Ricardo Alfonsín: "Me parece que la UCR va a seguir perseverando en la derecha"
"Espero que el radicalismo rectifique las posiciones que ha tenido desde 2015", dice el embajador de Argentina ante España. Pero no cree que eso vaya a suceder, por lo contrario, imagina al partido cada vez más cerca del PRO. En diálogo con Data Clave, sostiene que el país no está cerca de un estallido social y exige que la oposición tome actitudes "más colaborativas".
Ricardo Alfonsín sigue perteneciendo a la Unión Cívica Radical. Pese a haber sido confirmado (se publicó en el Boletín Oficial del lunes) como embajador argentino en España, aclara que no pertenece al frente de Todos: “Por eso valoro especialmente el gesto del Presidente, que no fue apreciado por la oposición”.
Insiste en que la UCR debe rectificarse y, además de disputar lugares en la lista, disputar el liderazgo ideológico dentro de Juntos por el Cambio para ubicarse en las ideas que fundaron al partido, pero no cree que vaya a suceder y señala: “Si la UCR hubiera sido consecuente con sus ideas, seguramente hubiéramos podido evitar muchísimos errores que se cometieron cuyas consecuencias no las paga la UCR, las paga el conjunto de los argentinos".
En diálogo telefónico con Data Clave, en su primer entrevista como embajador en España, Alfonsín cuestionó al presidente del comité nacional del radicalismo, Alfredo Cornejo, por las declaraciones del mendocino sobre un posible estallido social: “Si piensa eso, que trate de actuar en consecuencia, con mayor espíritu de colaboración”.
Data Clave: ¿Qué representa la foto de hoy y el anuncio del éxito en la renegociación de la deuda?
Ricardo Alfonsín: Despejar estos obstáculos que representaban la deuda externa con acreedores privados, con vencimientos de corto plazo y que hacían imposible la recuperación Argentina. Por eso hay que celebrar, hoy debemos casi US$40.000 millones menos que hace ocho meses. Después hay que negociar con el FMI y espero que pueda ser tan buena como la que se logró con los bonistas. Que sea una negociación que no represente una dificultad para el crecimiento ni ponga mayores sacrificios a los argentinos, porque no estamos en condiciones de hacer más sacrificios, y espero que el fondo lo comprenda. Pero lo de hoy debemos celebrarlo todos, tanto en el oficialismo como en la oposición.
D.C: ¿Hay motivos para creer que la actitud del fondo pueda ser más benévola, solidaria, o es el mismo fondo de siempre?
R.A: Hay condiciones objetivas en el mundo que pueden sensibilizar el fondo, pero confío además en la capacidad de negociación que pueda tener el ministro (Martín) Guzmán y el Gobierno argentino, cosa que ha quedado demostrada. Pocos daban dos pesos a que se de la negociación que se dio con los bonistas, todos vaticinaban que no iba a ser aceptada la oferta argentina e imputaron inocencia al ministro. La realidad demostró que se manejó en forma inteligente y cuidando los intereses de los argentinos.
D.C: ¿Cree que el impuesto a la riqueza es una buena respuesta para la recuperación de la economía?
R.A: La opinión mía es la de un radical. Un partido que hace de la ética de la solidaridad uno de los pilares fundamentales de la organización de la sociedad. En estas circunstancias tenemos que pedirle a las grandes fortunas personales un esfuerzo adicional al que vienen haciendo para poder asistir desde el Estado a los 15, 16 millones de pobres que tiene el país, que son los que más expuestos están en tema sanitario y económico al coronavirus. Y para tratar de paliar un poco la difícil situación que estamos atravesando. El proyecto está justificado, espero que en el Congreso entiendan que es justo un pedido como estos.
D.C: ¿Y qué intuye que va a votar el bloque radical?
