Los cruces, las chicanas y los elogios: el vínculo de Javier Milei con Alberto Fernández
La relación entre el presidente y su antecesor se ha caracterizado por un vaivén de comentarios irónicos, críticas y sorprendentes gestos de cordialidad, reflejando la polarización política que atraviesa la Argentina.
La política argentina siempre ha sido un terreno fértil para los enfrentamientos verbales y las alianzas inesperadas. En ese escenario, el vínculo entre Javier Milei y Alberto Fernández destaca como un caso peculiar, en el que las chicanas, los elogios y los cruces han dado forma a una relación tan mediática como tensa. Desde el inicio de su carrera política, Milei no ha perdido oportunidad para confrontar a Fernández, tanto en el terreno ideológico como en el personal.
En una de las tantas polémicas que protagonizaron, Milei lanzó hoy un mensaje irónico que resonó: “Te ofrezco cuidar a Dylan”. Este comentario se refería al perro del exmandatario en un tono que fue visto por muchos como un golpe directo a la cercanía que Fernández mostraba hacia su mascota en medio de una crisis política y tras la denuncia de Fabiola Yañez por violencia de género. El gesto, aunque superficial, sigue marcando los puntos de fricción entre ambos, ejemplificando el estilo combativo del libertario y su capacidad para captar la atención mediática con frases punzantes.
Fernández, por su parte, no se quedó atrás. En más de una ocasión, el expresidente respondió a las provocaciones de Milei con dureza. Uno de los episodios más comentados ocurrió cuando, en una entrevista, Fernández sostuvo: "Mi perro no me aconseja y está vivo", en una clara alusión al tono condescendiente y a las frecuentes metáforas que utilizaba Milei para referirse a su propia figura política.
A pesar de los ataques mutuos, no todo fue confrontación. En una inesperada muestra de civilidad, Fernández llegó a elogiar a Milei por su desempeño político, describiéndolo como "una figura relevante en el escenario nacional". Aunque este tipo de gestos son poco comunes en la polarizada arena política argentina, dejaron entrever una suerte de reconocimiento tácito de la influencia que Milei estaba comenzando a tener.
El vínculo entre ambos también se reflejó en las redes sociales, donde los cruces se volvieron aún más visibles y virales. Un tweet de Fernández en 2018, antes de que Milei alcanzara la presidencia, generó revuelo cuando se leía: "A veces, los perros son mejores consejeros que algunos humanos". Los fervientes seguidores del actual presidente han sabido usarlo para responder a las chicanas que provocaban a Javier Miliei, ya que el libertario siempre menciona su perro Conan, quien supuestamente "le habla" en momentos de decisión política.
Por su parte, Milei no desaprovechó la oportunidad de responder, intensificando el tono de sus críticas al modelo político de Fernández y acusándolo de ser parte del “populismo destructivo” que, según él, había hundido al país. Estas acusaciones fueron acompañadas de promesas de cambio radical que definieron la campaña de Milei y que, en última instancia, lo llevaron a la Casa Rosada.
El último capítulo de esta relación llegó con el triunfo electoral de Milei en 2024, cuando Fernández, en un gesto que pocos esperaban, lo felicitó públicamente. Sin embargo, la frialdad con la que Milei recibió el mensaje dejó en claro que las heridas de los cruces previos aún estaban abiertas. Este episodio cerró un ciclo en el que ambos líderes, pese a sus diferencias irreconciliables, se vieron obligados a reconocer la relevancia política del otro.
Este vaivén de elogios y críticas entre Milei y Fernández refleja la polarización y la complejidad de la política argentina en los últimos años. Las interacciones entre ambos han sido un indicador de las tensiones y divisiones que persisten en el país, evidenciando cómo los liderazgos políticos buscan posicionarse en un escenario marcado por fuertes enfrentamientos ideológicos y personales.