Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación, se mete en el centro de la escena política con un llamado a sesión especial en el Senado para debatir el futuro de Edgardo Kueider, senador detenido en Paraguay con una mochila que contenía 200 mil dólares no declarados. La cita está programada para mañana a las 11 y promete encender los ánimos en la Cámara alta.

Llegó la hora de sacar la mugre del Senado, sin contemplaciones”, disparó Villarruel en un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter). Allí también afirmó que intentó incluir en el temario la posible suspensión de Oscar Parrilli, acusado de “traición a la Patria” por su participación en la firma del Memorándum con Irán, pero no logró consenso entre los senadores.

Según la convocatoria, el foco estará puesto en el caso de Kueider, cuya detención en Paraguay desató un escándalo político. El senador entrerriano, quien llegó al Congreso en la boleta del Frente de Todos, ahora enfrenta un proyecto de suspensión impulsado por el oficialismo. Desde el kirchnerismo, sin embargo, buscan ir más allá y promover la expulsión directa del legislador. “Lo de Kueider es un bochorno que merece un castigo ejemplar”, insistió Villarruel en su posteo.

X de Victoria Villarruel

Sin embargo, la estrategia oficialista no quedó exenta de tensiones internas. Luego de dialogar con los presidentes de bloque, Villarruel enfrentó presiones de los sectores “dialoguistas” del PRO, quienes buscan evitar que la expulsión de Kueider facilite que Unión por la Patria ocupe su banca con un dirigente alineado al kirchnerismo. Ante esta postura, Villarruel aceptó llevar al recinto una propuesta alternativa que contempla suspender al senador hasta el 1 de marzo, evitando así una expulsión inmediata.

La disputa gira en torno al artículo 66 de la Constitución Nacional, que exige los votos de dos tercios de los senadores para aprobar una expulsión. Si bien el PRO parece inclinado a apoyar la suspensión, la posición de la UCR sigue siendo incierta, lo que podría derivar en un resultado frustrante para ambas propuestas. En este contexto, hay posibilidades de que ninguna opción alcance los votos necesarios, dejando a Kueider en un limbo político, disfrutando su licencia en Paraguay.

La polémica se enciende aún más con las declaraciones de la vicepresidenta sobre Parrilli. “Negociar la sangre derramada de argentinos inocentes es imperdonable”, lanzó en referencia a la causa del Pacto con Irán. “Espero que los senadores recapaciten y entiendan el cambio de época de una vez por todas”, agregó, en una velada crítica a quienes no apoyaron el proyecto de suspensión del legislador kirchnerista.

En este contexto, la Cámara alta se prepara para un debate intenso. Según fuentes parlamentarias, Unión por la Patria tendría asegurados sus 33 votos, pero necesitaría sumar al menos 15 apoyos adicionales para alcanzar los dos tercios necesarios para expulsar a Kueider. Los bloques opositores, incluyendo a La Libertad Avanza, el PRO y sectores de la UCR, aún no han definido una postura común, lo que complica las expectativas de consenso.

El caso Kueider no es el único que sacude al Senado. La acusación de Parrilli por encubrimiento agravado en la causa AMIA agrega más tensión al panorama político. Sin embargo, el oficialismo ha optado por centrar sus esfuerzos en el escándalo más reciente, dejando a Parrilli como un tema pendiente para futuras discusiones.

En medio de este escenario, la convocatoria de Villarruel pone de manifiesto las crecientes divisiones dentro del Senado. Para algunos analistas, la estrategia de la vicepresidenta busca reforzar su liderazgo en un contexto donde las alianzas políticas están cada vez más fragmentadas. Lo que ocurra mañana será clave para medir no solo el alcance de las sanciones, sino también las dinámicas de poder que definirán el próximo año legislativo.