R.A: Espero que rectifique las posiciones que ha tenido desde 2015. Porque de radicales la mayoría tiene muy poco. Somos un partido de centro izquierda y la verdad es que en los últimos años y hasta la fecha hemos mantenido posiciones más bien a la derecha, desde el punto ideológico. Y soy muy respetuoso de la derecha, pero también soy respetuoso de las ideas de mi partido. Me parece que lo menos que puedo hacer como radical es que se respeten las ideas por las que muchos nos afiliamos. Y no tiene nada que ver con las ideas que reivindica fundamentalmente el PRO, son respetables pero no son las nuestras.
D.C: Lo que se ve, lejos de diferencias, es Juntos por el Cambio como un bloque único, una relación buena entre la UCR con el PRO y los otros socios. ¿Cree que el partido va a regresar a la centro izquierda?
R.A: No por ahora. Lo dije hace ya varios meses. Me parece que el partido va a seguir perseverando a la derecha. Ojalá que, además de disputarle al PRO los lugares en las listas, le disputamos las ideas. Ojalá fuéramos consecuente con nuestras ideas, si lo fuéramos sería difícil explicar la continuidad de esta alianza. Porque la verdad es que no hay demasiada afinidad entre el PRO y la UCR. En todo caso lo que ha hecho el partido es cederle el PRO el liderazgo conceptual e ideológico.
D.C: Cornejo declaró este domingo que hay chances de un estallido social en Argentina. ¿Qué opina de la expresión de Cornejo y de las posibilidades de un estallido?
R.A: No hay posibilidades de estallido gracias a la presencia del Estado. Pero de todas maneras, si piensa eso, que trate de actuar en consecuencia con mayor espíritu de colaboración o cooperación para que esas cosas no ocurran. Con escenarios de esta naturaleza no me parece lo mejor andar diciendo o asumiendo posiciones muy agresivas contra el oficialismo
D.C: ¿Y cree que Cornejo va a actuar en consecuencia?
R.A: No, recién ahora ha empezado a hablar del diálogo. Me llama la atención que, cuando se le pregunta por consensos responden siempre con las misma cosas: reforma laboral, reforma previsional, sistema tributario y reforma fiscal. Podrían ser un poco más sinceros y decir a qué se refieren. Creo que en el fondo están hablando de las necesidades de proyectos que perjudiquen a los trabajadores; en privatizar el sistema jubilatorio y en reducir los impuestos a los grandes capitales. Creo que sería bueno que sean más explícitos respecto a qué quieren.
D.C: ¿Cree que Juntos por el Cambio está con actitud de cooperación con el Gobierno de Alberto Fernández?
R.A: Creo que está teniendo actitudes muy duras. Me hace acordar a lo que le pasó a Raúl Alfonsín en aquella transición, en la cual un sector de la oposición tuvo una gran incomprensión respecto a las dificultades que había que enfrentar. Espero que la sociedad reclame que los partidos y los dirigentes pongan por encima de cualquier consideración la necesidad de responder los problemas que tenemos que son muy graves. Eran graves antes de la pandemia y ahora son más graves.
D.C: Este lunes fue confirmado por el Boletín Oficial como embajador en España. Forma parte del frente de Todos. ¿Cómo ve las diferencias dentro de ese espacio?
R.A: No soy parte del Frente de Todos, por eso valoro especialmente el gesto del Presidente, ofrecerle a un dirigente que no pertenece a su espacio la embajada de España, que es el segundo país en inversión externa directa. Un gesto de diálogo, en contra de la grieta, que no fue suficientemente valorado. Y no fue valorado a propósito, porque no existía la intención de relacionarse con el Gobierno, desde la oposición, en términos cooperativos. Y sí había voluntad de relacionarse en términos de competencia, pensando en el 2021. A mi no me preocupan las disidencias en el interior del frente de Todos, que creo que se magnifican. A algunos les encantaría que haya diferencias. A mi me preocupaba que en Cambiemos no había disidencias, si en Cambiemos hubiera habido diferencias, si la UCR hubiera sido consecuente con sus ideas, seguramente hubiéramos podido evitar muchísimos errores que se cometieron cuyas consecuencias no las paga la UCR, las paga el conjunto de los argentinos. Consecuencias que ya las conocemos.