El oficialismo comenzará el año parlamentario en minoría y con múltiples divisiones internas
En los bloques del Senado y de la Cámara de Diputados hay divisiones internas y críticas a la conducción de los bloques luego de un intenso verano. Tras la caída de la Ley Bases, en la bancada libertaria esperan "cambios" en las formas de conducir la estrategia legislativa.
La Libertad Avanza está a escasos tres días del comienzo de un nuevo año parlamentario, el primero como oficialismo. El presidente Javier Milei dejará inaugurado el periodo ordinario de sesiones luego de su discurso el 1 de marzo. Luego de las sesiones extraordinarias accidentadas con la caída de la Ley Ómnibus en el recinto de la Cámara de Diputados, al interior de la bancada, ya con tiempo transcurrido desde ese momento, los cuestionamientos se mantienen expectantes.
La minoría con la que debe gobernar Javier Milei es un caso inédito y con pocas posibilidades de comparación con otras gestiones. La posible ampliación de La Libertad Avanza con el PRO en un nuevo interbloque oficialista que de mayor caudal de bancas ha quedado en expresión de deseo de algunos sectores. Con este panorama, el gobierno empezará su primer periodo de sesiones ordinarias con 38 diputados y tan solo 7 senadores.
En la Cámara alta, y a pesar de ser apenas un puñado, las opciones internas se dividen casi en mitades 4 a 3. El presidente de bancada Ezequiel Atauche y el presidente provisional Bartolomé Abdala, tiene el aval del sanjuanino Bruno Olivera y del riojano Juan Carlos Pagotto pero hay algunas disidencias. La puntana Ivana Arrazcaeta no tiene la misma sintonía política en San Luis que su compañero de boleta, la jujeña Vilma Bedia también viene de otro espacio del presidente de bloque y por último el caso más resonante que deja el verano es el del formoseño Francisco Paoltroni que tuvo un cruce tras haber sido confirmado como presidente provisional y luego corrido del cargo.
En ese contexto, el oficialismo debe enfrentar un DNU difícil de defender para conseguir que parte de la oposición no kirchnerista siga sosteniendo un rechazo de facto. La estrategia puede funcionar en la comisión dilatando con reuniones continuas para discutir el mega decreto pero saben que no podrán evitar que llegue al recinto más temprano que tarde. Muchos menos luego del pedido de bloques provinciales y peronistas no kirchneristas a los que incluso se sumó una firma del radical Pablo Blanco.
En la Cámara baja, hay un sector del bloque oficialista al que no le cierra y no le gusta la conducción, aseguran que, son simplemente cuestiones políticas y no hay nada personal con el diputado Oscar Zago ni con nadie que sea de su círculo más cercano. Algunos errores de estrategia parlamentaria y de procedimiento generaron malestar en el tratamiento de la ley de Bases. Entre otras cosas, el día que se votó y se volvió a enviar el proyecto a comisiones los diputados no tenían copia impresa en sus pupitres.
La ebullición llegó a un punto que luego de las traumáticas sesiones por la Ley Bases Clarín publicó el 14 de febrero que no se descartaba una posible ruptura en el bloque oficialista. “Hasta el día de hoy nadie desmintió esa nota”, dijo una fuente parlamentaria libertaria Data Clave. En la interna se reclama mayor información de primera mano sobre la marcha de las negociaciones parlamentarias y además no cayeron bien muchas declaraciones de Zago. El último antecedente que generó discordia fue la presentación de un proyecto para derogar el aborto por parte de Rocio Bonacci a la que después le quitaron la firma varios compañeros de bloque. Sienten que dejaron expuesta a la joven diputada libertaria.
La conducción del bloque tiene un primer cordón de diputados que lo rodean entre los que están Juliana Santillán, Lorena Villaverde y Carlos D'alessandro, entre otros. Del otro lado, los enojos no son pocos y cuentan que más de la mitad del bloque tiene reparos y hay molestia. Aunque repiten por los pasillos que no son aspectos personales sino cuestionamientos políticos.
No hay consecuencias a la vista en ninguna de las dos bancadas, tanto Senado como Diputados, y es solo un clima de época de lo que dejan las sesiones extraordinarias y de cara a lo que será el primer año parlamentario ordinario. Sobre todo en la Cámara baja, donde el clima es más intenso, si las cosas cambian y avanzan los reclamos internos, no pasará nada, si la actitud persiste no descartan movimientos.