En medio de la agitada campaña para las elecciones municipales del 6 de octubre en Brasil, una figura peculiar ha captado la atención en Florianópolis, en el estado de Santa Catarina. Se trata de Ademar Rodrigues Meireles, un economista de 56 años que ha decidido presentarse como candidato a concejal municipal bajo el apodo de "Milei de Floripa". Su estrategia es clara: imitar al presidente argentino en estilo, retórica y propuestas.

Rodrigues Meireles, quien milita en el Partido Liberal (PL) del expresidente Jair Bolsonaro, se ha caracterizado no solo por su discurso libertario y ultraderechista, sino también por su apariencia. Con una peluca que imita el peinado desordenado de Milei, patillas falsas y una banda presidencial con los colores argentinos, Meireles ha utilizado su imagen para capturar la atención de los votantes y hacer eco de las promesas de su referente argentino.

Del Instagram de mileidefloripa

Aunque en un principio esta caracterización comenzó como una broma, el "Milei de Floripa" ha ganado notoriedad, atrayendo a seguidores en las redes sociales y generando debates en la escena política local. En sus cuentas, Meireles se define como "economista, cristiano y de derecha", y no duda en defender valores tradicionales, muy en línea con las políticas que promovió Bolsonaro durante su mandato.

Meireles posee un patrimonio de 8,2 millones de reales (aproximadamente 1,5 millones de dólares), según su declaración, y es propietario de dos importantes instituciones: el Instituto Corretor y la Facultad Brasileña. Ambas organizaciones ganaron visibilidad durante las manifestaciones contra la expresidenta Dilma Rousseff, consolidando la presencia de Meireles en la política regional.

Además, el "Milei de Floripa" ha buscado acercarse al electorado argentino. Antes de comenzar la campaña, realizó una visita a la Casa Rosada en Buenos Aires, donde concedió entrevistas a medios argentinos en un español rudimentario, reforzando su personaje de imitador. Esta no fue la única ocasión en la que Meireles adoptó su personaje. En la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada en el balneario de Camboriú, apareció caracterizado como Milei, destacando su figura entre los asistentes.

Bajo el lema "¡Viva la libertad carajo!", la campaña de Meireles ha adoptado la motosierra como símbolo, en referencia al "plan motosierra" que Milei promovió en Argentina, destinado a recortar el gasto público. En varias apariciones, se ha visto a Meireles blandiendo una motosierra, una imagen que ha causado tanto admiración como polémica entre los votantes.

Del Instagram de ademarmeireless

La estrategia de Meireles no se limita a la imitación visual y retórica de Milei. También ha buscado asociarse con otras figuras de la derecha global. En sus redes sociales, ha publicado fotos junto al expresidente Jair Bolsonaro y su esposa Michelle Bolsonaro, e incluso con un muñeco gigante de Donald Trump, quien también fue un modelo a seguir para Bolsonaro durante su presidencia.

El contexto político en Brasil ha favorecido la popularidad de figuras como Meireles. Desde su llegada al poder, Javier Milei ha mantenido una relación tensa con el presidente brasileño Lula da Silva, quien ha sido blanco de las críticas del mandatario argentino. Milei ha mostrado su apoyo a Bolsonaro y sus políticas, distanciándose de Lula, a quien ha calificado de "corrupto" y "comunista".

En una reciente entrevista, Lula comentó que no piensa reanudar el diálogo con Milei hasta que este se disculpe por sus comentarios. "No conversé con el presidente de la Argentina porque creo que debe pedirle disculpas a Brasil y a mí", declaró Lula, reafirmando la fractura diplomática entre ambos países.

Este escenario ha permitido que candidatos como Meireles capitalicen el descontento de una parte del electorado brasileño, que ve en figuras como Milei un referente de cambio y resistencia al establishment político. El "Milei de Floripa" se presenta como un outsider, un candidato dispuesto a romper con las normas establecidas y a implementar medidas drásticas, siguiendo el ejemplo del presidente argentino.

No obstante, las imitaciones y el uso de figuras populistas en la política brasileña no se limitan a Meireles. En estas elecciones, más de 80 candidatos han registrado el apellido Bolsonaro en sus boletas, a pesar de no tener relación familiar con el expresidente. Esta estrategia busca capitalizar la popularidad de Jair Bolsonaro, quien, a pesar de estar inhabilitado para postularse hasta 2030, sigue siendo una figura influyente en la política nacional.

En paralelo, la campaña electoral en Brasil ha estado marcada por la polémica en torno al uso de fondos públicos. Este año, a través de la Compañía de Desarrollo de los Valles de San Francisco (Codevasf), se han distribuido millones de reales en maquinaria agrícola, en lo que muchos ven como un intento de eludir las normas que prohíben la distribución de artículos gratuitos en época electoral. La falta de transparencia en el manejo de estos fondos ha sido objeto de críticas y controversias, sumándose a las tensiones políticas ya existentes.

El 6 de octubre, cuando los brasileños acudan a las urnas para elegir a sus alcaldes y concejales, el impacto de figuras como el "Milei de Floripa" y las estrategias populistas quedará en evidencia. La política brasileña, como ha demostrado esta campaña, sigue siendo un terreno fértil para el uso de imágenes fuertes y la apelación a emociones profundas, en un intento por captar votos en un electorado cada vez más polarizado.