Fin del turismo social: La maniobra del Gobierno para deshacerse de Chapadmalal y Embalse
Con el cambio en la Ley Nacional de Turismo, ya no es obligatorio sostener las tarifas accesibles. El Ejecutivo busca que las unidades turísticas sean "autosuficientes", pero el traspaso a la Agencia de Bienes del Estado podría abrir la puerta a su privatización.
El Turismo Social está al borde de su extinción. La prueba piloto para que los complejos de Chapadmalal y Embalse fueran autosustentables terminó con la última temporada de verano, y el Gobierno de Javier Milei avanza para desprenderse de ellos. La Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, a cargo de Daniel Scioli, ya preparó un borrador para declarar la "innecesariedad" de las unidades y pasarlas a la órbita de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), el organismo encargado de definir su destino final.
Con el argumento del déficit fiscal, la medida forma parte del plan de ajuste libertario. La Ley Bases, recientemente aprobada, habilita este traspaso bajo la excusa de la emergencia pública en materia económica y administrativa. La residencia presidencial de Chapadmalal quedaría, por el momento, fuera de la medida, pero el Museo Eva Perón podría pasar a la provincia de Buenos Aires.
Aunque los complejos están protegidos por su carácter patrimonial, dentro del Gobierno no descartan modificar la legislación para permitir su venta. La AABE es el único organismo con potestad para realizar este tipo de operaciones, y todo indica que el Ejecutivo explorará caminos para habilitar la privatización. Una de las opciones en estudio es que una empresa hotelera privada administre los predios bajo nuevas reglas, sin la obligación de mantener tarifas accesibles.
La decisión se inscribe en la reforma estructural del turismo que impulsa Milei, con cambios en la Ley Nacional de Turismo, la desregulación de parques nacionales y la eliminación del Pre-Viaje. La premisa oficial es que el Estado no debe sostener programas de acceso al turismo para sectores vulnerables. "Buscamos atraer inversiones y desarrollar estrategias sin restricciones nacionales", justificó Scioli.
El exministro de Turismo y actual legislador porteño Matías Lammens salió al cruce de la medida y denunció el cierre de los complejos a través de un hilo en X (ex Twitter). "Chapadmalal y Embalse son patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de los argentinos. Cerrarlos es una burrada", disparó. Además, recordó que durante su gestión se rehabilitaron 9 hoteles y decenas de bungalows, permitiendo que más de 120 mil personas –en su mayoría jubilados y familias de bajos recursos– disfrutaran del mar y las sierras.
Lammens también expresó su solidaridad con los trabajadores de los complejos y denunció la insensibilidad del Gobierno: "Mi compromiso es que estos lugares vuelvan a ser lo que siempre fueron: un derecho al descanso y al encuentro para todos los argentinos". En el cierre de su mensaje, apuntó contra la política de Milei y pidió frenar el avance libertario en las urnas: "Este plan de destrucción masiva no va a dejar nada en pie. En octubre tenemos que dar el primer paso".
Los hoteles de Chapadmalal y Embalse fueron inaugurados entre 1947 y 1951 por Juan Domingo Perón, bajo el concepto de Turismo Social, ofreciendo alojamiento a jubilados y sectores vulnerables. En 2022, durante el gobierno de Alberto Fernández, se reinauguraron tras una inversión de $7500 millones, pero la gestión de Milei descontinuó las obras de mantenimiento. Hasta ahora, los complejos funcionaban todo el año con tarifas subsidiadas, pero en 2025 la pensión completa alcanzó los $60.000 por persona.
El plan de Scioli se coordina con el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger, con quien ya trabajó en la apertura de los cielos y la eliminación de pagos a SADAIC por música en hoteles. En octubre de 2024 se iniciaron los trámites para el traspaso de Chapadmalal y Embalse, dejando en el aire el futuro de estos emblemas del turismo popular.