El mercado financiero sigue con reflejos de optimismo en los mercados financieros. El riesgo país amagó la semana pasada con acercarse a los 1000 puntos, aunque cerró cerca de los 1100. Los dólares financieros revirtieron algo la fuerte baja de las semanas pasadas pero la brecha se mantiene en niveles digeribles.

Esas variables lo que reflejan es que hay un creciente convencimiento de que la estrategia oficial puede llegar a buen puerto. ¿Y cuál sería esa estrategia oficial? En esencia, que las dos carreras que se están jugando tendrían un final feliz: i) la carrera de la convergencia de los índices de inflación a la tasa de depreciación del dólar del 2%, ii) y la carrera de los dólares que pueden conseguirse en lo sucesivo a partir de líneas de financiamiento y lo que está dejando latente el blanqueo, para hacer frente a la salida de dólares estimada para el año que viene.

Así, para varios agentes se está definiendo más nítidamente el puente de color verde azulado para enfrentar la transición hacia un esquema de mayor abundancia relativa de dólares a partir de una producción y liquidación de hidrocarburos yendo a velocidad plena, luego de sorteados los cuellos de botella de transporte y licuefacción, como venimos diciendo.

Después, lógicamente, quedará para el debate cómo se administra esa abundancia para que los recursos naturales no sean una maldición que inhiba el crecimiento, pero eso es otro tema que se discutirá más adelante.

La primera carrera se está percibiendo mejor perfilada: el mercado de futuros de Rofex no ve que el dólar suba más de 3% mensual para los próximos meses, mientras que el mercado de bonos muestra una inflación implícita de entre 2,5% y 2,8% hasta mayo del año que viene.

Hace poco la inflación minorista dio un aumento mensual de 3,5% en septiembre y esta semana se conoció que la mayorista, nuevamente, mostró un número de 2%, en una nueva confirmación de que siempre los mayoristas tienen un mayor componente transable que lo hace mover más de la mano de la tasa de depreciación.

Además, la reducción del Impuesto País impactó en los mayoristas importados, que bajaron 1,4% en el mes. Minoristas creciendo al 4% y mayoristas creciendo al 2% es un hecho que no puede sostenerse permanentemente, y siempre está la duda de cuál de los dos contagia al otro. Ese resultado depende de varias cuestiones, entre las cuales están los márgenes de rentabilidad de los distintos eslabones, la fortaleza de la demanda y el poder de negociación de cada parte, pero es evidente que el mercado confía que los minoristas irán convergiendo pronto al tipo de cambio.

Para nosotros, sigue siendo elevado el riesgo de mantener atrasado el tipo de cambio. Si en algún momento se tuviera que corregir, eso no debería ser demasiado traumático en un contexto de superávit fiscal y restricciones cambiarias todavía vigentes. Algún impacto en precios y actividad tendrá, y por eso siempre es mejor acomodarlo prematuramente, y preferentemente bajo un acuerdo con el FMI o con reservas disponibles para administrar desbordes. Pero nuevamente el mercado (en rigor, distintos agentes que compran activos financieros) considera que la carrera de los dólares puede resultar en una victoria, sobre todo si el atraso cambiario se congela en el nivel actual cuando las variables nominales converjan a una sola variación mensual.

En cuanto a los fundamentales, se registró otro mes con superávit fiscal, el gran pilar del gobierno para la estabilización. Pero hoy salió el resultado de comercio exterior que, si bien arrojó un saldo positivo, el fuerte incremento de las importaciones hizo que ese saldo disminuya bastante respecto del mes anterior.

Aun considerando que las importaciones del mes pasado pudieron estar subestimadas a la espera de la reducción del impuesto País (y consecuentemente, las de septiembre pudieron estar un poco infladas), la tendencia hacia la reducción del saldo positivo es clara, y a eso hay que sumar el saldo por turismo, cada mes más deficitario.

Con lo cual, tenemos una de cal y una de arena, en un contexto donde la actividad económica sigue mostrando, en los indicadores líderes, señales mixtas o de recuperación tibia.

Con todo esto, predomina el optimismo, con inversores comprando emisiones de ON de empresas locales, en gran parte aprovechando el blanqueo, lo cual es unos de los principales factores del engrosamiento de las reservas porque esa recaudación en dólares de las empresas debe ser liquidada y cambiada por pesos en el MULC. Al mismo tiempo, el convencimiento de que el dólar y la brecha se mantendrán estables junto con tasas en pesos en niveles más altos que el deslizamiento cambiario, hizo que el dólar estuviera ofrecido y el peso demandado, convalidando las expectativas previas.

Todavía no hay indicios de que ese carry trade se de vuelta, pero sabemos que las posiciones pueden invertirse rápidamente si las noticias de los fundamentals o los avances de líneas de financiamiento del exterior no resultan como se anticipaban.