Kueider en el laberinto judicial: entre la puja por volver al Senado y la causa por lavado
Su futuro, mientras sigue en Paraguay en una domiciliaria de lujo, se define entre dos fueros: el penal federal y el contencioso administrativo federal. Los argumentos -repetidos- con los que insiste para volver al Congreso y las complicaciones en el expediente donde es investigado por Sandra Arroyo Salgado.
Edgardo Kuieder probablemente nunca se imaginó que al cruzar la frontera lo revisarían. Tampoco pudo prever que le encontrarían más de 200 mil dólares que, a priori, no pudo justificar. Lo que si pudo armar rápidamente es una triple estrategia judicial para enfrentar los múltiples problemas que atraviesa. La primera parte le resultó bastante exitosa: a pesar de que lo engancharon “en flagrancia”, pudo conseguir una detención domiciliaria en un departamento de lujo en Asunción.
En los otros aspectos, está más complicado. Desde que se conoció su detención, la jueza Sandra Arroyo Salgado puso primera en el expediente donde lo tenía en la mira por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, entre otros delitos.. Allanamientos, pedido de extradición, búsqueda por INTERPOL y rechazo de cualquier propuesta que le signifique la libertad.
A ello se le suma la decisión que tomó por una amplia mayoría el Congreso de la Nación: expulsarlo de su cargo como senador. Kueider decidió tomar la vía judicial y cuestionar la sesión. Hasta ahora, no tuvo éxito. El juez en lo contencioso administrativo Enrique Lavié Pico rechazó su petición y su argumentación al respecto de que todo debía anularse porque intervino Victoria Villarruel cuando Javier Milei ya estaba de viaje, lo que significaba que ella estaba a cargo del Ejecutivo en ese momento.
“No quedan dudas respecto a que su participación no ha tenido injerencia alguna en el resultado de la votación al que finalmente arribaron los Senadores Nacionales en uso de sus atribuciones privativas, en tanto se ha limitado estrictamente en el orden parlamentario a presidir la sesión en cuestión”, sostuvo Lavié Pico.
Pero Kueider insistió y apeló la resolución. "El futuro de la Nación está en juego, aquí no es una cuestión de inhabilidad moral, es una cuestión de legalidad, de transcendencia institucional, del funcionamiento independiente de los poderes, del funcionamiento correcto de los poderes, de evitar el abuso y la violación de derechos, y eso es lo que importa a la Nación y a la seguridad jurídica como país internamente y ante el mundo", aseguró en su presentación.
En su escrito, reiteró algunos de los argumentos que ya había esgrimido en su demanda. Habló de las declaraciones de Javier Milei al respecto de que la sesión era nula y volvió a cuestionar el rol de Villarruel. “Esencial es entender que un órgano como el Senado no puede expresar su voluntad, sino por medio de un procedimiento válido, y para ello, quien dirige la sesión, quien ejercer la corrección, quien somete a votación el tema, quien da la palabra, puede dirigir el orden de la sesión, llamar a votar, computar votos, declarar el resultado, cerrar la sesión, etc. no puede ser como ha sido en el presente caso, el Presidente de la Nación, encarnado en la persona de la Sra. Villarruel”, teorizó.
El futuro judicial
Por un lado, la causa por su lugar en el Senado ya pasó a la sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, que tendrá el rol de resolver la cuestión. Lo que le juega en contra es el tiempo: solo quedan tres días hábiles antes de la feria judicial, por lo que si no se toma una decisión ahora, probablemente el debate pase a febrero.
La defensa podría pedir que se habilite el trabajo en “días y horas inhábiles” pero es un planteo difícil de concretar. Por otra parte, tanto la causa donde se lo investiga en Paraná como el expediente en San Isidro que tiene la jueza Arroyo Salgado podrían avanzar en feria si los magistrados a cargo así lo desean. En este último caso, hay varias medidas de prueba que se están llevando adelante en estos momentos y que podrían desencadenar en nuevos procedimientos.