Temperaturas agobiantes y sequía: los científicos alertan sobre su mayor frecuencia
Este tipo de eventos se repiten cada vez más y algunos estudios ya lo atribuyen al cambio climático. Desde el sector del campo piden medidas urgentes por la falta de lluvias y alertan sobre una menor producción de soja y maíz.
En noviembre último, el norte argentino y los países vecinos experimentaron temperaturas inusualmente altas. Durante una segunda ola de calor a principios de diciembre, el termómetro superó los 40 °C en 24 ubicaciones, cuatro de ellas por encima de los 45 °C.
En tanto, la estación de Rivadavia, ubicada cerca de la frontera con Bolivia y Paraguay, registró 46 °C de temperatura máxima durante el 7 de diciembre, lo que convirtió a la región en una de las más calientes del mundo durante ese día.
Este tipo de eventos se repite cada vez con mayor frecuencia. Un estudio realizado por la organización científica World Weather Attribution determinó que la ola de calor experimentada fue 60 veces más factible gracias al calentamiento global. De la investigación participaron especialistas de las universidades y agencias meteorológicas de Argentina, Colombia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos.
Para ello, se analizaron datos meteorológicos y simulaciones de modelos informáticos. Los resultados mostraron que el cambio climático ha hecho que estos eventos tengan unas 60 veces más probabilidades de que ocurra.
“Con el futuro calentamiento global, las olas de calor como esta serán aún más comunes y más intensas”, señala el documento presentado esta semana, y advierte: “Las olas de calor tan temprano en la temporada representan un riesgo sustancial para la salud humana y son potencialmente letal”.
Una ola de calor de esta magnitud ahora se puede esperar aproximadamente una vez cada 20 años, con un 5% de probabilidades de que ocurra cada año, según detallaron y destacaron su impacto económico, ya que reduce la productividad, destruye los cultivos y afecta la hacienda, siendo la actividad una de las principales fuente de dólares para el Gobierno nacional.
A estos datos se suma una sequía prolongada que comenzó en 2019 y que golpea fuertemente a la actividad agrícola. El sector del campo ya reclama medidas urgentes frente a una menor cosecha, especialmente de maíz y soja.
“Las condiciones que atraviesan hoy los productores de distintas regiones del país es crítica, luego de un año que empezó con incendios y que está terminando con una sequía que pone en riesgo la rentabilidad, augura un principio de 2023 con mucha preocupación”, sostuvo la Sociedad Rural en un reciente comunicado.