El 2020 "está jugado" hace rato por la pandemia: se sabe que el PBI argentino sufrirá una contracción histórica cercana al 12%, la inflación rondará el 36% -casi 20 puntos porcentuales menor a la de 2019- y el dólar oficial, siguiendo la trayectoria que viene convalidando el Banco Central, cerraría el año en los $84 -un 40% más que a fines de 2019-, de acuerdo al consenso del mercado, que releva la autoridad monetaria mes a mes.

Ahora bien, las discusiones en estas horas se centran sobre los escenarios proyectados para 2021, un año en el que los países del mundo comenzarían a dejar atrás el Covid-19 a partir de la llegada de las vacunas, aunque seguirán lidiando todavía con los efectos inéditos que produjo la pandemia en diferentes órdenes del entramado social y productivo.

En el caso argentino, el debate, además, gira en torno a la salida de la actual compleja situación cambiaria, en momentos en que el país mantiene negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar un crédito de u$s44.000 millones contraído bajo la administración macrista en 2018. A tal punto cobra relevancia un eventual acuerdo con el FMI, que el presidente Alberto Fernández reconoció la semana pasada que "la inestabilidad cambiaria va a terminar cuando presentemos nuestro plan trianual que es lo que estamos discutiendo con el Fondo".

Claro que también hay otros factores que pueden incidir en 2021, como por ejemplo la cosecha agrícola, y por ende, el ingreso de dólares al país. Recordemos que el complejo oleaginoso-cerealero comprende más del 40% del total de las ventas de la Argentina al mundo. Hoy las estimaciones de los volúmenes de producción de la campaña 2020/21 indican que la sequía está dejando su huella: se prevé una caída promedio de 8% respecto de la de 2019/20 (alcanzaría los 110 millones de toneladas, frente a los 119,8 millones de la cosecha pasada). Pero la buena noticia es que por el aumento de los precios internacionales de nuestros principales productos de exportación (33% en el caso de la soja, cuyo valor superó los u$s 430, el mayor nivel de los últimos 6 años), hasta el momento estaría más que compensada esa caída: el valor de la producción de estos cultivos sería u$s 4.500 millones más altos en la actual campaña respecto de la anterior, estimó la consultora Quantum Finanzas.

Ahora bien, ¿cuánto de ello se traducirá en un aumento en la oferta de divisas dadas las retenciones y la brecha cambiaria? "Dependerá de la incertidumbre que siga generando o no la economía, necesitada de la instrumentación de un plan integral, creíble y consistente, que tenga efectos concretos sobre la brecha cambiaria", explicó la consultora que dirige el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx.

Con todo, vale recordar los pronósticos que hizo el Gobierno para 2021, plasmados en el Presupuesto, que fue aprobado recientemente por el Congreso: un dólar a fines del próximo año a $102,40, una inflación de 29%, y un crecimiento de la economía del 5,5%, guarismos que en los últimos meses se fueron alejando, cada vez más, de las estimaciones que hacen los economistas, tal como lo plantearon a Data Clave:

DÓLAR

Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, proyecta un tipo de cambio en torno a $ 130 para fines de 2021. Argumenta que "las reservas netas hoy están en niveles muy bajos, en alrededor de u$s5.000 millones, con lo cual, si no hay una ayuda externa o si no se relajan las presiones, a partir de recobrar la confianza por algún motivo, vamos a tener un salto cambiario posiblemente en el verano". En ese marco, cree que "se aceleraría también la inflación durante ese período y el dólar cerraría el 2021 en la zona de $130 más o menos, subiendo cerca de 60% en relación con el cierre de este año. Es un valor bastante importante que deja un piso alto para la inflación". Al mismo tiempo, plantea que "a medida que pasen los meses y se acerquen las elecciones legislativas, se va ir planchando el precio del dólar, y eso va a darle paso a la inflación".

