El Congreso ante un momento bisagra: la vara para la recusación entre la sospecha de contrabando o chupar una teta
El caso de Juan Ameri no duró ni una tarde para tener una resolución. El escándalo del entrerriano Edgardo Kueider acumula ya varios días y un pedido de sesión en el Senado que se resolverá en la semana. El silencio radical, los llamados que prepara la vicepresidenta y las primeras reacciones ambiguas en el PRO. Todas señales en defensa del senador detenido en Paraguay con tal de que La Cámpora no termine sumando una banca en la Cámara alta.
El 24 de septiembre de 2020 un hecho estremeció a la Cámara de Diputados. Desde las redes, se viralizó la imagen del diputado nacional Juan Ameri besando el pecho de su pareja en plena sesión virtual. Mientras transcurria la pandemia y las sesiones se hacian por zoom, el legislador por Salta eligió el peor momento para testear la cirugía estética de su acompañante.
Tras hacerse viral el video, el presidente de la Cámara, Sergio Massa, decidió llamar a votación para decidir la suspensión del diputado salteño. La solicitud impulsada por el tigrense salió por unanimidad. Además, conformaron en ese mismo momento una comisión de cinco miembros, que con un plazo de 60 días debía evaluar si la sanción sería definitiva o no. En ese marco, la renuncia del diputado no tardó ni 24 horas en llegar.
Esta vara de decoro instalada hace cuatro años está en tensión por lo ocurrido en el Senado con el entrerriano Edgardo Kueider. Desde ayer, está en prisión domiciliaria en Paraguay por ser demorado infraganti con 200 mil dólares en efectivo cruzando de madrugada el Puente de la Amistad que une Ciudad del Este con Foz de Iguazú. Al menos deberá quedarse 6 meses fuera del país. La oposición avanza para que el escándalo termine con la destitución de su banca pero las cosas no están tan claras y la sanción que plantea UP en base al articulo 66 de la Constitución requiere dos tercios, es decir, un amplio consenso en el recinto. Por lo pronto, en la comparación caso por caso, la tolerancia a la sospecha de corrupción es mayor a la que se tuvo con el tristemente célebre “diputeta”.
El bloque de Unión por la Patria jugó fuerte en el Senado y fue el primero en mover sus fichas. Lanzó una jugada que incomoda al Gobierno tras el escándalo del caso del senador peronista ex compañero de bancada: presentaron un pedido de sesión para el jueves 12 y exigieron a Victoria Villarruel a que convoque para tratar su remoción.
La detención del senador entrerriano en Paraguay generó polémica y golpeó de lleno a la “oposición dialoguista” que estaba más concentrada en el Presupuesto 2025. Desde el bloque Provincias Unidas, una de las últimas bancadas creadas entre peronistas no kirchneristas para mostrar diálogo con el gobierno, se limitaron a informar que “tomó la decisión de pedir licencia a su cargo” en función de los hechos y con el objetivo de que “no haya ningún tipo de impedimento a la hora de que se lo investigue”.
UP tiene todo por ganar. “Estamos los 33”, afirman. Si logran avanzar en la expulsión la banca de Kueider será ocupada por Stefania Cora, de La Cámpora y una dirigente peronista del riñón de Cristina Kirchner. En caso de no avanzar, podría aprovechar el “principio de revelación” que suele utilizar La Libertad Avanza para machacar contra la oposición y puntualmente contra el kirchnerismo. Un poco de la propia medicina.
Qué hará Villarruel, LLA y el resto de la oposición “dialoguista”
Un silencio de hospital recorre los pasillos del Senado desde el miércoles por la madrugada. A la estancada actividad de los últimos meses se sumó el incomodo escándalo del senador Edgardo Kueider. “Cayó como una bomba”, se sinceró una fuente parlamentaria directa de un senador aliado al oficialismo que comparte interbloque con el entrerriano.
En este clima, la vicepresidenta Victoria Villarruel deberá definir qué hace con el pedido de sesión presentado en su despacho por Unión por la Patria. “Todo tiene que ver con los consensos”, dijeron a Data Clave desde el Senado y aclararon que “será una decisión de los senadores”.
Es por eso que la titular de la Cámara alta comenzará una ronda de llamados a los presidentes de bloque para ver como es el clima y tantear las opciones. La facultad de definir si se llama o no a sesión le corresponde a la presidencia y en eso no hay posibilidad de saltearla. Igualmente, en el Senado saben que la cosa está en el marco de un tenso equilibrio. “Hay que tomar una decisión, entendemos que hay una crisis y hay que resolverla”, aseguraron fuentes con acceso al principal despacho. El peronismo ya intentó una vez autoconvocarse en el recinto pero no tuvo éxito.
Más allá de UP y del propio interbloque Provincias Unidas del que es miembro Kueider, los otros bloques que pueden inclinar la balanza son el PRO y la UCR. El primero emitió un comunicado sin muchas definiciones donde piden que todo sea sometido a la Justicia “con celeridad” para esclarecer los hechos. Una de las senadoras bullrichistas más cercanas al oficialismo, la cordobesa Carmen Álvarez Rivero, aseguró que el senador entrerriano debería “renunciar” pero no se mostró convencida en sí aplicaba una expulsión del cuerpo.
Por su parte, la UCR mantiene silencio desde que se conoció la noticia. Ya con el escándalo en el aire, emitieron un comunicado de prensa enojados por la ausencia del Presupuesto 2025 en el temario de extraordinarias. Consultados por este portal, desde el bloque radical aseguraron que no había intenciones en hacer comentarios oficiales sobre el tema e informalmente entre senadores circula la idea de una reunión interna a comienzo de la semana.
El termómetro marca que no hay un “ánimo para expulsarlo” y como mecanismo de defensa le apuntan al peronismo por el caso Alperovich. Si no fue echado el ex gobernador tucumano por qué ahora habría que hacerlo con Kueider. Por último, en los bloques del oficialismo y sus aliados no hay ganas de “regalar” una banca a La Cámpora y eso, en definitiva, podría ser el motivo final para tirarse arriba de la granada del investigado senador por Entre Ríos.