Mariano Federici: de la UIF al espionaje empresarial
Tras haber encabezado la Unidad de Información Financiera (UIF) durante los cuatro años de gestión Cambiemos, el “Guardián Anti Lavado” del macrismo acaba de asumir como vicepresidente de K2 Intelligence. Se trata de una compañía americana dedicada a la inteligencia corporativa, que comercializa informes sobre el estado financiero de las empresas y trabaja para varios gobiernos, entre otros el de Estados Unidos.
Si hay algo que no puede decirse de Mariano Federici es que no sabe caer siempre bien parado, aun cuando sus piruetas lo lleven a uno y otro lado del mostrador. Cuando en diciembre de 2015 fue elegido por el presidente Mauricio Macri para hacerse cargo de la Unidad de Información Financiera (UIF) -uno de los principales organismos encargados de combatir el lavado de dinero- supo acomodarse sin inconvenientes a pesar de haber pasado los últimos diez años de su vida en el Departamento Jurídico del Fondo Monetario Internacional (FMI) para América Latina y el Caribe, brindando “asesoría legal y técnica de alto nivel sobre temas de integridad financiera a los países miembros, así como a los órganos y al personal del organismo”, tal como reza su currículum.
Integrante de una familia con tradición corporativa –su padre fue CEO de Pirelli y otras multinacionales-, los Federici recorrieron el mundo y se formaron con una evidente matriz empresarial, pero entendieron la estratégica importancia de conocer los secretos de la administración pública que debe regular los negocios privados. Seguramente esta fue la razón por la que durante su gestión en la UIF cruzó varias veces la delgada línea que separa los intereses de ambos sectores, reduciendo sensiblemente la cantidad de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) necesarios para impulsar o asistir investigaciones penales.
El más resonante de estos “cruces” se produjo cuando a fines de 2018, resolvió exculpar al Banco HSBC de una sanción que había sido recomendada unánimemente por el Consejo Asesor de la dependencia de control, a través de un expediente que acusaba a la entidad financiera de no haber reportado operaciones de lavado realizadas por el narcotraficante colombiano Henry de Jesus López Londoño, alias Mi Sangre.
El regreso del hijo pródigo
Durante el gobierno de Cambiemos, Federici logró múltiples reconocimientos internacionales que lo catapultaron hacia los más altos niveles de consideración mundial. En julio de 2019 fue designado por sus pares para presidir el prestigioso Grupo Egmont, que nuclea a las 164 unidades de lavado del planeta y que regula los principios y provee la plataforma para facilitar el intercambio internacional de inteligencia financiera entre dichas agencias. En el marco de la asamblea donde lo eligieron, Federici sostuvo que su designación “representa un gran voto de confianza de la comunidad internacional en la República Argentina y en su liderazgo y compromiso contra la corrupción, la criminalidad organizada y el terrorismo“.
Le duró poco el entusiasmo. Cuatro meses después, Macri perdía las elecciones y el abogado tuvo que cambiar rápidamente su horizonte laboral. No le costó mucho. Su vasta experiencia internacional le permitió construir sólidos vínculos con múltiples agencias de inteligencia dedicadas a las investigaciones corporativas, incluso en los tiempos que formaba parte del staff de abogados del FMI. Uno de ellos es Juan Cruz Amirante, director de la filial argentina de Kroll, una empresa líder en la industria de servicios de investigación.
“Durante más de 45 años, la firma ha ayudado a los clientes a tomar decisiones confiables de administración de riesgos sobre personas, activos, operaciones y seguridad a través de una amplia gama de servicios de investigación, ciberseguridad, debida diligencia y cumplimiento, seguridad física y operativa, y gestión de datos e información”, se presenta en su página web la compañía.
En la década de 1980, Kroll se ganó el moto de “ojo privado de Wall Street” como resultado de su trabajo de “due dilligence” en el sector financiero. Más tarde, la compañía ganó fama mundial por su éxito en la búsqueda de activos ocultos de los gobiernos de Jean-Claude Duvalier, Ferdinand e Imelda Marcos y Saddam Hussein.
En 2009, mientras la compañía madre comenzaba un proceso de fusión, la dupla integrada por Jules y Jeremy Kroll (padre e hijo) resolvieron crear K2 Intelligence, un nuevo emprendimiento familiar con los mismos objetivos que su antecesora. “K2 es la continuidad de Kroll, de hecho su CEO es Jeremy Kroll, hijo del dueño de la conocida empresa que solía ser proveedor de servicios de seguridad e inteligencia corporativa en Argentina durante los años ochenta y noventa”, detalló a Data Clave un reconocido especialista en temas de seguridad.
“En nuestro país se dedican en la superficie al due dilligence debido a que la normativa vigente es restrictiva respecto a la inteligencia privada. Pero es sabido que empresas de las más importantes contratan sus servicios de vigilancia e inteligencia corporativa” agregó el experto. “Se trata de un formato nacido en Estados Unidos, donde el gobierno -a través de sus agencias de seguridad, defensa e inteligencia- subcontrata agentes del sector privado para desarrollar algunas de las actividades que le resultan más riesgosas o comprometedoras. No es ilógico que un ex funcionario como Federici empiece a trabajar allí porque tiene mucha experiencia en la materia, el tema es cómo y con qué fines utiliza la información estratégica que seguramente posee tras su paso por la UIF”, finalizó.
Un pie en cada lado
Debe haberse encariñado mucho Mariano con su trabajo en la UIF porque dejó a varios amigos trabajando en la oficina. Uno de ellos es Lucas Reboursin, que sigue al frente de la estratégica dirección de Análisis, desde donde parece que demoró un informe muy importante sobre las maniobras de la concursada cerealera Vicentín relacionadas con el presunto lavado de dinero.
De hecho una fuente de la fiscalía que investiga las condiciones en las que la gestión de Javier González Fraga en el Banco Nación le otorgó un crédito por más de 18.500 millones de pesos al holding santafesino pocas semanas antes de la derrota electoral macrista, sostuvo a este portal que “el relevamiento estaba listo desde fines de abril, pero la UIF recién lo mandó los últimos días de junio”.
Las malas lenguas afirman que Reboursin también ocultó información del blanqueo de 2016 lo que dificultó la investigación sobre casi mil cuentas de argentinos en el exterior no incluidas en sus declaraciones juradas del impuesto a los Bienes Personales.
Tanto Federici como Reboursin elaboraron informes lapidarios contra Cristina de Kirchner que apuntalaron los procesos judiciales donde se investigan presuntas irregularidades en los contratos de vialidad y la construcción de los hoteles Los Sauces y Hotesur, lo que motivó que la actual vicepresidenta los acusara de “fabricar pruebas”.
No es el único funcionario de la gestión macrista que sigue revistando en la Unidad. Seis directores y varios jefes de delegaciones regionales permanecen en sus cargos, tanto en la Dirección de Supervisión y Régimen Sancionador, como en el área de Coordinación Internacional, donde aún se desempeña otro ex compañero de Federici en el Fondo Monetario: Lucas Pandolfo.
Como si fuera poco, su hermano Ignacio –también abogado- continúa trabajando en la Dirección General de Aduanas dependiente de la AFIP.