El paro general del 10 de abril convocado por la CGT será el tercero que enfrenta el gobierno de Javier Milei en un año y medio de gestión. Esta vez, la medida tendrá un condimento adicional: una movilización el día anterior al Congreso, junto a los jubilados que reclaman mejoras en sus haberes desde hace semanas. El escenario promete ser de fuerte impacto, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires, pero también en gran parte del país, con servicios claves completamente paralizados.

El transporte público no será la excepción. Los trenes y subtes no funcionarán durante toda la jornada, ya que todos los gremios ferroviarios y los metrodelegados del subte capitalino se suman a la huelga. En contraste, los colectivos urbanos circularán con normalidad, aunque no por decisión gremial sino por una resolución del Gobierno. La conciliación obligatoria dictada el viernes 28 de marzo frenó cualquier posibilidad de que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) interrumpiera el servicio.

Otro de los sectores más afectados por la medida será el transporte aéreo. Según datos difundidos por el portal especializado Ladevi, se cancelarán 267 vuelos, mientras que otros 26 sufrirán reprogramaciones, lo que afectará a más de 40 mil pasajeros. La medida se sentirá en todos los aeropuertos del país. Se suman al paro APLA, APA, UPSA y Atepsa, gremios que representan desde pilotos hasta personal técnico y de navegación aérea.

La banca también estará cerrada. Desde la Asociación Bancaria confirmaron que no habrá atención en sucursales durante todo el jueves. Solo estarán disponibles las operaciones digitales por home banking. La medida afecta tanto a los bancos públicos como a los privados, y se replicará en todo el país.

En el ámbito educativo, la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) y Conadu, que agrupa a docentes universitarios, confirmaron su adhesión. Por eso, la actividad escolar se verá muy reducida o directamente paralizada, tanto en el nivel inicial, primario y secundario como en las universidades nacionales. En las escuelas privadas, la asistencia dependerá de la disponibilidad del transporte.

La recolección de residuos también estará interrumpida. Según confirmaron fuentes sindicales, no habrá servicio hasta las 00 del viernes 11 de abril. Algunas excepciones podrían darse en zonas donde el sistema está tercerizado o depende directamente de los municipios, pero la gran mayoría de las ciudades se quedará sin recolección por 24 horas.

La administración pública se verá fuertemente afectada. Los gremios UPCN y ATE confirmaron que no habrá atención en organismos públicos, oficinas municipales, dependencias estatales ni hospitales. Esto incluye prestaciones clave como Anses, PAMI, AFIP y otras reparticiones del Estado. “La situación es insostenible, los salarios están congelados y los despidos se acumulan”, remarcaron desde ATE en la convocatoria.

El paro general del 10 de abril será acompañado también por las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA) y podría ser el puntapié inicial de un nuevo ciclo de movilizaciones si el Gobierno mantiene su política de ajuste. Desde la CGT aseguraron que “la medida es en defensa de los derechos laborales, la seguridad social y el sistema jubilatorio”. La jornada anterior, el miércoles 9, los gremios se movilizarán junto a los jubilados frente al Congreso, como parte de la protesta extendida.