La mesa chica de la CGT se reunió este miércoles en la sede del gremio de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), primera reunión entre el sector dialoguista de la central obrera y las organizaciones sindicales que se referencian en el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, para acercar posiciones tras la sanción de la Ley Bases.

La intención de la conducción de la central era ultimar los detalles de una ofensiva judicial que los sindicatos pensaban lanzar para impedir la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, aprobada en el Congreso, y otros temas de coyuntura.

Sin embargo, la mesa chica de la CGT decidió pedir una audiencia al secretario de Trabajo, Julio Cordero, para planear sus reclamos, aunque Pablo Moyano advirtió que no concurrirá al encuentro. Además, los dirigentes decidieron convocar para el 25 de este mes al Consejo Directivo de la central obrera para debatir la reanudación del plan de lucha contra el Gobierno.

Para llegar en buenos términos a la reunión, la mesa de acción de la central sindical decidió no presentarse ante la Justicia para impugnar el capítulo laboral de la Ley Bases y la restitución del Impuesto a las Ganancias aprobada en el paquete de medidas fiscales. En referencia a esto, aclararon que acompañaran todos los reclamos que impulse cada sindicato a nivel individual.

Los dirigentes de la conducción tripartita de la CGT fueron Pablo Moyano, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), y también por  Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias) y Julio Piumato (Judiciales), entre otros.  

En esta reunión, los “independientes”, referenciados en dirigentes como Rodríguez, Lingeri y Martínez (Uocra) y el sector más opositor al gobierno nucleado entorno a la figura de Moyano, el bancario Sergio Palazzo, Mario Manrique (SMATA), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), y Raúl Durdos (SOMU), la estrategia sigue lejos de una sintonía fina. 

El otro tema que desvela a la CGT y que será parte de la reunión que pedirán al Gobierno es la caída del poder adquisitivo del salario que se produjo desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei, el incremento del desempleo y los aspectos de la denominada “modernización laboral”, contenida en la Ley Bases y que, a título de la CGT, “atentan contra los derechos de los trabajadores".

En ese sentido, la mirada de los dirigentes sindicales está puesta en rechazar en los tribunales la figura del trabajador independiente y las penalizaciones a las acciones sindicales. Por el momento, la estrategia de la conducción cegetista sería que las presentaciones judiciales sean impulsadas por los sindicatos y no por la central obrera.

Dirigentes de Camioneros, Bancarios y otros gremios del transporte y la industria mantuvieron un encuentro el jueves pasado en la sede de la Confederación Argentina de los Trabajadores de Transporte (CATT), ubicada en la calle Jujuy al 1000, donde resolvieron plantear en la Justicia “la inconstitucionalidad” de Ganancias.

En cambio, otro sector esperará hasta el encuentro de hoy en UPCN para definir una postura unificada contra la reinstalación de este gravamen. "Vamos a respetar la decisión de cada organización en la defensa de sus intereses”, adelantó el líder Martínez, líder sindical de los trabajadores de la construcción.  

La intención del sector más opuesto al gobierno es definir en los próximos días la conformación de una Mesa Técnica para analizar los pasos a seguir en la justicia. Además, la idea es marchar y movilizar cuando se realice la presentación judicial, como sucedió en enero cuando las organizaciones sindicales impulsaron presentaciones judiciales contra los capítulos laborales del DNU 70/2023.

La reunión de la mesa chica de la CGT se dio luego del faltazo que pegó al central a la ceremonia en la cual se firmó en la noche del lunes pasado el denominado Pacto de Mayo, un conjunto de intenciones que la administración libertaria presentó como un acuerdo con carácter fundacional.

El boicot a esa ceremonia unificó a los tres integrantes del triunvirato que componen la conducción de la central, quienes con distintas declaraciones fueron dejado en claro que no deseaban concurrir a firmar un compromiso en el Ejecutivo, como hicieron, en cambio, los gobernadores de 18 provincias.

“Ese día, seguramente voy a tener fiebre”, había anticipado Pablo Moyano al expresar su negativa de asistir a ese acto celebrado en la fría noche tucumana del lunes pasado.