Cuando hablamos de lo más avanzado en Competitividad, estamos hablando de transformaciones “globales” de empresas.

Lo más avanzado en competitividad  no se refiere a  un aspecto tecnológico, como la transformación digital, ni a la transformación de un área de la empresa (operativa, logística , u otras), ni de un proceso en particular (por ejemplo el de pedido – entrega de un producto o servicio).

Estamos  hablando de una transformación disruptiva, que  cambia a toda la Organización y al organigrama de la empresa,  donde cambian los roles de las personas, la estructuración de las áreas,  los incentivos individuales y grupales, los objetivos de las personas y la forma de encarar el negocio, dentro de un marco cultural ad hoc.

A nivel internacional, empresas como Spark (la compañía de telecomunicaciones de Nueva Zelanda), o Heier, el gigante de electrodomésticos chino, son ejemplos de este salto cuántico en competitividad y que se han basado en una transformación organizacional , con las mismas raíces filosóficas.

Hay un objetivo y un por qué en este cambio organizacional: El objetivo es rescatar la inteligencia de todas las personas de la Empresa. Y el por qué se basa en crear un nuevo sustrato organizacional, que posibilite el objetivo, y sobre el que se adecuen los procesos y la tecnología, como la transformación digital, como un derivado.

Es decir, el centro de todo es el ser humano. La revalorización del aporte de inteligencia creativa que considera absolutamente  a todas las personas de una empresa. Temas que hoy no llegan a cubrir la inteligencia artificial, pero que el ser humano si,  por ejemplo en las múltiples  ideas de negocio, o de relación con los clientes o de innovación.

Para que este “rescate de la inteligencia" se efectivice,  es crucial  definir un nuevo sustrato organizacional (como lo han hecho Spark y Heier), basado en pequeñas unidades o células, que manejan de punta a punta un proceso de negocio o de servicio.

Esto es algo más avanzado que las Células Agiles de Transformación Digital (tan de moda en el último tiempo), porque son células que abarcan de una u otra manera a “todas" las personas de una compañía. Por eso se dice que el modelo del futuro no es Spotify: es Heier.

Esta nueva conformación hace que todas las personas tengan un sentido empresario, con objetivos de negocio y rentabilidad claros, y un ambiente de innovación, donde la motivación se nutre de la autonomía.

Es un cambio total, donde desaparecen las áreas, y aparecen las Células. Donde los niveles del organigrama son pocos, y donde se incentiva al negocio y la innovación.

Los resultados tienen una base de 30 % aumento de productividad, 30% aumento de servicio al cliente y aumento de motivación, medido a nivel empresa.

Este cambio lo hemos implementado en  algunas empresas argentinas,  y también hemos sido parte del mismo en la empresa Robert Bosch, tanto en Argentina, como en  España  y Brasil.

Es un cambio complejo a nivel humano (más sofisticado que por ejemplo una implementación informática); pero en nuestra experiencia la clave es empezar con un Diseño Global de la nueva empresa, haciendo participar a personas clave.  Es el punto de partida para que tanto ellos, como los directores, entiendan y compartan el cambio propuesto.  Y luego lo apoyen.