Mientras el gobierno duda sobre retenciones, la oposición rechaza medidas para contener precio de los alimentos
En la antesala de una hambruna mundial como consecuencia de la pandemia y el conflicto ruso-ucraniano, Alberto Fernández osó insinuar la necesidad de desacoplar los precios internacionales del trigo para favorecer al mercado interno y lo salieron a cruzar las patronales agropecuarias y sus brazos políticos. El desafío de reducir la inflación en los productos de la canasta básica y garantizar a los hogares argentinos el sustento alimentario. El empoderamiento de Guzmán y los planes de Economía para distribuir entre los sectores más desprotegidos.
El escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias es el "abuelo" del realismo mágico latinoamericano. Además de su invalorable aporte al desarrollo de la literatura del continente, su pluma magistral influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las raíces indígenas. Su oposición pública a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera -quien gobernó en Guatemala entre 1898 y 1920- lo llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el extranjero, sobre todo en América del Sur y Europa.
En la novela "Hombres de maíz" -considerada como su obra maestra- Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas en confluencia con sus convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y solidaridad. Al referirse al maíz, el escritor afirma: “Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz".
Más de un siglo después, un editorial casi apocalíptico del prestigioso semanario británico “The Economist” -de orientación ideológica conservadora- confirmó lo que los especialistas ya vienen pronosticando desde hace meses: el mundo está al borde de una hambruna generalizada, como consecuencia de las catástrofes que viene sufriendo en los últimos años, como la pandemia de covid-19, el cambio climático y, más recientemente, la guerra entre Rusia y Ucrania.
“La catástrofe alimentaria que se avecina” tituló el medio sobre las consecuencias del conflicto bélico iniciado el 24 de febrero, entre las que se señala la interrupción de las exportaciones de cereales y semillas procedentes de Ucrania, provocando que el precio del trigo se dispare por encima del 50% y llegue a máximos históricos.
“Al invadir Ucrania, Vladimir Putin destruirá la vida de las personas que se encuentran lejos del campo de batalla, y en una escala que incluso él puede lamentar”, advirtió la tapa de la publicación británica ilustrada con una espiga de trigo formada por calaveras.
Para empeorar la situación, el costo de este cereal volvió a subir después de que India suspendió las exportaciones de trigo “con efecto inmediato” debido a que las altas temperaturas de las últimas semanas han mermado la productividad de la cosecha. “Mientras la guerra se prolonga, y los recursos de Rusia y Ucrania son limitados, cientos de millones de personas pueden caer en la pobreza. El conflicto social se extenderá, los niños serán afectados y la gente tendrá hambre”, alertó este medio.
No fue el único. La semana pasada, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ya había advertido sobre “el fantasma de una escasez mundial de alimentos”, que puede durar varios años. El número de personas que no pueden comer todos los días subió de 440 millones a 1,6 billón y cerca de 250 millones están al borde de la hambruna.
En ese mismo sentido, tras su gira por Europa -donde habló con los mandatarios de España, Alemania y Francia sobre esta preocupación global- y con la inflación como telón de fondo, Alberto Fernández planteó este viernes la posibilidad de dar con los “mecanismos para que, internamente, no suban los precios como suben los precios internacionales” y le pasó la pelota al Congreso de la Nación. “Necesito que el Congreso entienda la problemática y acompañe”, manifestó el primer mandatario, en referencia a una eventual suba de las retenciones.
“El precio del trigo sube mucho y tenemos un gran problema para desacoplar el precio interno del externo", aseguró. Y completó: "Eso que llamamos con Martín (Guzmán) la riqueza inesperada, porque alguien en el mundo empieza a ganar mucho, es lo que nosotros pedimos que se redistribuya. El instrumento con que esto se desacopla son las retenciones, pero son un tema legislativo".
Fernández tiene en claro cómo están ubicadas las fuerzas en el congreso y lo expresado terminó sonando más como una expresión de deseos respecto a lo que debería suceder que a una propuesta concreta. “Yo puedo mandar mañana un aumento de retenciones al Congreso: lo voy a perder. Entonces van a salir a decir que el gobierno falló/perdió. Sí, si tengo a toda la oposición sacándose fotos con el tractorazo", añadió.
Inflación de alimentos: la antesala del hambre
Argentina es un país capaz de producir comida suficiente para alimentar a más de 400 millones de personas, casi diez veces su población. Y, sin embargo, las últimas proyecciones de la FAO indican que, si no se actúa de forma urgente, más de siete millones de argentinos (un 17% de la población) se quedarán sin comida, hasta el punto de que muchos de ellos estarán expuestos al hambre.
Así lo demuestra el último Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional para América Latina y el Caribe realizado por la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Allí, el organismo internacional señaló que entre 2018 y 2020, 5,7 millones de personas en el país se encontraban en un estado de inseguridad alimentaria grave. Básicamente, esto quiere decir que el 12,6% de la población nacional pasa sin comer uno o más de un día por no poder acceder a los alimentos de manera suficiente.
