El gobierno en el año 2023 aumentó el tipo de cambio 356,5% y la inflación el 211,4% anual, para este año ocurrirá lo inverso. Para el año 2024 se espera una inflación del 247,5% anual, mientras que estimamos una tasa de devaluación del peso del 148,8% anual, lo que ubicaría al tipo de cambio mayorista en torno de los $2.000 para fin de año. Si la brecha se ubicaría en el 0%, en el año 2024 la estrella del mercado serían los instrumentos en pesos que ajustan por inflación.

El gobierno nacional está trabajando para reducir el déficit fiscal esto será una tarea titánica, ya que el déficit suma U$S 14.000 millones. Para lograr revertir este resultado será necesario eliminar subsidios lo que derivaría en un aumento de los precios de las tarifas en la economía, que tendrían un efecto multiplicador en los precios.

Si suben los precios de los productos, y la cantidad de moneda es constante, lo más probable es que tengamos una recesión de características inéditas en la economía, lo que podría generar que los precios se reacomoden a la baja, producto de la falta de liquidez en el mercado. Este proceso podría ser muy doloroso.

Para el primer semestre del año 2024 se espera una inflación en otro del 124,1%, mientras que para el segundo semestre la inflación podría ser del 55,0%, claramente tendríamos dos semestres muy diferentes en materia de precios. Habrá que trabajar muy duro para que las empresas hagan planificación fiscal, y no les sorprenda un impuesto a las ganancias muy alto por el impacto inflacionario.

El gobierno en una primera etapa desearía alinear todos los precios de las tarifas a valores internacionales, anclar la economía local al mundo, que es la inversa de lo que venía realizando el Kirchnerismo que desanclo los precios locales de los internacionales. El problema es que los salarios que están desanclados con el mundo serán muy difíciles de mejorar en un escenario de alta recesión.

En materia financiera deberemos aprender a razonar las inversiones desde otro lugar. Si la economía tendrá por delante un escenario recesivo, sin emisión de pesos, no habrá demanda de dólares, todo lo contrario, el dólar estará ofrecido ya que los agentes económicos querrán deshacerse de dicha moneda para poder financiar sus gastos.

La nueva economía que asoma en el horizonte nos devolverá un año en donde los precios subirán por el ascensor y el dólar por la escalera, esto nos dejará como resultado una inflación en dólares muy elevada. La inversa ocurría con el Kirchnerismo cuando emitía pesos a destajo, y el dólar era el resguardo de valor.

Las propiedades en dólares subirán, las acciones tomarán el mismo camino, los bonos soberanos mejorarán su paridad, y los bonos en pesos ajustados por inflación mostrarán una ganancia en dólares muy importante.

Argentina tiene como objetivo bajar el déficit fiscal, sanear el Banco Central, y al presidente no le tiembla el pulso si vamos a un escenario recesivo. Por más que tenga contratiempo en su camino, de fondo Argentina no volverá a tener un déficit fiscal de U$S 14.000 millones, o reservas negativas por debajo de los U$S 10.000 millones. El mínimo cambio marcará una nueva tendencia.

Conclusiones

.-Los activos argentinos van a subir en dólares de cara a los próximos meses, no vemos al dólar como una opción de ahorro, preferimos bonos soberanos, acciones, bonos en pesos ajustados por inflación o inmuebles.

.-Las bajas de los últimos días de los bonos en pesos ajustados por inflación hacen que sean muy atractivos, por ejemplo, bonos como el TX26 y TX28 cotizan a una paridad del 125%, si bien rinden tasas negativas, la inflación será mucho más elevada que la tasa de devaluación del peso.

.-Los bonos argentinos con un escenario de equilibrio fiscal deberían rendir mucho menos, por ejemplo, el AL30 vale U$S 40 y tiene una tasa de interna retorno del 36,4% anual, en un escenario de equilibrio fiscal, este bono debería valer como mínimo U$S 60, lo que implicaría una tasa interna de retorno del 18,0% anual.

.-El bono AE38 vale U$S 38 y tiene una tasa interna de retorno del 23,2% anual, en un escenario de equilibrio fiscal podría valer U$S 65 y su tasa interna de retorno sería del 12,1% anual.

.-En un escenario de equilibrio fiscal, y capitalización del Banco Central con ayuda externa, el escenario del bono soberano en dólares sería muy alcista. No sucedería lo mismo con las Obligaciones Negociables que en la actualidad en promedio tienen tasas internas de retorno entre el 6,0% y 10% anual.

.-El Bopreal -bono para importadores- tomó volumen en el mercado, es un bono que vence en octubre del año 2027, amortiza en dos cuotas en abril y octubre del año 2027, y paga una renta semestral del 5,0% anual. En la actualidad el bono vale U$S 70,50 y rinde el 17,1% anual, es un bono que en 3 años devuelve el 100% del capital, invertís U$S 70,50 y desde hoy a su vencimiento en octubre de 2027 te llevas U$S 117,90 al bolso. No es una mala elección. Es más, en la actualidad este bono rinde el doble o el triple que muchas obligaciones negociables, no paga impuesto a las ganancias ni bienes personales, lo que se dice un buen negocio.

.-Si se confirma el escenario de que vamos a un nuevo escenario económico, con equilibrio fiscal y un Banco Central con más solidez, cambiará la preferencia de los inversores, que pasarán de acopiar dólares, a otros instrumentos financieros que dejen más rentabilidad. Todo este escenario aquí descripto podría cambiar, si el equilibrio fiscal no se cumple, el Banco Central no se capitaliza, los empresarios no invierten, y el mundo no nos renueva la deuda a vencer. Todo está en nuestras manos, nos debemos anclar nuevamente al mundo, cueste lo que cueste.