Contra la judicialización de la política, Rosatti resaltó el rol del Poder Judicial
El presidente de la Corte Suprema alertó sobre el impacto negativo de la judicialización de la política y la sociedad en la agilidad de los procesos judiciales. Durante la cena anual de Poder Ciudadano, resaltó la necesidad de fortalecer mecanismos de diálogo y conciliación para reducir la cantidad de causas que llegan a los tribunales.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Magistratura de la Nación, Horacio Rosatti, puso en foco el desafío que enfrenta el Poder Judicial debido a los altos niveles de judicialización que afectan tanto a la sociedad como a la política. En el marco de la Cena Anual de Poder Ciudadano, Rosatti destacó que la excesiva judicialización es uno de los principales factores que ralentizan los procesos judiciales en el país.
“Se nos cuestiona por la lentitud en nuestras sentencias, pero el problema no está en la salida del proceso, sino en el ingreso. Tenemos un flujo desmedido de causas que provienen, en gran parte, de la propia maquinaria estatal”, explicó Rosatti. De hecho, según sus palabras, el 65% de las causas que llegan a la Corte Suprema provienen del Estado, con un peso importante en litigios previsionales, en los que se apela constantemente con la intención de dilatar pagos, aún con precedentes desfavorables.
El juez también señaló la creciente tendencia a judicializar conflictos políticos, una situación que describió como perjudicial para el funcionamiento del Poder Judicial. “Si todo se judicializa y termina llegando a la última instancia, es muy difícil cumplir con el rol de tribunal de garantías constitucionales”, sentenció. En su discurso, instó a recuperar el diálogo y los métodos de conciliación como alternativas a la judicialización masiva.
Rosatti resaltó que, en los últimos años, la Corte Suprema ha atravesado una transformación cultural significativa en sus métodos decisorios, transitando hacia un modelo más colegiado. Las decisiones, según explicó, ya no dependen de una sola persona, sino que son resultado de la deliberación y consenso entre los jueces. Además, criticó la falta de independencia de los órganos de control que, hasta hace poco, dependían jerárquicamente del mismo órgano que debían supervisar. “Esto ya ha cambiado, y hoy tenemos un sistema de control autónomo y efectivo”, subrayó.
El magistrado también aprovechó la ocasión para destacar el trabajo en conjunto entre la Corte y el Consejo de la Magistratura, especialmente en áreas como la transparencia en la selección de jueces y en la ejecución presupuestaria. Además, reiteró la importancia del lenguaje claro en los textos judiciales, con el objetivo de facilitar el acceso de la ciudadanía a la información jurídica.
En un guiño al contexto institucional y democrático de Argentina, Rosatti aludió al 30° aniversario de la reforma constitucional de 1994, en la que participó como convencional constituyente. Recordó el espíritu de consenso que prevaleció en aquel momento, cuando se superaron las diferencias ideológicas para avanzar hacia un objetivo común: la reforma democrática. “Si pudimos lograrlo entonces, ¿por qué no podríamos hacerlo ahora?”, se preguntó, haciendo un llamado a la sociedad y a los actores políticos a retomar el camino del diálogo.
La Cena Anual de Poder Ciudadano, que reunió a referentes del ámbito judicial y de la sociedad civil, también contó con la participación de Martín D’Alessandro, presidente de la entidad, quien presentó los principales logros y desafíos de la organización. Durante el evento, se llevó a cabo un conversatorio con figuras destacadas del ámbito de la transparencia y los derechos humanos, entre ellos Francois Valérian, presidente de Transparency International, Mercedes de Freitas, presidenta de Transparencia Venezuela, y Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano.
El evento finalizó con un renovado compromiso de las instituciones participantes para seguir trabajando en la promoción de una justicia más ágil, transparente y cercana a la ciudadanía.