Las elecciones en el comité radical bonaerense no solo proclamaron como ganador al presidente del bloque de Juntos en la Cámara baja provincial, Maxi Abad, sino que también abrió una herida interna dentro del propio partido que, al parecer, no parece estar cerca de sanar.

Acostumbrado a triunfar en los comicios locales, la derrota partidaria dejó al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, enfrentado con todo aquello que forma parte del actual aparato radical. Y de esa manera, cerró su acuerdo para atravesar estas elecciones acompañando a la lista de Diego Santilli y con la UCR en la vereda de enfrente.

Claro, para lograr su cometido, Posse se llevó consigo gran parte de la dirigencia local. Por lo que el partido centenario también tuvo que salir a buscar un representante del otro lado. Pese a que un primer momento se acordó con Carlos Castellano, exmano derecha de Posse (hoy enfrentado), el acuerdo final se selló con Ramón Lanús, un dirigente del PRO que encabezará a nivel local la lista que lleva a Facundo Manes para diputado nacional.

Pero no solo eso, Lanús llega a la contienda con el apoyo del expresidente Mauricio Macri. “Ahora que soy vecino de San Isidro, sigo más de cerca el trabajo maravilloso que está haciendo este grupo de voluntarios con Ramón Lanús. Es la elección más importante desde la vuelta de la democracia, en la que vamos a dejar definitivamente atrás al populismo para empezar a crecer en base al respeto y al trabajo conjunto”, sostuvo en su momento el exprimer mandatario.

Pese a contar con un candidato propio, el PRO acordó con Posse con el objetivo de jugar al “caballo ganador”. Un pacto que al intendente le vino perfecto para dejar en claro sus diferencias con el radicalismo de Abad. Pese a que había asegurado que en caso de perder la contienda interna, acompañaría, el mandamás de San Isidro hizo lo mismo que en elecciones pasadas y se acomodó junto a los que desde su espacio consideran que serán los triunfadores.

Lanús fue vicepresidente del PROCREAR entre 2015 y 2019 y tiene buena relación con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y con María Eugenia Vidal. "Es momento de preguntarnos qué San Isidro queremos. Hay mucho por hacer para que vivamos aún mejor y sé que podemos llevar San Isidro a su mejor versión trabajando en equipo y fortaleciendo los lazos con la comunidad", asegura..

Esquirlas

La contienda interna también generó un conflicto interno en la máxima oposición que tiene el intendente hoy. Sucede que para ser representante de la UCR, Lanús rompió la alianza con ConVocación por San Isidro y se quedó con una de las cuatro bancas con las que contaba el vecinalismo más importante del Conurbano.

Se trata de un espacio interno llamado ConVocación Ciudadana liderado por la concejal María Feldtmann quien manifestó su deseo de sumar fuerzas para ganarle a Gustavo Posse. El problema que expusieron desde el vecinalismo es que “la boleta de Ramón va a terminar adentro de la de Posse por lo que muchos afiliados al partido se sienten completamente defraudados”, le aseguró a Data Clave, la primera candidata a concejal Catalina Riganti.

Para Feldtmann el vecinalismo se reduce a “poner al vecino en el centro de las preocupaciones: sin el reconocimiento monetario por los votos y alejado de los beneficios partidarios, las uniones vecinales son una mochila a la hora de conquistar el poder ejecutivo municipalEn la elección de 2019 quedó evidenciada la imposibilidad de perforar el techo del 20 por ciento. Para ganar, hay que juntar fuerzas”. 

Nosotros vamos a competir como es habitual. Con Posse del otro lado, quien siempre se acomoda para el lado ganador. El problema es que hoy tiene una interna fuerte y va a llegar debilitado después de perder la interna partidaria”, dice Riganti. Y agrega: “Está asustado porque en breve se le acaba el reinado”, en alusión al fin de las reelecciones.