“Más grave que Aerolíneas”, disparó el ministro de Economía Luis Caputo al hablar sobre la situación de Trenes Argentinos Operaciones. La frase vino tras una huelga sindical que paralizó el servicio y encendió el debate sobre el futuro de esta compañía pública, conocida formalmente como Sociedad Operadora Ferroviaria. Según datos oficiales, esta empresa es la segunda de mayor déficit operativo en el país, solo superada por Enarsa, y deja atrás a Aerolíneas Argentinas, que ocupa el tercer lugar en esta preocupante lista.

Trenes Argentinos no solo pierde dinero, sino que también figura como una de las primeras en el listado aprobado por la Ley Bases para ser privatizada. En ese grupo también están Aysa y otras empresas estatales. Sin embargo, mientras el proceso de venta de Aerolíneas aún espera el aval legislativo, los ferrocarriles ya tienen el marco normativo para avanzar en esa dirección.

Con más de 22.943 empleados, Trenes Argentinos es la empresa pública con la mayor cantidad de personal. A pesar de haber reducido su planta en un 3,7% desde diciembre, el ajuste queda chico frente al 12,5% en Aerolíneas o el 25,5% en Correo Argentino. Aunque recortaron puestos gerenciales —de 21 a 14— y redujeron gastos operativos, el déficit sigue siendo alarmante para el gobierno, hasta el segundo trimestre de este año, alcanzó los $323.409,6 millones, según la Oficina Nacional de Presupuesto.

Por otro lado, los ingresos por boletos vendieron más humo que resultados, aunque a los pasajeros les cueste pagarlos cada día mas. En la primera mitad del año, la compañía recaudó $19.971,3 millones, una cifra que se pierde entre los gastos corrientes de $347.132,5 millones. Mientras tanto, $607.048 millones en transferencias del Tesoro Nacional posicionaron a Trenes Argentinos como la segunda empresa que más fondos demandó, detrás de Enarsa.

El argumento oficial es que la compañía ferroviaria tiene un rol clave en la emergencia ferroviaria, motivo por el cual recibió casi $1,3 billones para obras de infraestructura. Aunque ADIF, una de las ramas del holding estatal, estuvo activa con licitaciones, el desempeño de la empresa madre, FASE, dejó mucho que desear. En los primeros seis meses del año, no tuvo ingresos y gastó $1659 millones.

Pese al contexto, los “dardos privatizadores” aún no impactaron directamente en Trenes Argentinos. Sin embargo, el gobierno ya cerró Desarrollo de Capital Humano Ferroviario (Decahf) y anunció la privatización de Belgrano Cargas, lo que pone en el horizonte una posible reestructuración.

En tanto, Aerolíneas Argentinas sigue en la mira, pero con su privatización más demorada. La diferencia clave es el peso político de la aerolínea frente a los trenes, que parecen avanzar hacia una vía incierta en tiempos de motosierra económica.