Incendios forestales en Argentina: políticas públicas y fideicomisos
Los desafíos de nuestro país en la prevención de estos fenómenos y su impacto económico, ambiental y social son significativos.
Este año los incendios han sido una catástrofe en muchas provincias de Argentina y su proliferación, sumada al ineficiente uso de los recursos para su prevención y combate, sigue generando pérdidas con grave impacto económico, ambiental y social.
Una de las provincias más afectadas y por ello, más visibilizada por los medios, fue Córdoba, con más de 200.000 hectáreas incluyendo bosques nativos y especies en peligro de extinción, pero además, destruyendo la producción agropecuaria. También, y con menor impacto en prensa, otras provincias los sufrieron como Mendoza, Neuquén, Tucumán y Río Negro. Obvio que hubo reclamos al gobierno nacional y provincial por soluciones de mayor presupuesto, equipamiento y tecnología. Pero, además, hay que exigir capacitación para los abnegados bomberos voluntarios y políticas integrales coordinadas que aborden las causas subyacentes como la deforestación, la irresponsabilidad social y la negligencia.
Sabemos que Argentina enfrenta enormes desafíos en la prevención de estos incendios ya que el sistema tiene groseras debilidades:
• Marco normativo insuficiente que no aborda de manera integral y coordinada la problemática.
• Falta de recursos y eficiencia en su utilización, donde los fideicomisos podrían jugar un rol crucial al canalizar fondos para proyectos específicos asegurando el financiamiento.
• Inadecuados planes de capacitación y equipamiento para las fuerzas encargadas de la prevención y combate que luchan con equipos obsoletos o de escala insuficiente.
• Pobre evaluación preventiva de riesgos con un sistema que no considera adecuadamente factores como topografía, infraestructura y combustibles.
• Ausencia de coordinación interinstitucional para el uso de equipos y cooperación entre instituciones y gobiernos. La falta de una estrategia integral y unificada reduce la eficacia de las acciones y los esfuerzos de múltiples gestores.
• Conciencia social, educación y penalidades, ya que no hay programas serios de responsabilidad pública sobre prevención de incendios que, en muchos casos, son causados por ignorancia o desidia. Las campañas deben planificarse en el marco de un plan integral y federal adecuado a las diferentes realidades.
• Impacto de los cambios climatológicos y meteorológicos como sequías extremas y prolongadas.
En una situación de reordenamiento y austeridad como la de nuestro país, creemos que no hay recursos para controlar esto pero, sin embargo, y para sorpresa de muchos, existe un “fideicomiso del fuego” creado, supuestamente, para la prevención de incendios forestales a nivel nacional. El Fondo Nacional del Manejo del Fuego tomó vida en el 2021 con la resolución 93 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Es un fideicomiso público, financiero y de administración, que tiene como fiduciante, beneficiario y fideicomisario al ex ministerio y como fiduciario a BICE Fideicomisos S.A.
Hace tiempo que venimos advirtiendo sobre los problemas de este fideicomiso principalmente por la falta de un plan integral y a medida de cada provincia, y porque solo expresa buenas intenciones sin especificidad alguna, falla que se comprobó con el grave incendio del 2023 en Gral. Rodríguez que produjo el segundo mayor apagón de la historia argentina, afectando a más de 6 millones de hogares en CABA, Bs. As., Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Juan. A más de un año y pese a las alertas, todo sigue igual y los incendios continúan siendo moneda corriente, afectando la principal fuente de recuperación económica que es el campo.
Por eso y ante la explosión mediática sobre el desmanejo de los fondos fiduciarios por el Estado, coincidimos con la intervención por parte del MECON y las auditorías de SIGEN, ya que habíamos detectado graves fallas como:
• Falta de transparencia y rendición de cuentas: se encontró que las rendiciones del fiduciario carecen de respaldo documental suficiente, dificultando la verificación de los gastos y la evaluación.
• Desorden administrativo en la documentación y en la gestión administrativa del fideicomiso, lo que impide una trazabilidad clara de los procesos y dificulta el seguimiento adecuado de las contrataciones y los recursos.
• Modificaciones no comunicadas en las especificaciones técnicas y en los plazos de entrega de bienes y servicios para todos los proveedores, lo que limitó la competencia y la transparencia.
• Inadecuada planificación de las inversiones, que impide el seguimiento efectivo de los recursos y pone en duda la eficiencia del gasto.
• Diferencias en la comunicación entre entidades ya que se detectaron discrepancias significativas en las instrucciones y la documentación proporcionada entre el fiduciario y los fiduciantes.
Son evidentes las ineficiencias prácticas de la administración pública y la posible inoperancia y corrupción en el uso de los recursos con ausencia de equipos profesionales calificados para su administración.
Es por ello que, aportamos el diagnóstico focalizando en dos conceptos clave: idoneidad del fiduciario para el cumplimiento exitoso del objetivo y planeamiento de proyectos a medida. La situación de incendios en Argentina es crítica y sus pérdidas materiales y humanas enormes, lo que interpela a las autoridades al inmediato control ya que la deficiente gestión del fideicomiso del fuego resalta la necesidad de una revisión urgente sobre el diseño, los procedimientos y los controles y rendiciones.
Para avanzar en concreto es fundamental establecer un marco de gestión claro y transparente que garantice la disponibilidad de los recursos, y que se usen adecuadamente para proteger los ecosistemas y las comunidades. Sin un compromiso firme y una gestión idónea, las pérdidas seguirán descontroladas.
Argentina realiza esfuerzos dispersos para mejorar su sistema de prevención de incendios, pero existen importantes debilidades que deben ser abordadas profesionalmente para reducir en serio el riesgo. Es crucial fortalecer el marco normativo, la eficiencia y los controles, aumentar los recursos, mejorar la capacitación y el equipamiento, fomentar una gestión coordinada y la responsabilidad pública.
Los fideicomisos privados y los mixtos son una herramienta clave para asegurar los proyectos técnicos con la financiación y la administración adecuada de los recursos, ya que son esenciales para mejorar la gestión asegurando que se utilicen de manera eficiente y coordinada.