Kicillofismo en marcha: intendentes aceleran candidatura nacional para reposicionarse en PJ y PBA
Parte del peronismo bonaerense busca "primerear" y marcar la cancha con el fin de que varios se sumen a una causa que el propio gobernador pide "freezar". La puja interna para que el próximo mandatario provincial sea un intendente.
Las declaraciones vertidas en las últimas horas por el jefe comunal de Villa Gesell, Gustavo Barrera, en relación a la posibilidad de que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, sea el “el futuro presidente de los argentinos”, no fueron casuales. Forman parte de un plan general que ya tiene su desarrollo en la Provincia y que, con el tiempo, busca instalarse de manera nacional.
Como es sabido, el intendente del distrito costero no solo es muy cercano al mandatario provincial desde la primera hora sino que, además, es uno de los integrantes periféricos del grupo de alcaldes que hoy tracciona en favor de Kicillof con el fin de generarle una militancia directa que, en los hechos, el gobernador no supo (o no pudo) construir.
Al frente de este armado se encuentra Jorge Ferraresi, a cargo de Avellaneda, quien tiene el firme objetivo de dar la pelea hacia adentro para, según como se den los siguientes pasos, constituir un equipo político para pelear por la provincia de Buenos Aires con Axel como referente nacional.
En ese conjunto de intendentes también se encuentran Fernando Espinoza (La Matanza), Julio Alak (La Plata) y Mario Secco (Ensenada), entre otros. Todos con la misma finalidad que dio a conocer Ferraresi semanas atrás cuando dio a conocer en un acto en Lanús, y frente a la militancia propia, que “la gran mayoría de ustedes expresaron que Axel tiene que ser nuestro próximo presidente” y que hay que “construir en un lugar distinto” para darle “fortaleza y volumen" a su candidatura.
Y marcó una diferencia aún más clara y profunda: “Esa construcción que va por otro lado seguramente en el año 25 nos va a encontrar en lugares distintos, no nos va a encontrar en los mismos lugares, entonces para qué vamos a perder tiempo. Ya tenemos que empezar a construir”, señaló en relación a La Cámpora.
Pese a que atraviesa un momento de tregua, el vínculo entre Kicillof y el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, no es bueno. El principal referente de la "Orga" no avala que se esté empezando a dar la discusión. Lo mismo sucede con sus socios: los dirigentes que aún responden al exjefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde.
Se trata de un escollo de peso para Kicillof. Sucede que el gobernador no cuenta con un armado territorial ni tampoco legislativo. En los hechos, el mandatario solo tiene un legislador a su favor (Carlos “Cuto" Moreno) y la llegada a los distritos la aporta el grupo Ensenada que, a las claras, también tiene sus propias intenciones: poder terminar con los candidatos foráneos y poner a un intendente en sillón de Dardo Rocha.
“No es un pedido, ni un acuerdo. Es una necesidad. Algo en lo que coincidimos todos más allá de que no coincidamos en otras cosas. Y no tiene que ver con quién puede llegar a ser sino con que todos podamos sentirnos representados porque nadie mejor para entender las problemáticas de la Provincia que un intendente”, le dice a Data Clave un jefe comunal de Unión por la Patria.
Lo cierto es que para las elecciones de 2027 falta demasiado. Y Kicillof ya dejó en claro que no quiere una exposición anticipada. Sin embargo, los diferentes escenarios de confrontación con el presidente Javier Milei, por los recortes a la Provincia, lo colocan en un ring para el que ambos parecen haber dado un mismo peso. Un choque de miradas que crece con el correr de los días y que ubica a Kicillof en la pelea nacional.
Claro, no todos van en la misma sintonía. Un dirigente bonaerense que no es cercano al gobernador dejó en claro su postura en diálogo con este medio: “Si pensamos en un nombre antes que en el cómo nos vamos a pegar otra piña como la del año pasado. Sea Kicillof, Massa, Quintela o El Cadete. En la agenda de la gente está cómo llegar a fin de mes”.
Cabe recordar, además, que en el reciente Congreso del PJ los congresales no tomaron ninguna decisión en torno a quién quedará al frente del partido a nivel nacional y, de esta manera, Kicillof sigue como uno de los cinco vicepresidentes con los que cuenta el peronismo. Un espacio de conducción para el que también quisieron posicionarlo desde adentro pero, a través de sus alfiles, el gobernador mandó a negar.