La inflación aún sin controlar, el encarecimiento de los precios de los alimentos y unos ingresos familiares cada vez más bajos son las principales causas de esta situación, que afecta a casi la mitad de los argentinos y que suena inaceptable para un país que exporta alimentos a todo el mundo y que está gobernado por una coalición política cuyo principal socio es el partido que más hizo por la distribución de la riqueza.
Salarios y distribución del ingreso
Frente a un nutrido número de afiliados al gremio de la construcción, Fernández efectuó un análisis de la coyuntura económica a nivel nacional y sostuvo que “venimos de la caída del salario real de 20 puntos en el macrismo y recuperar el salario real es mucho trabajo. Entre el 2003 y el 2015 el salario real subió 19 puntos y entre 2015 y 2019, bajó cuatro".
Durante el acto de apoyo convocado por la UOCRA, el presidente se refirió a su preocupación respecto a la distribución: “no estamos logrando que la distribución del ingreso se logre. Por eso hemos decidido tener abiertas las paritarias, para que los salarios le ganen a la inflación y que las jubilaciones también le ganen a la inflación”.
A pesar de los esfuerzos por reforzar presupuestariamente el Plan de Seguridad Alimentaria que viene llevando adelante el ministerio de Desarrollo Social conducido por Juanchi Zabaleta -con una inversión de casi 30 mil millones de pesos mensuales- todavía hay mucho tejido por reparar después de los cuatro años de economía macrista.
Los números del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) muestran que la economía concluyó el primer trimestre del año en expansión, con un crecimiento del 1% intertrimestral y la mejor performance del período desde 2018. La recuperación de los últimos meses ha permitido no solo recomponer el PBI, sino también el PBI per cápita, que en febrero de 2022 superó en 4,3% los niveles de diciembre de 2019 y retornó a los de mediados de 2018.
Pero lo que no logra evidenciarse es la distribución de este crecimiento, que todavía no percola hacia los sectores más vulnerables de la pirámide. "Hay mucho consumo focalizado en las capas medias pero es necesario expandir esa tendencia hacia los estratos sociales menos beneficiados", explicó a Data Clave un economista que participa de la gestión.
Fortalecimiento y expectativa
La Secretaría de Comercio Interior que tiene a su cargo Roberto Feletti cambió de paraguas: desde este viernes, dejó de depender del ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Matías Kulfas y pasó a la órbita del palacio de Hacienda, que encabeza Martín Guzmán.
Para algunos, la decisión fue leída como un coletazo más de la interna del Frente de Todos, que llevó al presidente a fortalecer la cartera más cuestionada por el kirchnerismo "paladar negro". Para otros, la movida tuvo por objeto promover un cambio positivo de expectativas respecto a la conducción de la política económica y, fundamentalmente, las acciones tendientes a evitar que la inflación se expanda sin control.
Formalmente, el cambio fue bien visto por el sector empresarial, ya que el organismo está concentrado en el combate contra la suba de precios mientras que Desarrollo Productivo está más abocado a las inversiones. Los "hombres de negocios" ven como una señal positiva que no continúen los cortocircuitos entre el ámbito de control directo de la inflación y el responsable de la política económica. "Si está alineado con Guzmán, Feletti va a tener que hacer lo que le pida la línea", le dijo a este portal un representante del sector empresarial.
La fuente sostuvo que "si realmente el gobierno quiere que haya un cambio de las expectativas, debe mostrar un horizonte más claro". Lo de Feletti es una señal de que se alinearán las buenas intenciones de Guzmán con las políticas micro de Comercio Interior. Pero también el foco de atención estará puesto en resolver el problema de abastecimiento de alimentos, especialmente, en los productos que componen la canasta oficial de Precios Cuidados, que continúa evidenciando faltantes en los estantes de las grandes cadenas de retail.
Feletti se viene reuniendo con referentes de las principales productoras de alimentos para monitorear el posible desabastecimeinto de aquellos productos que integran el programa de Precios Cuidados, ya que lo consideran "una herramienta importante para poder planchar la inflación". Ahora deberá abocarse a mejorar las herramientas que permitan mantener el éxito que, hasta el momento, viene mostrando la aplicación del programa creado para mantener controladas las góndolas.
Son las mismas empresas las que vienen advirtiendo al funcionario que el escenario de faltantes se debe a la diferencia entre los precios de las marcas incluidas en el programa oficial y los del resto de los productos que no controla el Gobierno. Actualmente, son 1.311 los artículos que se venden con el logo oficial de Precios Cuidados. La próxima renovación del programa pautada para el 7 de julio, seguramente añada nuevos productos a la canasta, como una herramienta necesaria para seguir tratando del anclar el resto de los precios que actualmente fluctúan según la oferta y la demanda.
Esta semana continuarán los encuentros con empresarios del sector para buscar fórmulas que permitan incrementar la producción de los alimentos y así asegurar el normal abastecimiento del programa. "Estamos evaluando sumar todos los productos incluidos en los fideicomisos públicos y privados creados en los últimos tiempos para desatar el valor de los alimentos locales de las subas de costos de los commodities a nivel mundial", explicó a Data Clave un funcionario de Economía.