Ante el ataque iraní a Israel, el gobierno de Milei se prepara para afrontar posibles coletazos en Argentina
El presidente suspendió la escala europea de su gira por las advertencias acerca de que una posible escalada del conflicto en Medio Oriente, pudiera tener consecuencias en el país. La hipótesis de un "atentado" contra el primer mandatario argentino producto de una política exterior noventosa, que reivindica las "relaciones carnales" con Estados Unidos y sus aliados. El sueño de transformarse en Maverick, que no pudo ser.
Durante el primer año de su gestión al frente de la diplomacia estadounidense, a Henry Kissinger le tocó lidiar -entre otros conflictos- con la cuestión de Oriente Medio. Apenas asumido, Egipto atacó a Israel, en lo que marcó el inicio de la guerra de Yom Kippur. El apoyo de Washington a Israel provocó el embargo petrolero de la OPEP, punto de arranque de la crisis del petróleo. Kissinger monitoreó las negociaciones de paz, que culminaron en mayo de 1974 y serían un precedente para los posteriores acuerdo de Camp David.
Fue, sobre todo, una victoria diplomática final para un Richard Nixon, jaqueado ya por el escándalo Watergate. Tan valorada fue la gestión del Secretario de Estado, que luego de caído Nixon en agosto del 74, el nuevo presidente Gerald Ford, confirmó a Kissinger como canciller.
En su libro “El Orden Mundial”, este hombre clave de la realpolitik del último medio siglo -fallecido el año pasado-, sostiene que “la actitud de Estados Unidos hacia Irán y hacia otros países comandados religiosamente, no puede basarse en un simple cálculo de balance de poder o en una agenda de democratización. La agenda debe ser armada tomando en cuenta los valores, la tradición y la experiencia de estos países”.
La propia Hillary Clinton argumentó durante su período al frente del Departamento de Estado, que su foco durante su gestión fue precisamente esto que Kissinger reconoce. Aquello que Clinton concibió como “poder inteligente” debería ser la respuesta a un mundo que demanda un orden internacional legitimado y consensuado por sus líderes y ciudadanos.
La política exterior argentina se ha caracterizado históricamente por alentar a todos los países involucrados en el conflicto de Medio Oriente a resolver por medio de la negociación sus controversias y sus diferencias, para alcanzar así una paz duradera que permita la convivencia armónica, el progreso y el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos deesa parte del mundo.
Sin embargo, durante los primeros cuatro meses de gestión, las relaciones exteriores del gobierno libertario se han transformado en un compendio de desaciertos e inoportunidades propias de una gestión que no tiene la más pálida idea de dónde está parada la Argentina en el concierto de las naciones y de los riesgos que supone accionar los botones equivocados de un tablero complejo y sensible.
Una serie de declaraciones desafortunadas del presidente Javier Milei y la inexperta gestión de la canciller Diana Mondino, sumadas a las posturas geopolíticas irresponsables y carentes de toda visión geopolítica y estratégica, colocaron al país en una situación de riesgo ante eventuales coletazos que pudiera acarrear este nuevo crescendo bélico en Medio Oriente entre Israel y la República Islámica de Irán.
En una muestra de absoluta falta de comprensión de la gravedad de sus palabras, el mandatario había declarado recientemente en una entrevista con CNN su alineamiento “incondicional” con Israel y Estados Unidos, a quienes consideró como “socios estratégicos” de su gobierno.
La orden del máximo dirigente de Irán de “castigar a Israel en cualquier territorio en el que esté presente” ha encendido las alarmas en la Argentina, un país que guarda el trágico recuerdo de los atentados a la embajada israelí en Buenos Aires y a la AMIA en la década de 1990, con un saldo de decenas de víctimas fatales.
¿Hay hipótesis de conflicto?
Según el experto en seguridad y antiterrorismo Juan Patricio Furlong, las posibilidades de que estos episodios en Medio Oriente escalen “son bajas”. En diálogo con Data Clave, el especialista explicó que, en este contexto, “seria desacertado que los iraníes ataquen ahora, justo en el momento que los israelíes atraviesan una severa crisis política interna”.
A la hora de analizar la responsabilidad de los ataques, la mirada de Furlong apunto a “los conflictos internos que también tienen los sectores musulmanes”. Es que la actuación de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en Gaza “deja mucho que desear” y “los sectores más radicalizados del mundo musulmán presionan para que exista una reacción por parte del único país que tiene capacidad para atacar a Israel, que es Irán”.
Sobre el ataque de este sábado, el especialista explicó que "se trata de drones, que pueden ser repelidos por el Escudo de Acero" y destacó que lo más importante es que el gobierno iraní pueda resistir “la presión de los extremistas para atacar territorio israelí con todo el poderío misilístico”.
Para los especialistas consultados, el principal inconveniente es la política que Israel está desarrollando en la Franja de Gaza. “Hay mucha preocupación por lo mal que están haciendo todo, porque los israelíes no respetan un solo acuerdo, no tienen un centro de fusión y todos los días cambian las reglas”, puntualizó uno de los analistas.
En ese sentido, añadió que, a su criterio, “estos son fuegos artificiales que no tienen demasiadas posibilidades de escalar” y que “la Argentina juega un papel secundario en esta historia, a punto tal de que no se visualiza una hipótesis que pueda complicarnos en lo inmediato”.
El sueño de Maverick que no pudo ser
Milei se encontraba compartiendo el almuerzo de Shabat junto a su hermana Karina en Miami, cuando se enteró del ataque iraní sobre territorio israelí. En ese momento, resolvió suspender la escala europea de su gira, que lo llevó a Miami y a Texas, para recibir la distinción como “Embajador de la Luz” y visitar la sede de la empresa Tesla, donde se reunió con su propietario Elon Musk.
El plan original incluía volar este domingo rumbo a Copenhague, para suscribir personalmente el convenio por la compra de 24 aviones de guerra F-16, con “vuelo de bautismo” incluido en el que el presidente argentino iba a “pilotar” unas de las aeronaves. Incluso, según pudo saber Data Clave, Milei llevó desde Argentina un atuendo de la Fuerza Aérea, con el objetivo de utilizarlo en la travesía, sin saber que no le iba a servir para volar en la aeronave danesa por tratarse de "indumentaria no apta para vuelos supersónicos".
“Si yo me iba a Dinamarca, tenia que someterme a un entrenamiento muy intenso para poder pilotar el F-16 y la verdad es que, en este contexto, no era conveniente que me suba a un avión de guerra por el riesgo que supone”, le dijo el mandatario argentino a Data Clave. “Tampoco podía exponerme a cruzar el Atlántico en un vuelo aerocomercial sin la debida custodia”, agregó.
Paralelamente, el presidente decidió crear dos comité de crisis para monitorear el conflicto entre Irán e Israel. Milei instruyó a la canciller Mondino para que tome contacto con sus pares de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia e Israel con la finalidad de coordinar acciones comunes y cruzar información de inteligencia que es clave para definir las próximas acciones de la Casa Rosada.
Y el otro comité de crisis se vincula a las Fuerzas Armadas y de Seguridad. El jefe de Estado conoce qué hizo Irán a través de Hezbollah contra la embajada de Israel y la AMIA, y no quiere que Argentina sufra un tercer ataque terrorista.
Milei regresa este domingo a Buenos Aires, y ordenó que los dos comités ya estén funcionando cuando aterrice en Ezeiza. Además, reclamó reforzar los niveles de seguridad de sinagogas, clubes y colegios judíos en la Argentina, que se encuentran protegidos “con el máximo nivel de seguridad”, según informaron desde la cartera de Seguridad.