El Board del FMI aprobó la semana pasada el desembolso de USD 4,7 millones que corresponde a los fondos adeudados de diciembre y enero y al adelanto de los acordados para abril. No sin aclarar que no están exentos de riesgos, en el Staff Report el FMI dio un visto bueno a los compromisos que asumió el Gobierno. En líneas muy generales:

1. Un programa ambicioso de convergencia fiscal para alcanzar un superávit primario del 2% del PBI.

2. La recomposición del stock de reservas internacionales

3. La corrección de precios relativos, y

4. El saneamiento del balance del BCRA

Sin el paquete fiscal dentro de la Ley Ómnibus y con la postergación de la reversión de la reforma de Ganancias, como concesión a la oposición para agilizar su tratamiento, el Gobierno parecería estar cediendo una de sus prioridades de su gestión. Para alcanzar el equilibrio financiero prometido, se deberá agudizar el recorte en otras partidas del gasto en 1,5% del PBI, según los cálculos del ministro Caputo.

Según estimaciones propias, esto terminaría siendo saldado por los efectos de licuación de las jubilaciones al sostener la fórmula de movilidad actual. En nuestro escenario base implicaría una caída del gasto en jubilaciones y pensiones por 1,7% del PBI. En este contexto, habrá que ver cuán sostenibles terminarán siendo las modificaciones que pueda introducir el Gobierno.

Si el ajuste se hace sólo por licuación, difícilmente se sostengan en el tiempo. En paralelo, tendrá el desafío de administrar las tensiones sociales que surjan a partir del ajuste. Para el Staff del FMI, una asistencia social bien orientada continúa siendo imperativa, al igual que los esfuerzos para construir soporte político y social del programa.

En lo referido al punto 2), el sinceramiento del tipo de cambio oficial en diciembre parece haber sido un primer paso, lo mismo que el esquema de darle salida a la deuda implícita con importadores vía el BOPREAL.

No obstante, con un crawling peg sobre el dólar oficial 10 veces más lento que el ritmo al que se mueven los precios, cabe esperar una nueva corrección en los próximos meses para atender el objetivo de recomposición de reservas (USD 10 millones en 2024 lo que implicaría volver a ubicar en terreno apenas positivo a las reservas netas).

No parece una tarea fácil aun cuando la sequía ya no juegue en contra, y obligará a mantener un tipo de cambio competitivo en todo momento para acotar los pagos por importaciones (la misma recesión también será un factor importante de reducción de productos externos). El mantenimiento del tipo de cambio en un nivel competitivo será lo fundamental (además de la evolución real de las promesas fiscales) para unificar el mercado cambio durante el año, también mencionado en el staff report como parte de la hoja de ruta.

La corrección de precios relativos comenzó en diciembre con la suba del tipo de cambio oficial, pero, como dijimos, se va deteriorando a pasos acelerados. Los ajustes de tarifas de servicios públicos se postergaron como mínimo a marzo en el caso del gas. Quizás el reacomodamiento más rápido haya sido el del precio de los Combustibles con un ajuste superior al 100% desde el inicio de la nueva gestión. Más allá de esto último, habrá que ver cómo recibe la sociedad estos ajustes, en un contexto de salarios también atrasados y actividad moviéndose a la baja.

Quizás en el menos prioritario de los objetivos es donde el Gobierno avanzó más rápido. El saneamiento del balance del BCRA se está dando por el efecto que la reducción de la tasa de interés en términos nominales de los pasivos remunerados del BCRA, por el reemplazo deuda del BCRA por deuda del Tesoro en los activos de los bancos y por la recompra de títulos públicos en poder del BCRA que el Tesoro está haciendo con los saldos obtenidos de nuevas colocaciones. El costado implícito de estas medidas es la licuación de los activos del sector privado (depósitos) y un aumento de la exposición al sector público del sistema financiero con los riesgos que ello conlleva.

El FMI señaló correctamente en el reporte que el gobierno está llevando una política monetaria expansiva, dentro de un contexto de controles de capitales. Si se eliminan esos controles, la política monetaria deberá ser contractiva. El deadline para el levantamiento del esquema de tipos de cambios múltiples (cepo) lo impone para mediados de año. Habrá que ver si para ese momento el BCRA logra hacerse de divisas suficientes para afrontar la apertura. Finalmente, no aparece ninguna mención a la dolarización en todo el informe.