Este lunes, trabajadores y familiares de pacientes del Hospital Nacional en Red "Lic. Laura Bonaparte" realizan un abrazo simbólico al centro de salud mental ubicado en Parque Patricios. La manifestación, que surgió como respuesta a la decisión del Gobierno de cerrar la guardia y las nuevas internaciones, busca resistir el inminente cierre total del establecimiento. “¡El Bona no se cierra!” fue el cántico que se repitió durante la jornada.

Durante la conferencia de prensa realizada esta mañana, los trabajadores confirmaron que continuarán con la vigilia y la atención a los pacientes.

El conflicto estalló el pasado viernes cuando, a través de un comunicado de la Red Nacional de Salud, los médicos del hospital fueron notificados sobre la clausura de estos servicios. Si bien los directivos pidieron a los trabajadores continuar con la atención habitual, el anuncio encendió alarmas tanto entre el personal como entre los pacientes y sus familiares. La guardia, aunque sigue operativa, lo hace con un servicio mínimo, según relataron desde el centro.

X de Franco Capone

El Gobierno, a través del Ministerio de Salud, justifica el cierre parcial alegando baja ocupación y problemas en la gestión de los recursos. Según las autoridades, el hospital maneja un presupuesto anual de 16.800 millones de pesos, pero presenta una ocupación promedio de solo 30 pacientes y una tasa de internación de entre 16 y 19 personas. No obstante, los trabajadores del centro contradicen estos datos, asegurando que actualmente hay 40 pacientes internados y que se han realizado 98 mil consultas en lo que va del año.

“Este hospital atiende a demanda espontánea y recibe a cualquier persona que lo necesite. Decir que no tiene suficiente ocupación es desconocer el trabajo que hacemos todos los días”, expresó Claudia Sachetti, psicóloga del hospital. Además, destacó que la decisión del cierre afecta directamente a los pacientes, muchos de los cuales no tienen a dónde más recurrir. “El sistema de salud mental está colapsado, y cerrar este hospital solo agravará la situación”, agregó.

El conflicto no solo afecta a los pacientes y al personal, sino que ha generado una escalada de tensión en el ámbito sindical. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ya emitió un comunicado anunciando medidas de fuerza más duras si el cierre avanza. Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional, denunció la "desidia y la incompetencia del Gobierno" en materia de salud pública, advirtiendo que el cierre del Bonaparte podría ser el inicio de un proceso similar en otras instituciones.

A pesar de las declaraciones oficiales que intentan calmar los ánimos, los trabajadores y las organizaciones sociales que defienden la continuidad del hospital temen que este sea un nuevo golpe a la salud pública en Argentina. El Ministerio de Salud aseguró que los pacientes internados serán derivados a otras instituciones bajo su órbita y que aquellos con tratamientos ambulatorios podrán continuar recibiendo atención en hospitales cercanos. Sin embargo, los familiares y profesionales del Bonaparte desconfían de estas promesas.

El Juzgado Criminal y Correccional 44 exigió al Ministerio de Salud que, en un plazo de 24 horas, informe detalladamente sobre el plan de acción respecto a los pacientes actualmente internados. La justicia solicitó información sobre el destino de estos pacientes y las medidas previstas para garantizar que no se vean perjudicados por el cierre parcial del hospital.

X de CELS

El cierre del Bonaparte se suma a una serie de recortes en el sistema de salud que han generado preocupación en diversos sectores. La crisis en la atención de la salud mental es un problema de larga data en Argentina, donde las instituciones públicas enfrentan cada vez más desafíos para atender a una población creciente con menos recursos.