Diputado de LLA usó su banca para apretar jueces que juzgan a su hermano por violar a una menor
Durante una de las sesiones donde se debatieron proyectos de la oposición en materia educativa y previsional, Manuel Quintar, representante jujeño de La Libertad Avanza, pidió exponer una cuestión de privilegio para señalar jueces y hasta a la misma Corte Suprema de Justicia de su provincia, en lo que todos entendieron como un claro mensaje extorsivo. La razón parece clara: en estos días y en Jujuy comienza el juicio que tiene en el banquillo de los acusados a Omar Quintar, hermano menor del legislador nacional, procesado por abuso sexual con acceso carnal de una niña de quince años. Las extrañas similitudes entre libertarios y kirchneristas.
En la sesión del 4 de junio en la Cámara de Diputados se trataban proyectos de la oposición en materia educativa y previsional: desde varios días previos todos se preparaban para debatir acerca de los dictámenes de universidades, de los fondos para provincias y sobre la nueva fórmula de actualización de jubilaciones; casi una batalla política de la dimensión que tuvieron las dos versiones de la ley ómnibus.
Por eso, cuando el diputado jujeño por La Libertad Avanza Manuel Quintar pidió expresar una "cuestión de privilegio", Julio Cobos, que presidía la sesión en ese momento, inmediatamente y como marca el reglamento, le dio la palabra. Las cuestiones de privilegio están descritas en los artículos 127 y 128 del reglamento del organismo, que dicen: "Se vinculan con los privilegios que la Constitución otorga a la Cámara y a cada uno de sus miembros para asegurar su normal funcionamiento y resguardar su decoro y serán consideradas con desplazamiento de cualquier otro asunto".
Se trata de una herramienta que da a los legisladores la posibilidad de intervenir fuera del cronograma, denuncias que pueden hacer cuando sienten violentada su dignidad como legislador o alguna de las inmunidades que le concede la Constitución y que luego de enunciadas suelen pasar a la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara.
Por tal razón y en medio del fárrago del debate, cuando Quintar reclamó una cuestión de privilegio, automáticamente se frenó el debate para escucharlo. En tres minutos y medio dijo: "Mi cuestión de privilegio, en esta oportunidad, quiero presentarla en contra de la Justicia jujeña, o por lo menos en parte de la justicia jujeña.
Como hombre de derecho tengo que manifestarle, aparte de la Justicia jujeña, que tienen que entender que hubo un cambio de época. Tienen que entender que ya no hay margen, en Jujuy, y creo que en la Argentina, para jueces militantes, para jueces como el doctor Otaola, que ha sido cuestionado severamente en los últimos tiempos; que ha sido candidato a vicegobernador por la UCR, que ha sido diputado, y que ha sido uno de los diputados que votó la ampliación de la Corte Jujeña de cinco miembros a nueve miembros, y al día siguiente de votar asumió como Ministro de la Corte Suprema.
Tampoco hay margen, señor presidente, para jueces como el doctor Pullen Llermanos, el cual se hace llamar "El Sheriff"; el cual anda armado por las calles jujeñas, el cual anda rodeado de patovicas, el cual ha sido denunciado penalmente por el que habla (él) por abuso de autoridad".
Y siguió: "También hago un fuerte llamado a la Corte Suprema de Justicia de Jujuy, la cual contiene y trabajan jueces probos pero muchas veces por accionares de otros jueces pagan justos por pecadores".
Y redobló el reclamo: “Necesitamos que la Corte Suprema de la Nación resuelva los casos de arbitrariedades de la provincia de Jujuy y para eso necesitamos que abran los recursos en las provincias”.
Por último, el diputado expresó un extraño deseo: "También me gustaría, y de verdad me gustaría, no coincidir con el doctor Zaffaroni, cuando dijo que Jujuy vivía un escándalo jurídico y no tener que darle la razón al proyecto de intervención federal de la justicia jujeña presentado por Unión por la Patria". Esto es, ni más ni menos, que una “coincidencia” ideológica con el kirchnerismo -que en algún momento de su carrera política Quintar integró- al reclamar que el Ejecutivo nacional intervenga el poder judicial de su provincia.
El estupor recorrió gradas y bancadas. El diputado parecía estar apretando al Sistema Judicial de su provincia poniéndole nombre y apellido a ese discurso aparentemente extorsivo. No explicó cuáles serían esas arbitrariedades que supone comete la Corte Suprema, ni por qué señalar a tal y cual con argumentos que parecían traspasados por prejuicios personales.
Pocos conocen a Quintar. El joven abogado jujeño asumió en diciembre del año que pasó, y es un recién llegado a la política y a la Cámara. Su vida holgadísima en su provincia natal discurrió siempre por otros carriles: su bufete de abogados, su familia de cuna tradicional, y su pasión por las motos que lo llevaron a recorrer el mundo compitiendo en una categoría de enduro.
Precisamente en su equipo de motociclismo -un deporte que además de riesgo extremo implica una enorme erogación económica- está su hermano Omar, un estudiante de abogacía de 23 años y que cuando tenía 17 años violó a una niña de 15.
Los hechos que se juzgan
En febrero de 2019 Omar Quintar estaba por empezar quinto año del colegio secundario, pero aún en vacaciones fue a la fiesta de cumpleaños de un amigo. La fiesta -que convocó a 250 adolescentes de su grupo de amistades- era en una casa fastuosa, con personal de seguridad y DJ. En los livings dispersos por el parque y el quincho de la propiedad los jóvenes bebían, bailaban y charlaban. En un momento, el hermano del cumpleañero y también dueño de casa, de 16 años, invitó a su dormitorio a una noviecita de 15, que -según consta en la causa a la que accedió Data Clave- le dijo que "no haría nada porque estaba indispuesta", en alusión a la negativa a tener relaciones sexuales. Con la promesa del muchacho de no hacerlo fueron al dormitorio, que no tenia la luz encendida. Al entrar y siempre a oscuras, la chica se dio cuenta de que dentro había otra persona.
La violaron entre los dos hasta que ella pudo zafarse, correr hacia la puerta, encender la luz y salir. Al hacerlo, reconoció a Omar Quintar como a uno de sus violadores. La menor hizo la denuncia acompañada por sus padres y la justicia siguió todos los pasos procesales. Se hicieron peritajes a la victima, físicos y psicológicos. Los denunciados pasaron todos los pasos del proceso, sin cuestionamientos. Todo quedó registrado en el proceso judicial.
Los dos jóvenes, también menores, estuvieron detenidos y luego de las pericias, fueron dejados en libertad vigilada. Omar Quintar y su amigo pudieron estudiar y estar en sus casas. Los dos comparten la pasión por el motocross, al igual que el hermano mayor de Omar, el diputado Manuel Quintar quien, además, tomó la representación legal de los acusados. Esto fue en 2019. Cinco años después, están a días de llegar al juicio.
De allí se desprende que -desde el poder judicial jujeño-, se entienda con lógica que el accionar del ahora diputado nacional Quintar, es un apriete alevoso a esa misma justicia provincial cuyos magistrados deben juzgar a su hermano.