Las dificultades del oficialismo que traban los pliegos judiciales: alerta por vacantes
A pesar de la intensa actividad y búsqueda de consensos en el Consejo de la Magistratura para enviar ternas al Poder Ejecutivo, en Rosada tienen demorados más de 30 trámites, que se suman a los casi 40 pliegos que La Libertad Avanza retiró cuando llegó al poder. Futuro incierto para Manuel García Mansilla y Ariel Lijo, los candidatos a la Corte.
Los únicos candidatos que han conseguido un okey del Senado para ser jueces en estos casi diez meses de gestión libertaria ya eran magistrados. ¿Qué significa que esto? Que lo único que el oficialismo ha logrado aprobar en cuanto a lugares dentro del sistema judicial es una continuidad por 5 años más a dos jueces que estaban por cumplir los 75 años.
Sin ganas o sin interés de negociar y con una treintena de pliegos de jueces que habían quedado de la gestión de Alberto Fernández y que fueron retirados al inicio del mandato de Javier Milei, la situación del Poder Judicial en cuanto a sus vacantes no ha mejorado. El estancamiento, lejos de donde se daba antes que era en el Consejo de la Magistratura, se trasladó al Poder Ejecutivo y al Legislativo.
Cabe explicar que una persona que quiere convertirse en magistrado debe participar de un concurso organizado por el Consejo que consta de varias etapas. Una vez cerrado eso y con un orden de mérito, los integrantes del organismo (desde jueces hasta diputados y con la presidencia ejercida por Horacio Rosatti) votan las ternas, que para quedar aprobadas deben cosechar una mayoría especial.
Una vez que los consensos se activan en el Consejo de la Magistratura, la terna elegida y aprobada pasa el Ejecutivo: el presidente debe elegir a uno de esos tres candidatos, cuyo pliego va al Senado. Ahí, previo una audiencia ante la Comisión de Acuerdos donde es interrogado, va al recinto donde necesita obtener la mitad más uno de los votos de los presentes.
Esto no se aplica para los posibles o futuros integrantes de la Corte Suprema, que exigen un trámite distinto y dos tercios de los votos de los senadores presentes. Eso es lo que complica la llegada de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla al Máximo Tribunal. Si bien la candidatura del primero parecía más orientada, lo cierto es que los últimos vaivenes y desavenencias del oficialismo alejaron varios votos que parecían ya consolidados.
Lo cierto es que el Poder Judicial tiene alrededor de un 30% de vacantes, un número que puede aumentar de acá a fin de año con diversas jubilaciones que se darán. A eso se le suma una situación similar en relación a fiscales y defensores, que tampoco han tenido tratamientos en el Senado.
Es más, la Comisión de Acuerdos solo sesionó para García Mansilla, Lijo y los magistrados Jorge Eduardo Morán, vocal de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal, y Roberto Enrique Hornos, vocal de la Cámara Nacional en lo Penal Económico. El resto de las reuniones fueron para pliegos para embajadores y personal militar.