Sigue el CorteGate: ¿el gobierno juega la carta de una mujer para el máximo tribunal?
Guillermo Francos abrió la puerta a la designación de una jueza en la Corte si el Senado rechaza los pliegos de Ariel Lijo y García Mansilla. El gobierno también evalúa avanzar por decreto en caso de "acefalía", un motivo insólito.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a encender el debate sobre los cambios en la Corte Suprema de Justicia al no descartar que el presidente Javier Milei impulse a una mujer para el máximo tribunal. Durante su exposición en el Senado, Francos señaló que esta posibilidad surgiría si no prosperan los pliegos de los candidatos propuestos: Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.
"Entendemos el reclamo sobre la presencia de una jueza mujer en la Corte Suprema. Seguramente será un tema que el Presidente va a considerar si estos pliegos finalmente no avanzan", afirmó Francos. Además, dejó abierta la puerta para que el Gobierno utilice un decreto para designar jueces de forma transitoria en caso de que el tribunal quede cerca de la acefalía. "Es una facultad que está en la Constitución y podría usarse de manera temporal, como ocurrió en el gobierno de Mauricio Macri," agregó.
La referencia de Francos al uso de decretos revive el precedente de 2015, cuando Mauricio Macri nombró a dos jueces en comisión para la Corte. Sin embargo, la situación actual enfrenta mayor resistencia política, especialmente ante un Congreso polarizado. "El Presidente tiene la facultad de hacerlo, pero esperamos que el Senado resuelva los pliegos enviados," remarcó el ministro.
En concreto, se refieren a lo estipulado en el artículo 99 inciso 19 de la Constitución Nacional. Allí se indica que el presidente “puede llenar las vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura”.
No obstante, eso tendría la particularidad de que esos nombramientos solo durarían un período estipulado de tiempo, lo que va en detrimento de la estabilidad de los jueces en su cargo. Por ese motivo es que varios constitucionalistas sostienen que ese artículo no se aplica para jueces y mucho menos de la Corte, que tienen su proceso de selección particular.
La estrategia del oficialismo enfrenta tensiones. Por un lado, el kirchnerismo reclama que se cumpla con el cupo femenino, proponiendo como candidata a la exsenadora María de los Ángeles Sacnun, cercana a Cristina Kirchner. Por otro lado, el Ejecutivo se resiste a ceder terreno en la postulación de García Mansilla, buscando que ambos candidatos sean tratados en conjunto y no por separado. Este último es visto como una figura con escaso apoyo en el Senado debido a su perfil conservador.
Por ahora, el oficialismo enfrenta un complejo escenario de negociación con la oposición y sectores internos que buscan definir el futuro del tribunal más importante del país. Las declaraciones de Francos podrían marcar un giro en la estrategia del Gobierno, que hasta ahora defendía a ultranza las nominaciones de Lijo y García-Mansilla como un paquete indivisible.
Mientras tanto, la Corte Suprema sigue operando con vacantes, una situación que aumenta la presión sobre el Poder Ejecutivo y Legislativo para llegar a un acuerdo. Dentro del oficialismo advierten que una Corte con solo tres integrantes no es viable. A ese argumento en Tribunales le responden con hechos: el máximo tribunal funcionó con esa cantidad de miembros durante gran parte de 2016 e incluso hay mecanismos previstos en caso de falta de acuerdo o recusaciones. Recuerdan además que hay en varias causas ya intervinieron conjueces, con lo que la Corte está preparada para funcionar con ese cronograma.