Cómo se ve en las películas norteamericanas, el Gobierno de la provincia de Santa Fe resolvió que los presos más peligrosos o considerados de alto riesgo vistan a partir de esta semana uniformes de color naranja.

Según se informó en rueda de prensa, la nueva vestimenta será destinado para 60 presos clasificados como de alto perfil Nivel 1, “aquellos que desde adentro intentan liderar las bandas narcocriminales”.

La secretaria de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia y Seguridad provincial, Lucía Masneri, sostuvo que la identificación con los mamelucos narnajas permitirá mejorar las condiciones de vigilancia de los internos. 

La medida fue criticada por algunas entidades y además hizo recordar a las imágenes que se publicaron con los presos semidesnudos como en las prisiones de Ecuador, lo que luego generó una ola de violencia en la provincia.

Masneri consideró que “esto es un antes y un después en la seguridad carcelaria de Santa Fe” porque, destacó, “viene no sólo a acomodar lo que desde un primer momento decíamos que estaba muy desprolijo, sino además a definir un criterio de seguridad, definitivo y por encima de otros criterios o estándares”.

Masneri también dijo que “hoy se ponen en funcionamiento los uniformes para la primera tanda de internos que considerábamos más urgentes, es decir, los internos de alto perfil Nivel 1, aquellos que desde adentro intentan liderar las bandas narcocriminales, principalmente de la ciudad de Rosario y algunos de la ciudad de Santa Fe”.

Aseguró que esos detenidos “son los que más daño pueden causar en la sociedad santafesina, y por eso son considerados los de más peligrosidad y de los que más visibilidad necesitamos tener”.

Sobre el uso del uniforme color naranja, la secretaria de Asuntos Penales explicó: “Hemos elegido un color llamativo, que de ninguna manera forma parte de nuestros uniformes: no podríamos haber pensado jamás en un gris, un celeste, un negro, o un verde, que son representativos de nuestras fuerzas de seguridad, sino que elegimos algo que favorece la posibilidad de identificación”.

Según Masneri de esta forma se podrá “ver cuando (los presos) no están donde deben estar, detectar automáticamente si no están parados al lado de un efectivo del Servicio Penitenciario (SP), y con eso poder controlar no sólo cualquier circulación no permitida, sino cualquier intento de fuga”.

La funcionaria explicó que en la primera tanda de implementación de la resolución, los uniformes serán destinados a 60 presos, aunque se adquirieron 72 previendo el crecimiento de esa población carcelaria.

Sus familiares no podrán utilizar prendas de ese color para ingresar a visitarlos a las Unidades Penitenciarias, y los reclusos tendrán prohibido dejar sus celdas sin la indumentaria prevista.

Consultada sobre la posible decisión de un interno de no vestirse con esa ropa, la funcionaria explicó que “si no quiere usar el uniforme y su vida no depende de esa salida, no accederá a la actividad que debía realizar, ya sea videoconferencia, visita. Esa es la regla: se sale del pabellón con uniforme o no se sale”.

Como la indumentaria será provista por el Estado,si rompen el uniforme, será considerado como un daño a un bien del Estado. Es lo mismo romper un uniforme que una reja y o una pared. Constituye un delito, una falta y tiene una consecuencia económica porque los uniformes se compraron y hay que reponerlos”, dijo Masneri.