Trabajadores de Fanzul, una empresa que depende de Fabricaciones Militares y se encuentra ubicada en la localidad bonaerense de Azul, denuncian que la firma se encuentra “paralizada” desde la llegada del Gobierno del presidente Javier Milei. Conejales, diputados provinciales, autoridades locales y dirigentes sindicales se reunieron hoy en la puerta de esta fábrica productora de pólvora para visibilizar la situación que padece este establecimiento, que cumple “un rol fundamental para la defensa nacional y la soberanía”.

La empresa fue reabierta el año pasado tras un intento de cierre llevado a cabo por el gobierno de Mauricio Macri. Se reincorporaron trabajadores y se realizó una inversión de más de 6 millones de dólares para su recuperación, pero en la actualidad “se frenó la producción y no hay a quien venderle”, según alegan los trabajadores.

Fanzul tenía un acuerdo para producir mastermix, un material que se utiliza para la explotación minera y que era vendido a Perú. La intención de la administración libertaria era vender la empresa, pero en los últimos días, la operación se habría caído. El argumento oficial es que hay explosivos que están próximos a vencerse y que ante la supuesta caída del acuerdo con la minera peruana no pueden comercializarse, según indicaron fuentes gremiales.   

Sin embargo, los trabajadores aseguran que la empresa está en condiciones de producir y tiene clientes a los cuales vender. 

“Hasta hace 20 días hemos enviado explosivos a Villa María (Córdoba) y de ahí se llevaba al puerto, nosotros estuvimos produciendo y estaba todo bien”, afirmó el secretario general de la seccional de ATE de Azul, Eduardo Bercovich al portal Somos Télam.

Y en ese sentido, afirmó: “Es mentira que no tenemos a quien venderle porque tenemos documentación y correos electrónicos del mes de diciembre pasado en el que se confirman las ventas, ya había mercadería vendida”. En coincidencia con la paralización de la producción, el Gobierno lanzó dos programas de jubilación anticipada y retiros voluntarios.

El Gobierno de Macri anunció el cierre de Fanzul en diciembre de 2017 y la reapertura de la empresa se convirtió en una causa de lucha para la comunidad de Azul, que el año pasado logró la reapertura de la empresa.

Hubo ollas populares; 1.095 días de acampe; cortes en las rutas 51, la 3 y la 226; marchas; dos grandes movilizaciones desde  Azul hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Entre las cinco fábricas que tiene Fabricaciones Militares suman 1.400 trabajadores, y según Bercovich, el gobierno quiere “que queden los menos posibles, para después venderlo o para hacer un negocio inmobiliario por donde están ubicadas”. En el caso de la planta de la ciudad bonaerense de Azul, se trata de la presierra.

“Somos la única planta que está teniendo ahora producción cero. Sin producir se hará muy difícil sostener su apertura. La excusa de Macri en su momento era que no producíamos, ahora que tenemos materia prima y explosivos, nos dicen que no se vende. Son todas excusas ya que quieren parar todas las fábricas para rematarlas y privatizarlas”, comentó.

Ubicada a unos 32 kilómetros del centro de Azul, Fanazul fue inaugurada en 1946, y desde sus inicios estuvo destinada a producir bienes y servicios para la defensa, la minería y otras actividades.

Abocada al abastecimiento de estos sectores, la fábrica llegó a ser la única productora de trinitrotolueno (TNT) de Sudamérica.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, Fanazul se reactivó, luego de un fallido intento de privatización en la gestión de Carlos Menem. Entre 2003 y 2015 se incorporó personal e inversión a la empresa, y de esta forma estuvo dentro de los estandartes internacionales.

Para 2015 había cinco plantas productivas dentro de la unidad: la de Nitroglicerina, Trinitrotolueno (TNT), Emulsiones explosivas, Planta de Proyectiles, y el servicio de Destrucción de Materiales Explosivos. Pero el proceso se interrumpió cuando el Gobierno de Cambiemos determinó, en ese fin de año de 2017, el cierre de la fábrica para "achicar gastos" del Estado.

El desmantelamiento de la fábrica se dio entre diciembre de 2017 y 2019. Recién en 2020, con cambio de Gobierno, se decidió la reapertura y reconstrucción, con una pandemia de coronavirus mediante que demoró el proceso.

Desde entonces había recuperado una línea de producción y logrado la reincorporación de más de 100 empleados.