Jorge Neyro, economista de la consultora ACM, calcula un valor para la divisa estadounidense de $ 123 para diciembre del año próximo. "Estimamos un dólar que no se atrasa sustancialmente frente a la inflación para permitir alguna recuperación de las reservas del Banco Central. El Gobierno aspira a que el tipo de cambio se deprecie lentamente y el mercado apuesta a una devaluación más abrupta", explica.

Desde la consultora Analytica, por su parte, consideran que el dólar podría apreciarse un 36% hasta alrededor de los $ 115 en un escenario marcado por el ordenamiento monetario, "donde el Gobierno logra evitar un salto del tipo de cambio abrupto, es decir, una devaluación forzada por el mercado". Al mismo tiempo, manejan un escenario más negativo, en el que "se produce una aceleración cambiaria, y por ende un mayor estrés", a partir de lo cual el tipo de cambio supera con creces aquella estimación, y terminaría incluso por encima de la suba del índice de precios.

INFLACIÓN

"Tendremos una inflación arriba del 45% en 2021, más que revirtiendo la baja de este año y acercándose bastante a los valores de 2018 y 2019”, sostiene Rajnerman. Anticipa "un verano agitado donde la inflación no bajaría de la zona de 3,5% y 4% mensual" en caso de un eventual salto del dólar, y desde abril en adelante prevé "un poco de más calma". Señala que "la relajación de la cuarentena y el cierre de paritarias un poco atrasado en 2020 también dará lugar a presiones sobre el nivel general de precios; además es probable que haya una recomposición tarifaria, más allá de que sea segmentada". La suba de los precios "se iría relajando paulatinamente a medida que se vaya planchando el tipo de cambio, con las paritarias ya cerradas, y las tarifas nuevamente congelándose", sentencia.

Para Neyro, en tanto, los niveles inflacionarios del próximo año serían aún mayores: calcula un IPC cercano al 50%. "La inflación de 2021 estará influida por las condiciones de creciente liquidez post pandemia y un aumento en tarifas de servicios públicos y otros servicios regulados, junto con la suba de insumos importados, y una recuperación de los salarios mediante paritarias", enumera.

Asimismo, desde Analytica proyectan una inflación más cercana al nivel previsto por el Gobierno: calculan un 36%, en el escenario más benévolo, sin un salto abrupto del tipo de cambio.

ACTIVIDAD ECONÓMICA

Lejos del 5,5% planteado en el Presupuesto 2021, o del 4,9% estimado por el FMI hace unas semanas, el economista jefe de Ecolatina vislumbra un pobre rebote de la actividad para el año próximo: 2,5%. "Tendremos un primer trimestre malo, con una caída interanual importante, ya que todavía van a quedar algunos resabios de la cuarentena, ciertos miedos en los conglomerados, y capacidades limitadas en algunos sectores", resalta. Luego -prosigue- "a medida que vayan pasando los meses, y que llegue la vacuna contra el coronavirus, la actividad se va a empezar a recuperar en el mes a mes para llegar a las elecciones un poco mejor o un poco menos peor si se quiere". Desde Ecolatina, ensayan "un supuesto de que a partir de abril llega la vacuna y, por ende, ya no habrá casi cuarentena". Rajnerman destaca que, con el tibio rebote de 2021, "vamos a seguir más del 6% por debajo del nivel del 2019, que ya era un nivel 3% menor al 2015".

Más optimista, el economista de la consultora ACM proyecta un repunte del PBI argentino del 4,3%, "luego de tres años de recesión". "La salida definitiva de la pandemia mejorará los ingresos junto con la recuperación de las exportaciones y una mayor obra pública en un año electoral serán los catalizadores de la mejora de la actividad", dice, aunque advierte que "un riesgo a la baja lo constituye una sequía mayor a la prevista, con un impacto mayor en las economías regionales".

Por último, en Analytica prevén una recuperación del PBI de alrededor del 2%, en el caso del escenario de un ordenamiento monetario. Por su parte, en el escenario más negativo, "en el que se produce una aceleración cambiaria e inflacionaria, generando una retracción más pronunciada del consumo, la economía crecerá mucho menos, y la expansión será muy baja".