Biocombustibles: ¿Un negocio para pocos que perjudica al Estado y afecta al sector petrolero?
Las últimas decisiones de la Secretaría de Energía beneficiaron a un puñado de compañías que concentran gran parte del mercado del biodiesel y el bioetanol. Cómo impacta en las arcas de YPF la extensión del corte del 12,5% en el gasoil. Efecto negativo en los surtidores y también en el rendimiento de los vehículos.
En el sector petrolero hay descontento por las últimas decisiones que tomó la Secretaría de Energía en materia de biocombustibles por las cuales permitió un nuevo aumento en los precios del biodiesel, bioetanol y etanol al tiempo que prorrogó el último corte establecido en los combustibles fósiles hasta octubre. Los empresarios denuncian que existe un mercado cautivo que perjudica su actividad en beneficio de unas pocas empresas, los valores que pagan los consumidores son más altos, el Estado pierde recaudación y la posibilidad del ingreso de divisas por exportaciones.
El malestar se disparó en las últimas horas a raíz de las resoluciones 636, 637 y 638/2022 publicadas este martes en el Boletín Oficial, que llevan la firma de la secretaria de Energía, Flavia Royón. Las medidas autorizaron un nuevo aumento en los biocombustibles de 11% para el biodiesel, 10% para bioetanol y 4% para el etanol maicero. Además, se prorrogó el mínimo de corte del 12,5% del biodiesel en el gasoil hasta octubre.
“Que la Secretaría de Energía actúe más como una de Agroindustria nos preocupa como sector. El esquema está armado en perjuicio del Estado y en beneficio a un conjunto de empresas amigas, porque el precio lo maneja el Poder Ejecutivo. Nosotros tuvimos valores congelados por la pandemia”, mencionó una fuente del empresariado petrolero a Data Clave.
Según datos de Energía, en los últimos tres años el precio del biodiesel aumentó 528%, en tanto que el bioetanol de maíz aumentó 346,5%. En este mismo lapso el precio de los combustibles en el surtidor aumentaron la mitad: el litro de gasoil común se incrementó 215% y el litro de nafta súper 175,2%. Allí hubo un gran perjuicio en la rentabilidad de quienes se dedican al fluido convencional.
Los “pocos” ganadores del biodiesel y bioetanol
Argentina termina perdiendo divisas por exportaciones que no se realizan de soja, maíz y sus derivados para transformarlos en fluido. También deja de percibir ingresos por retenciones a esos productos. Sin embargo, en el sector señalan que pierde más dinero con YPF, compañía de la que el Estado tiene el 51% de las acciones, porque por cada litro de gasoil que despacha tan solo 875 cm3 son propios. Los otros 120 cm3 en el litro de nafta y los 125 cm3 en el litro de gasoil son biocombustibles.
Entre los grupos Bojanich y Pucciarello venden a las petroleras, por decisión del Estado y a precio regulado, el 41% de todo el biodiesel que se expide en el país. A precios de septiembre de 2022, ese 41% de la torta son $7.108,2 millones cada mes.
En tanto, hay otros tres jugadores que se quedan con la mayor parte del negocio del bioetanol que regula Energía: entre ACA Bio Cooperativa, Promaíz SA y Bioetanol Río Cuarto concentran el 49,3%. Son 47.741 m3 de bioetanol de maíz por mes asignados oficialmente, que a precios de septiembre les genera ingresos asegurados por $5.127,8 millones mensuales.
Larga data
Estas diferencias llevan muchos años en el país y comenzaron en 2007 con la Ley 26.093, por la cual se estableció que tanto el gasoil como la nafta, deben incluir un corte de “biocombustible” en su producción. En ese momento los precios del petróleo habían escalado por las nubes a nivel mundial y los derivados del sector agropecuario resultaban más baratos, tendencia que se revirtió en los últimos años. Allí se aplicaron también beneficios fiscales para empresas que comenzarán a producir dichos fluidos hasta 2021.
Asimismo, otro reclamo de los petroleros es que el biocombustible agregado a la nafta y al gasoil no paga el impuesto a los combustibles y al dióxido de carbono. “Las petroleras están obligadas a comprar, mezclarlo en sus productos, distribuir y comercializar la mezcla, con lo cual el productor de biocombustible no tiene costo de distribución y comercialización, ni tiene que operar y mantener una red de estaciones de servicio para su actividad”, explicaron.
En agosto de 2021 se aprobó un nuevo marco regulatorio para la actividad, que tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2030, pudiendo el Ejecutivo nacional extenderlo por única vez y por cinco años más a contar desde aquella fecha. El nuevo marco fijó una disminución en el corte del biodiesel, que pasó del 10% al 5% en el litro de gasoil, mientras que mantuvo el corte de 12% de bioetanol en la nafta.
¿Un problema de demanda?
A raíz de una demanda desmesurada de gasoil a mediados de 2022, el Ejecutivo dispuso una ampliación del corte de biodiesel para llevarlo a un “inédito” 12,5% por cada litro de gasoil por el lapso de 60 días, hasta el 16 de agosto de 2022. En junio, hubo varios cortes de ruta por parte de los transportistas, ante un precio paralelo en el mercado del biodiesel.
“En junio y julio tuvimos un problema de demanda y no de oferta de gasoil. El 20% del parque automotor consume el 60% del fluido, principalmente en actividades muy asociadas al movimiento de la actividad económica como transporte logístico en el campo o la industria”, comentó otra fuente del mercado petrolero.
Según detallaron la disparada en la demanda de gasoil no tuvo que ver con cuestiones de actividad económica, a pesar de que las ventas suelen seguir al PBI. “En Argentina se juntaron varios puntos: los acopios por la disparada internacional en los precios por la guerra en Ucrania, la menor importación de GNL para generación eléctrica que se reemplazó por el gasoil y la compra de particulares desde países vecinos en las provincias fronterizas porque acá es mucho más barato”, añadieron.
Menor eficiencia
En tanto, el sector también apunta a que los agrocombustibles elaborados a partir de soja, maíz y caña de azúcar no solo son más caros sino menos eficientes que los obtenidos con petróleo: un litro de etanol rinde energéticamente el 75% de un litro de nafta; y el biodiesel, un 87% del litro de gasoil. Para generar el mismo rendimiento, el litro de biodiesel es 174,5% más caro que el litro de gasoil.
Por último, el biocombustible tiene también problemas de calidad que afectan el rendimiento de los motores, además de una menor eficiencia energética que se traduce en una menor distancia recorrida por litro respecto del combustible fósil. Ambos puntos fueron manifestados por Adefa (la asociación que nuclea a las automotrices que producen en el país) al Gobierno nacional en reuniones recientes.