La medida impulsada por el Gobierno, a través del decreto 1024/2024, marca que los medicamentos de venta libre estén disponibles directamente en góndolas dentro de las farmacias, con el objetivo de "facilitar el acceso al consumidor". Sin embargo, esta decisión generó una fuerte resistencia en diversos sectores del ámbito sanitario, que ven en la iniciativa una amenaza para la salud pública.

El presidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP), Pablo Maciel, expresó que “la dispensa de medicamentos debe ser realizada por profesionales capacitados y en lugares adecuados, como farmacias y hospitales”. Además, remarcó que decisiones similares tomadas en el pasado provocaron consecuencias graves: “La venta desregulada en kioscos y supermercados derivó en problemas como falsificaciones, sobredosis y ausencia de supervisión médica”.

El decreto establece que los productos deberán exhibirse en góndolas señalizadas, en cajas cerradas con su prospecto, y solo podrán ser adquiridos por mayores de 18 años, previo registro del DNI. Las farmacias tienen un plazo de 60 días para implementar la normativa y garantizar que las condiciones de almacenamiento no alteren las propiedades de los medicamentos.

Desde el punto de vista de los farmacéuticos, Guillermo Bideberry fue contundente en conversación con Delta 90.3: “Los medicamentos no son golosinas. Esta medida abre la puerta a falsificaciones, descontrol y problemas de salud inimaginables”. Según el farmacéutico, la desregulación es un retroceso que recuerda al decreto de Cavallo de 1991, que permitió la venta de medicamentos en comercios no especializados.

Por su parte, el Gobierno sostiene que la normativa no pone en riesgo la salud, ya que limita la venta en góndolas a productos de venta libre y bajo “estrictas” condiciones. En su comunicado oficial se subrayó: “Esta disposición protege al consumidor, asegurando información clara y libertad de elección, sin comprometer la salud pública”.

No obstante, las críticas van más allá de la implementación. Los expertos temen que esta flexibilización promueva el uso irracional de medicamentos. Según comunican, esto podría incrementar el abuso de antibióticos, generando resistencia bacteriana, además de “fomentar la especulación de precios y la competencia desleal”.

En un contexto donde los precios de los medicamentos ya son una preocupación, Bideberry destacó: “Los laboratorios fijan los costos, y esta medida no garantiza que bajen. Por el contrario, tienta al consumidor a comprar más de lo necesario, como si fuera un producto de supermercado”.

El decreto, firmado por Javier Milei y el ministro de Salud Mario Lugones, busca modernizar el acceso a medicamentos, pero su implementación podría encontrar resistencia legal. Las farmacias y gremios como CICOP analizan posibles medidas para frenar la normativa, apelando a leyes vigentes que regulan la venta de medicamentos en Argentina. A su vez, el debate podría llegar al Congreso, donde sectores de la oposición evalúan presentar proyectos para revertir la medida.