Inflación: el consumo de carne se ubica en niveles mínimos históricos
Más de un millón de jóvenes dejaron de comer alguna comida por falta de dinero, situación que afecta también a 3 millones de adultos. La insuficiencia en los ingresos generó una reducción del 67% en el consumo de carnes y del 40% en la ingesta de frutas, verduras y lácteos.
Por la elevada inflación, que impactó en el poder adquisitivo de los ingresos, los argentinos debieron cambiar sus hábitos de alimentación, dinámica que se observa desde 2018 y que se profundizó en el último tiempo. Es el caso del consumo de carne vacuna, que en julio se ubicó en mínimos históricos, a pesar de que se frenó el aumento de precios. Esa dinámica se refleja en otros productos.
En ese contexto, Unicef afirmó que más de un millón de niñas, niños y adolescentes en Argentina dejaron de comer alguna comida -desayuno, almuerzo, merienda o cena- por falta de dinero, una situación que también afecta a 3 millones de adultos. La encuesta arrojó también que la insuficiencia en los ingresos también generó una reducción del 67% en el consumo de carne y del 40% en la ingesta de frutas, verduras y lácteos.
La Cámara de la Industria y comercio de carnes (Ciccra) consignó en su último informe mensual, correspondiente al séptimo mes del 2022, que el promedio de consumo de carne vacuna por habitante fue de 46,9 kilos por año. Ese valor se encuentra 0,3% por debajo del de julio de 2021 y representa una caída del 9,1% respecto al mismo periodo de 2019. En tanto, si se compara el consumo actual con el de 2009, el más alto de los últimos 18 años, se observa un desplome del 32% acumulado.
Otro reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario aseguró que el año pasado los argentinos demandaron un promedio de 47,8 kg por año. “Debemos retrotraernos hasta 1920 para encontrar un registro en el que se haya absorbido internamente un menor volumen de carne bovina per cápita. En esos días, se había acentuado la tendencia hacia la baja de la ingesta nacional, llegando al mínimo histórico de 46,9 kilos por habitante al año”, precisó la entidad santafesina.
“Si analizamos el consumo histórico (período 1914-2021), la ingesta promedio fue de 73,4 kilogramos por habitante por año, mientras que el promedio de los últimos cinco años, fue de 54,5 kilos”, agregó el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Es que, tal como resaltan desde la entidad, se observa en los últimos años que los argentinos suplen la carne vacuna por la de otros animales: de los 109,4 kilos de carne que un habitante consume por año, sólo el 44% corresponde a cortes bovinos: en los 2000, esa cifra representaba más del 60%. Así es que el pollo, por ser más barato, y también el cerdo, ganaron mercado.
La inflación no da tregua, en julio alcanzó el 7,4% mensual, el valor más alto en veinte años, y apunta arriba del 90% para el acumulado de 2022. Llamativamente, el mes pasado se desaceleraron los incrementos de la carne en los mostradores del Amba según el Ipcva. El acumulado del último año es del 60%, por debajo del 71% que marcó el IPC en 12 meses.
El secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, renovó junto a los frigoríficos y supermercados el programa cortes cuidados hasta el próximo 7 de septiembre. El acuerdo contempla la comercialización de los siete cortes de mayor consumo popular en bocas de expendio de todo el país, pero que no tiene mayor implicancia en el mercado.